La extrema derecha normaliza la violencia en su ofensiva contra el Gobierno
La extrema derecha da un paso más. Tras instalar en todas las instituciones en las que tiene presencia un discurso de odio cargado de insultos contra sus adversarios políticos, Vox y los grupúsculos mediáticos y de agitadores que le apoyan han cruzado en las últimas semanas algunas de las pocas líneas rojas que les quedaban por atravesar. Aunque en los últimos años ya han sido habituales campañas de acoso personales incluso en domicilios de dirigentes políticos (como el caso de Pablo Iglesias e Irene Montero), ha sido en las últimas semanas cuando ha vuelto a evidenciarse la normalización de gestos y actitudes violentas como parte de su ofensiva contra la izquierda, en general, y frente al Gobierno progresista, en particular.
La estrategia se evidenció el domingo, durante la celebración de la Nochevieja en la calle de Ferraz de Madrid en la que varias decenas de ultras apalearon y terminaron ahorcando a un muñeco que simulaba al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Todo había arrancado semanas antes con la amenaza de Santiago Abascal de “colgar por los pies” al presidente o con la agresión de Javier Ortega Smith a un concejal de la oposición en el Ayuntamiento de Madrid.
El último episodio tuvo lugar justo cuando acababan de dar las campanadas de fin de año. Unas 300 personas hicieron corro en la confluencia de la calle Ferraz con Marqués de Urquijo, en Madrid. Justo el punto, frente a la iglesia, en el que hace casi dos meses se produjeron algunas de las movilizaciones violentas de ultraderecha tras la investidura de Pedro Sánchez. Esta vez, a raíz de la convocatoria de varias webs, agitadores ultras, y la asociación juvenil de Vox, se dio la bienvenida al año nuevo apaleando un muñeco que representa al presidente del Gobierno ahorcado de una soga en un semáforo.
“¡Toma lo que te mereces, psicópata!”, arengó un hombre a otro que vertió su ira a palazos con el monigote. “¡Hay que acabar así con él!, reclamó otro mientras los asistentes se turnaban para sacarle a la figura los ojos, arrancarle un brazo o la nariz, sucesivamente. La retahíla de insultos, de proclamas de odio y de amenazas al presidente fue inabarcable: ”¡Toma justicia del pueblo, bolchevique!“, gritó otro.
En el lugar se vieron banderas de España, pero también abundaron las franquistas. Y otro asistente lanzó una consigna más a la piñata, ya casi deshecha, de Pedro Sánchez: “¡Una, dos y tres: por los pies!”. La proclama es en realidad una versión hecha cántico de lo que dijo el líder de Vox, Santiago Abascal, hace apenas unas semanas durante la toma de posesión del nuevo presidente argentino, el también ultra Javier Milei. “Habrá un momento en que el pueblo querrá colgar por los pies a Pedro Sánchez”, dijo entonces Abascal, en una entrevista en el diario Clarín.
Aunque la violencia verbal de la extrema derecha es tónica habitual desde que Vox tiene representación parlamentaria e institucional, con acusaciones que han llegado a calificar a Pedro Sánchez como un presidente “criminal” por su gestión de la pandemia, la sensación en el PSOE es que en los últimos meses se ha dado un paso más. “Focalizan en Pedro Sánchez, pero esto es persecución ideológica. Están criminalizando una forma de pensar, unas ideas. Es muy serio”, denuncian desde la cúpula socialista.
La agresión a Rubiño
Hace solo unos días, en el Ayuntamiento de Madrid, el diputado, concejal y dirigente nacional de Vox, Javier Ortega Smith, se dirigió en tono amenazante al concejal de Más Madrid, Eduardo Fernández Rubiño, y terminó lanzándole una botella. Ocurrió después de que el dirigente de la extrema derecha hubiera intervenido en la defensa de una propuesta. Antes de volver a su escaño, se dirigió al asiento de Rubiño y lo agredió golpeando con su carpeta los papeles del edil, lanzando la botella contra él. Y después, le dijo: “Ahora, llora”. Así lo contó el propio concejal de la izquierda.
“Fomentan el odio hacia el PSOE y otras formaciones de izquierdas. Y es algo que, evidentemente, está organizado”, apuntan en Ferraz, donde ya anunciaron una denuncia ante la Fiscalía por las palabras de Abascal sobre Pedro Sánchez y ahora se disponen a presentar una querella por delito de odio a cuenta de la Nochevieja ultra.
“Es un acto violento, cargado de odio”, aseguró este martes el portavoz parlamentario de los socialistas, Patxi López, durante una entrevista en TVE. López aseguró que, en opinión de los servicios jurídicos del PSOE, los hechos podrían ser constitutivos de un delito de odio, y añadió que en cualquier caso intentarán “que los responsables comparezcan ante la justicia”. “Hay que atajar ya de raíz esta escalada verbal y física porque, si no, ¿qué será lo siguiente?”, se preguntó antes de alertar sobre la deriva de la extrema derecha. “¿Hasta dónde están dispuestos a llegar?”.
El portavoz del PSOE aprovechó la oportunidad para lanzar un mensaje al PP para exigirle que rompan con quienes llevan a cabo de manera directa o indirecta este tipo de acciones, en referencia a Vox. “Pedimos a los responsables políticos que dejen de alimentar estas acciones”, reclamó antes de añadir: “Le pedimos al PP que rompa cualquier vínculo con la gente que provoca o protagoniza estos hechos. Todavía no han salido a condenar lo que pasó”.
Ni el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ni ningún otro miembro de su dirección habían condenado a lo largo del martes los actos protagonizados por simpatizantes de la extrema derecha en Nochevieja. Fuentes de la dirección popular hicieron llegar a los medios un escrito para señalar que “el mismo PSOE que acaba de decir que no le parece mal a nivel penal que se quemen fotos del Rey o la bandera de España se muestra indignado por una piñata con la cara de Pedro Sánchez”.
“No nos gusta lo que pasó esa noche y todo lo que no entre dentro de los límites del respeto cuenta con nuestro rechazo y condena”, explicaron esas mismas fuentes. “En esa concentración también se insultó de extrema gravedad a cargos del PP”, añadieron, en alusión a las descalificaciones que se vertieron contra el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. “¿Qué opina el PSOE de los insultos a Almeida por parte de los mismos que golpearon la piñata? ¿Y de la quema de muñecos con la imagen de Feijóo en Galicia? ¿Y de la quema de imágenes del presidente del PP en la Diada?”, se preguntaron en Génova 13. “Nuestra postura es la misma en todos los casos. La suya, no”, zanjaron.
Uno de los pocos miembros del partido que se pronunció al respecto fue el diputado Rafael Hernando, aunque no precisamente para solidarizarse con Pedro Sánchez. “Lo del muñeco frente a Ferraz es tan deleznable como lo de aquellos que simulaban guillotinar a Mariano Rajoy o al Rey”, dijo en sus redes sociales. “Lo malo es que los que sonreían en silencio antes y ahora son víctimas, buscan penalizar lo suyo mientras despenalizan las injurias a la Corona, o enaltecer a ETA”, añadió.
“Aquí no hay polarización, eso no es así en este país”, dicen en la dirección socialista, donde señalan a “una serie de organizaciones políticas y de otros ámbitos que en perfecta organización están instalando un discurso de odio. Y otros somos objetivo de ese discurso”, concluyen.
En sus declaraciones de este martes, Patxi López instó directamente al PP a abandonar los discursos políticos incendiarios que puedan sustentar acciones violentas como las vividas en las últimas semanas ante la sede de Ferraz. “Lo que decimos en las tribunas no es gratis, todo tiene consecuencias. Cuando uno dice que Pedro Sánchez es un dictador y un traidor que gobierna con terroristas, son discursos que alimentan ese odio y esa rabia que a veces vemos en las calles”, lamentó.
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