El uso del catalán en la UE es como el Guadiana, un tema que aparece y desaparece periódicamente. Ahora ha vuelto al epicentro de las instituciones europeas después de que el PSOE alcanzara un acuerdo con Junts para la elección de la presidencia del Congreso tras las elecciones generales del 23 de julio para impulsar la oficialidad en el seno de los 27. El bureau de la Eurocámara -el órgano similar a la Mesa del Congreso en el que están representados los grupos en función de su representación para organizar la actividad parlamentaria- ha abordado este lunes un debate preliminar sobre la posible inclusión del catalán, el gallego y el euskera como lenguas de trabajo en el futuro.
Los grupos de los Socialistas y Demócratas (S&D) y Los Verdes, que son las familias europeas de PSOE, ERC y una parte de Sumar, han aprovechado para defender el uso de las lenguas cooficiales en la Eurocámara. Ese es, al fin y al cabo, uno de los acuerdos que alcanzaron en la mesa de diálogo entre gobiernos en julio de 2022 y que hasta ahora no había dado ningún fruto.
El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, envió justo hace un año una carta a la presidenta de la Eurocámara, Roberta Metsola, en la que solicitaba que las lenguas cooficiales pudieran ser utilizadas en la institución dando cumplimiento al acuerdo alcanzado con el Gobierno de Pere Aragonès. La misiva no tuvo ningún efecto. Hasta ahora.
Tras la petición formal que el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha hecho a la UE para que catalán, euskera y gallego se conviertan en lenguas oficiales, Metsola ha decidido incluir el asunto en la reunión que el bureau ha mantenido este lunes. “Es intención de la presidenta Metsola referirse a este tema en sus comunicaciones, lo que quiere decir que tendrá lugar una discusión inicial que, en todo caso, no quiere decir que se vayan a tomar decisiones a nivel de la mesa”, ha adelantado el portavoz de la Eurocámara, Jaume Duch.
En todo caso, la conclusión de esa discusión ha sido aguardar a lo que suceda el próximo 19 de septiembre, cuando los 27 debatirán el asunto, aunque tampoco se espera la decisión definitiva, según informan fuentes parlamentarias. Para que esas tres lenguas tuvieran el estatuto de oficialidad requieren la unanimidad de los estados miembros. Por el momento, la secretaría general del Parlamento Europeo elaborará un informe sobre el asunto.
Tanto los socialdemócratas como los verdes han dejado clara su defensa de esas tres lenguas como idiomas de trabajo en la Eurocámara e incluso se arrogan la inclusión del tema en la reunión de la Mesa, a pesar de que el portavoz del Parlamento asegura que se trata de una iniciativa de la presidenta. Así, han defendido que se acelere la propuesta. Los socialistas apuestan por que haya una resolución antes de que acabe el año. No obstante, los vicepresidentes de Renew (el grupo en el que están representados Ciudadanos y PNV) serían clave para inclinar la balanza en una ulterior decisión.
“Esta petición, que ya hiciera por carta el año pasado el actual ministro de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel Albares, y reiterada recientemente durante la presidencia española, responde al compromiso del presidente del Gobierno en funciones Pedro Sánchez de impulsar el uso de las lenguas cooficiales en las instituciones comunitarias”, señala el grupo que pilota la socialista Iratxe García.
“Esta medida es fundamental para promover la diversidad lingüística, el pluralismo cultural y proteger los derechos de las comunidades lingüísticas minoritarias y regionales en Europa”, señala el eurodiputado de los verdes Ernest Urtasun, que es el portavoz de Sumar: “Instamos al presidente Metsola a programar una votación para garantizar que el Parlamento Europeo aproveche esta oportunidad histórica para promover la diversidad lingüística en la Unión Europea”.
“Es desconcertante que el catalán, el decimocuarto idioma más hablado en la UE, todavía no pueda hablarse en las instituciones europeas. Hoy, esta Cámara puede dar el primer paso para rectificar esta injusticia histórica que sufren millones de europeos”, apunta la eurodiputada de ERC Diana Riba.
La discusión de este lunes es un paso más en el camino que se inició en 2005, con José Luis Rodríguez Zapatero en el Gobierno, cuando se produjo la primera petición para usar las lenguas cooficiales en la Eurocámara. En 2006, se llegó a un acuerdo para que los ciudadanos pudieran dirigirse al Parlamento Europeo, que entonces presidía Josep Borrell, en en esos idiomas, pero se desechó la posibilidad de que se usasen en el Pleno. Uno de los argumentos esgrimidos entonces era que ni siquiera el Congreso español permitía esa posibilidad. Ahora, el acuerdo alcanzado con las fuerzas independentistas para la elección de Francina Armengol, que permitirá hablar en catalán, euskera y gallego, da nuevas razones a los defensores de la iniciativa.