El PP activa el modo oposición total. La dirección del partido da por amortizadas las opciones de Alberto Núñez Feijóo de ser investido presidente del Gobierno. Ya solo confía en una hipotética repetición electoral si las negociaciones de Pedro Sánchez descarrilan. “O amnistía o nuevas elecciones”, dijo el lunes el 'número tres', Elías Bendodo, en una rueda de prensa en la que confirmó que su jefe de filas asistirá a la manifestación convocada por Societat Civil Catalana para el próximo domingo en Barcelona. Allí coincidirá, por primera vez en la calle, con el líder de Vox, Santiago Abascal.
Un presidente del PP volverá así a coincidir con el jefe de la extrema derecha institucional en una protesta contra los pasos dados por un Gobierno de Pedro Sánchez para recuperar la normalidad en Catalunya. Si en 2019 fue la famosa foto de Colón contra la negociación abierta con el soberanismo catalán, y en 2021 la reedición contra los indultos (ambas protagonizadas por Pablo Casado), ahora ocurrirá en la manifestación que pedirá que no se apruebe una ley de amnistía por los hechos ocurridos en el marco del procés independentista.
El PP tomó la decisión este mismo lunes, según Bendodo, aunque el propio Feijóo había dicho en una entrevista que su máximo líder acudiría a la marcha del próximo domingo. Una manifestación que está convocada desde hace semanas al calor de las arengas de José María Aznar, pero a la que el líder de la derecha no ha querido confirmar su asistencia hasta ahora.
La dirección del PP tiene claros los motivos del fracaso de las elecciones del 23 de julio, que confiaban en ganar de calle, incluso con números propios del bipartidismo. El resultado estuvo muy por debajo de las expectativas. Tanto, que Feijóo sabía desde el primer día que no lograría los números para ser investido presidente.
Entre esos motivos, que el propio líder del PP ha expuesto en diversas entrevistas, está su relación con Vox. Por un lado, los pactos postelectorales con la extrema derecha tras los comicios autonómicos y municipales de mayo. Los acuerdos en sí, pero también la forma en la que se negociaron y, en algunos casos, se impusieron.
Incompatibilidades con casi todo el arco parlamentario
Los estrategas del PP también han detectado en los estudios postelectorales que las mujeres votaron mucho menos a su partido de lo que preveían las encuestas. En este caso, los de Feijóo creen que el miedo a Vox provocó que muchas mujeres optaran por no votar o eligieran otra papeleta. Vox es también el motivo por el que Feijóo tiene imposible, hoy por hoy, ser investido presidente. La suma de diputados del PP, la extrema derecha, UPN y Coalición Canaria da 172, a cuatro de la mayoría absoluta. El PP ha intentado jugar con la idea de que podría tenerlos en caso de aceptar la amnistía, o de ceder ante las peticiones de los nacionalistas.
Pero la realidad es que si Feijóo hubiera logrado sumar al PNV, objeto de largo e infructuoso cortejo desde el pasado mes de agosto, “tendría que restar los 33 de Vox”, tal y como recordó el portavoz parlamentario, Aitor Esteban. Y viceversa, porque Abascal también ha explicado que sus votos no pueden sumarse a los de los nacionalistas. Como tampoco sería compatible que el PP asumiera la amnistía que exigen Junts y ERC, y mantener el apoyo de la extrema derecha.
La incompatibilidad entre la mayoría de los partidos del arco parlamentario con Vox, y la carga que supuso para Pablo Casado la foto de Colón, ha estado presente en las relaciones del PP con la extrema derecha desde la llegada de Feijóo.
Contactos secretos
El líder gallego, quien siempre presumió de gobernar Galicia en solitario y de haber impedido el crecimiento tanto de Vox como de Ciudadanos, intentó evitar durante meses cualquier contacto con Abascal. El PP mantuvo en secreto los pocos contactos que ambos mantuvieron e intentaron evitar cualquier imagen de ambos. Hasta el desfile militar del 12 de octubre del año pasado, en el que los dos líderes coincidieron.
Era la única fotografía de los dos líderes juntos. Tras las elecciones del 23J, Feijóo intentó poner distancia con Vox con el único objetivo de atraer algún voto que pudiera acercarle a la mayoría absoluta en la investidura. Lejos de lograrlo, los de Abascal amagaron con retirar su apoyo después de que el PP los dejara fuera de la Mesa del Congreso.
Feijóo tuvo que salir en público a refrendar sus pactos con Vox. Durante la reciente investidura, el líder gallego aseguró que la extrema derecha forma parte de la “alternativa” a Pedro Sánchez. Una incipiente alianza que tendrá su bautismo en las calles de Barcelona el 8 de octubre.