La extrema derecha española ha tardado unas pocas horas en activar los mismos mecanismos de propaganda puestos en marcha durante la pandemia: denuncias, querellas, desinformación y la difusión de la idea de que el patriotismo llega allí donde los políticos no llegan o no quieren llegar. Entre las críticas a la gestión de la crisis de la DANA de las autoridades nacionales y valencianas, movimientos de ideología nazi o fascista, políticos como Alvise Pérez y grupos vinculados a partidos como Vox o Democracia Nacional se han lanzado a capitalizar el desastre para, entre envíos de ayuda y muestras colectivas de solidaridad, lanzar un mensaje claro: España es un estado fallido.
Las columnas de voluntarios recorriendo carreteras de la Comunitat Valenciana para auxiliar a los vecinos de las zonas más afectadas por la catástrofe fueron el involuntario pistoletazo de salida a decenas de iniciativas desde grupos de extrema derecha para recoger y enviar camión tras camión de alimentos, agua y material acompañado de banderas, logos y consignas. Desde la nave industrial de Arganda del Rey con presencia preferente de Revuelta, grupo juvenil vinculado a Vox, hasta el Espacio Ardemans de Madrid compartido estos días por Núcleo Nacional y grupos falangistas.
La estrategia tiene antecedentes recientes y cercanos. Hogar Social Madrid, colectivo que adquirió protagonismo en la escena ultra de la capital hace una década, basó buena parte de su actividad en hacer colectas de alimentos para familias en situación desfavorecidas, pero solo a las familias que consideraban españolas. Una adaptación del movimiento neofascista italiano CasaPound, que desplegó una estrategia similar en Amatrice cuando un terremoto en 2016 se cobró más de 300 víctimas en esa localidad y otras dos cercanas, o del que poco antes implementaron también en Grecia los desaparecidos neonazis Amanecer Dorado.
La tragedia de la DANA, que por el momento se ha cobrado más de 220 vidas, la mayoría en la Comunitat Valenciana, está siendo testigo de una estrategia similar. Organizaciones de extrema derecha con poca o ninguna implantación en movimientos sociales que atienden a los más desfavorecidos se han erigido como los grandes benefactores del pueblo valenciano, cargando camión tras camión y furgoneta tras furgoneta en dirección a las zonas más afectadas por la catástrofe. Todo retransmitido en directo y trufado con propaganda: son los patriotas, y no la izquierda o el Estado, los que están salvando València ante la inacción de las autoridades y la incapacidad de los expertos para predecir y prevenir la tragedia.
La ya bautizada como batalla por el relato se nutre de la ausencia de datos sobre quién, cómo y cuánto ayuda, así como de la evidencia de numerosas zonas afectadas que no han recibido el auxilio que necesitan y la proliferación de bulos en redes sociales pero también en pseudomedios de comunicación. Y en los grupos de extrema derecha, que buscan dar a entender que ayudan más que los 7.000 militares desplegados sobre el terreno, los voluntarios con tractores o la Guardia Civil, proliferan dos eslóganes: “Solo el pueblo salva al pueblo” y “Estado fallido”.
Pocas de estas iniciativas que compaginan el auxilio con la implantación de la extrema derecha en un momento de trauma lleva la firma de un partido político. Pero sí existen lazos. Revuelta, que abandera el envío de camiones de ayuda desde el sur de Madrid, es una organización juvenil estrechamente vinculada a Vox y protagonista de las manifestaciones de la calle Ferraz en noviembre del año pasado. Y el propio Luis 'Alvise' Pérez, eurodiputado y líder de la agrupación Se Acabó La Fiesta, publicita las toneladas de ayuda que sus “ardillas” están llevando hasta las zonas más afectadas por la DANA.
El partido ultra Democracia Nacional organizó una recogida de alimentos en la calle Ferraz, en las inmediaciones de la sede central del PSOE. Alvise optó por alquilar un teatro de Chamberí para recabar ayuda y después llevarla en camiones a València. Todo mientras las principales cuentas de la red social X vinculadas a la extrema derecha difundían desinformación, bulos y dudas sobre la actuación del Ejército, a veces con el altavoz de medios y pseudomedios de comunicación.
En un mensaje publicado en su canal de Telegram, donde acumula más de 722.000 seguidores, Alvise ha sumado a la mezcla la teoría de que el Gobierno oculta el número real de muertos ante una nueva posible catársis de las que anuncia regularmente. “El único motivo por el que no quieren que los españoles ayudemos es porque así evidenciamos el Estado Fallido de esta Administración de inútiles y los datos falsos de un desastre que tiene muchísimos más muertos que la cifra oficial porque si dicen los muertos reales España arde”, afirma.
Camiones de ayuda de todo el país
No existen datos unificados pero un rápido vistazo a las salidas de camiones con dirección València desmienten que la ayuda recogida por agrupaciones y partidos ultras estén siendo mayoritarias frente a un intento de frenar las ayudas por parte del Estado. El Ayuntamiento de Madrid ha recogido material suficiente para llenar 240 camiones en 40 puntos de recogida de toda la ciudad sin que se conozca restricción alguna. Desde Burgos se han puesto en marcha 60 toneladas de alimentos y material. Logroño, León, Murcia, Sevilla, Málaga o Salamanca son otras ciudades desde la que han partido decenas de camiones cargados con ayuda para los afectados por la DANA.
La estrategia de la extrema derecha ha reproducido su línea de actuación durante la pandemia pocos días después de la tragedia: judicializar por lo penal cualquier responsabilidad política por la gestión del desastre. Vox, a través de su portavoz Juan Antonio Fúster, ha deseado un “juicio justo” a Pedro Sánchez siguiendo la consigna que su partido popularizó durante la pandemia: sentar al Gobierno central en el banquillo.
El Supremo fue muy claro entonces al rechazar cualquier investigación penal y general a los gobiernos, centrales o autonómicos, por la gestión de la pandemia. Varias de las organizaciones que acudieron entonces a los tribunales han vuelto a la carga solicitando medidas legales contra las autoridades. Entre ellas Manos Limpias, que ya ha denunciado a la AEMET y sus responsables por homicidio imprudente, o Iustitia Europa, que se ha querellado contra Pedro Sánchez, el ministro Fernando Grande-Marlaska o Carlos Mazón, presidente del ejecutivo valenciano.
Muchas de estas organizaciones, partidos ultras e influencers de la órbita de la extrema derecha han buscado hacer suyo el lema “Solo el pueblo salva al pueblo” popularizado en las redes sociales tras la oleada de solidaridad de voluntarios llegados, sobre todo, de la propia Comunitat Valenciana. Y abiertamente para sus propios objetivos políticos: ayer varias de ellas convocaron protestas en la calle Ferraz de Madrid, en las inmediaciones de la sede central del PSOE. Otras no se sumaron: tienen las suyas propias convocadas para los próximos días.