Domingo, noche electoral. El candidato del PP, Alejandro Fernández, dice que las elecciones del 12 de mayo habían “finiquitado” el procés. Martes, sede nacional del PP. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, desautoriza a su, por ahora, hombre en Catalunya: “El procés no ha muerto”. Este giro radical del discurso en 48 horas ha cogido a su candidato con el pie cambiado. Pero no solo. Otros dirigentes autonómicos han tenido que modular su mensaje para amoldarlo a las necesidades electorales de su jefe de filas.
Feijóo lanzó este martes la precampaña de las elecciones europeas ante el Comité Ejecutivo Nacional del PP, donde se sientan la dirección y los barones autonómicos. El líder del partido arengó a los suyos para lograr una “movilización de máximos” en unos comicios en los que se juega su proyecto de oposición a Pedro Sánchez.
Los estrategas de Génova ya preparan las líneas discursivas de la campaña. Y la amnistía a los dirigentes del procés, a diferencia de lo ocurrido en las recientes catalanas, será una de las principales bazas. “La sensibilidad es diferente en Tarragona que en Segovia”, según la argumentación de fuentes de la dirección.
Y para que la amnistía sea un elemento clave en la campaña de las europeas, el procés tiene que seguir vigente. Pese a que por primera vez en la historia un partido no independentista ha ganado las elecciones en votos y escaños sin una alternativa independentista que sume, como le pasó a Ciudadanos en 2017. Y pese a que ya se han producido las primeras dimisiones: el president saliente, Pere Aragonès, ha dejado paso a Oriol Junqueras al frente de ERC.
“El procés no ha muerto porque el 'sanchismo' lo necesita vivo para subsistir en la Moncloa”, dijo Feijóo. El líder del PP también sostuvo en su discurso que “la mejora” del PP que ha liderado Alejandro Fernández “es espectacular”. Una subida que “es la que realmente significa el descenso efectivo al procés”, en sus propias palabras.
¿Y cómo se conjugan ambas ideas? Para Feijóo, el procés sigue vivo porque Pedro Sánchez es el presidente del Gobierno. “Para que haya una nueva etapa de verdad en Catalunya sería imprescindible una nueva etapa también en España. Es imposible enterrar el procés en Catalunya mientras se mantiene desde Moncloa”, señaló el líder del PP.
Pero en el PP hay quienes piensan diferente. No solo Alejandro Fernández, quien este mismo martes, antes del discurso de su jefe, insistió en que “el veredicto de las urnas es inapelable” y que los catalanes “han trasladado” el mensaje de que “el proceso se acabó”. “Se tiene que acabar. Y yo quiero ser leal a ese mensaje inequívoco”, añadió, para matizar después: “Me gustaría pensar que el PSOE capta ese mensaje, pero me temo que van a seguir profundizando de la mano de Carles Puigdemont”.
Fernández y Feijóo ya estuvieron al filo de la contradicción en plena campaña electoral, cuando el candidato se abrió a un apoyo postelectoral condicionado a Salvador Illa. El líder nacional del PP lo rechazó. Este mismo martes, otros barones del PP secundaron el discurso matizado de Alejandro Fernández. Eso sí, antes de escuchar a su jefe de filas.
“Colectivamente, Catalunya ha llegado a la conclusión de que la independencia es una quimera que no tiene viabilidad en un marco constitucional ni europeo. Y eso es lo que ha reflejado precisamente estas elecciones, la caída en picado de la independencia”, dijo el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno. “Los ciudadanos catalanes han llegado a la conclusión de que la independencia es una utopía después de la aplicación del 155, después de la actuación judicial y policial, después del no reconocimiento internacional de nadie”, sostuvo en declaraciones a la prensa en la calle de Génova.
“Se han dado cuenta de que ha salido claramente mal. Un montón de empresas que se fueron de Catalunya, una falta de credibilidad de las propias instituciones, un desprestigio de la propia Catalunya, y creo que todo eso ha servido de revulsivo para que muchos ciudadanos sepan que la opción independentista no es real”, concluyó.
Moreno también entró en la cuestión de la gobernabilidad de Catalunya para señalar que Illa, como ganador de las elecciones, debería pedir el apoyo del PP para su investidura. Y, entonces, sería el turno del PP de decidir si se lo da. “Si el señor Illa quiere algún acuerdo, lo que tiene que hacer es pedirlo por los cauces oficiales y normales. Y lo segundo, empezar a respetar al PP y respetar lógicamente el programa del PP, porque si no, será prácticamente imposible”.
En el PP hay dirigentes que creen un error dejarse enredar en el debate de la gobernabilidad en Catalunya porque, sostienen, por sí solos los 15 diputados del PP no pueden garantizar nada. La aritmética salida de las urnas obliga a que otros grupos también sean parte de la ecuación para hacer president a Illa y, de momento, no se ha planteado ese escenario.
La continuidad de Fernández
El lío de declaraciones motivó que Alejandro Fernández publicara dos tuits intentando matizar sus propias palabras. Todo, durante la comida que habitualmente Feijóo celebra con sus barones al concluir los consejos ejecutivos. Con los comensales sentados a la mesa, Fernández escribió: “Los electores han votado acabar con el proceso, pero el problema sigue allí”. Luego, insistió: “Vale ya de manipular, please. Los catalanes hemos votado ‘finiquitar el proceso’. Pero es evidente que Sánchez, Illa y Puigdemont pretenden continuarlo”.
Fernández se subía así a la idea expresada por Feijóo unos minutos antes de que, tras las europeas, Sánchez hará presidente de la Generalitat a Puigdemont para mantenerse en Moncloa.
Las idas y venidas de declaraciones llegan cuando la dirección nacional del PP no ha resuelto la continuidad de Alejandro Fernández al frente del partido en Catalunya. Pese al éxito que, dicen, se logró el 12 de mayo, ni Cuca Gamarra el propio domingo, ni Borja Sémper el lunes ni el propio Feijóo este martes han querido confirmar en público que Fernández será su apuesta para liderar el PP catalán, pendiente de renovación desde hace años.
La respuesta llegará, como poco, tras las europeas, a las que Feijóo se ha lanzado a degüello. “Tener el liderazgo de la alternativa al procés en Cataluña es un gran paso para liderar el proyecto de concordia, de unión y de igualdad de todos los españoles”, dijo ante sus dirigentes. “Lo haremos en las urnas y lo haremos en las calles. En la manifestación del 26 de mayo por la igualdad de todos los españoles”, zanjó. En el acto la amnistía será clave, pero no como hipotética resolución del procés, sino como un nuevo elemento que lo cimenta.