Alberto Núñez Feijóo se ha rodeado en el Senado de su cúpula. Mire atrás, a un lado o al otro, los rostros que verá son los de los dirigentes que le acompañan cada lunes en la reunión de la ejecutiva del partido. El presidente del PP fue designado para la Cámara Alta por el Parlamento de Galicia el pasado mes de mayo, poco después de suceder a Pablo Casado como líder de la derecha. Es la única forma que encontraron en la sede nacional del número 13 de la madrileña calle de Génova para solventar un problema en su elección como rival de Pedro Sánchez: su ausencia del Congreso, el principal centro político estatal. Con el paso de los meses, la mayor parte de la nueva dirección del partido ha seguido sus pasos hasta convertir las primeras filas del Senado en el refugio del primer círculo de poder del PP, lo que les garantiza cercanía al líder, visibilidad mediática, sueldo público y aforamiento ante el Tribunal Supremo.
La crisis interna que llevó a la dimisión de Casado el pasado mes de febrero provocó, además de la elección de Feijóo como presidente, la renovación casi total del núcleo de poder del PP, que se repartieron entre el dirigente gallego y el andaluz Juan Manuel Moreno Bonilla. Pero el control total que había ejercido Casado en la elaboración de las listas electorales de 2019 supuso que los fieles de ambos estaban fuera de las Cortes Generales.
Ese fue uno de los primeros problemas que tuvo que abordar Feijóo al llegar a Madrid. La solución se tomó rápido porque era la única posible: el Senado. Una parte de los representantes en la Cámara Alta se eligen directamente en las urnas, pero otros son seleccionados por los parlamentos autonómicos, según las normas que se establezcan en los diferentes estatutos.
Dicho y hecho, tras Feijóo han sido designados por sus respectivas cámaras regionales un número importante de miembros del Comité de Dirección (el órgano diario de decisión del PP y más próximo al presidente), así como de escalas inferiores. El primero, el que fuera su mano derecha en el PP gallego, Miguel Tellado, y hoy vicesecretario nacional de Organización Territorial.
Tras su aterrizaje en el Senado, Tellado fue nombrado vicepresidente segundo de la Comisión de Transportes, lo que supone un complemento económico de 1.134,52 euros por 14 pagas, además de los emolumentos por senador (3.050,66 euros por 14) y la indemnización por desplazamiento (1.958,02 euros por 14) para los Senadores de circunscripciones distintas a Madrid.
Silencio sobre el sueldo de Feijóo en el PP
En total, Tellado se embolsará 86.000 euros al año. 16.000 más que los 70.121 que cobrará Feijóo del Senado, aunque los presidentes del PP históricamente han recibido también una remuneración del partido que difícilmente se hace pública salvo por obligación.
Tras ser elegido para el cargo, Feijóo dijo no saber qué salario se iba a poner. De momento, la dirección del PP no lo ha revelado y no tienen intención de hacerlo, así que habrá que esperar a que el presidente del partido salga del Senado para comprobarlo en su declaración de rentas ya que la que presentó este año al asumir el escaño recoge solo datos de 2021, tal y como marca la normativa.
El pasado mes de abril, Casado aseguró en su declaración de rentas al abandonar el Congreso que su sueldo como presidente del PP fue de 54.912 euros. Mariano Rajoy llegó a declarar 200.000 euros al año.
Feijóo y Tellado aterrizaron en el Senado en sendos puestos ya ocupados, pero en el PP no dan puntada sin hilo y buscaron destino a quienes no pudieron sino ceder su escaño. Uno, en la Casa de Galicia en Madrid. La otra, en la propia Xunta como secretaria xeral de la Vicepresidencia segunda que ocupa el coruñés Diego Calvo, elegido a su vez por Feijóo para el muy importante cargo de presidente del Comité Electoral del PP nacional, donde se fijan todas las candidaturas electorales.
Turno andaluz
Feijóo y Tellado fueron los mascarones gallegos del desembarco andaluz. Otros dos dirigentes del PP asumieron este pasado martes su cargo como senadores tras ser designados por el Parlamento salido de las elecciones del pasado mes de junio, y que depararon la mayoría absoluta para Juan Manuel Moreno.
El presidente andaluz terminó de soltar amarras con Elías Bendodo, el que ha sido su mano derecha desde que asumiera el relevo de Juan Ignacio Zoido al frente del partido. Viejos conocidos del PP de Málaga, Bendodo ha sido consejero de Presidencia, portavoz y factótum electoral de Moreno. Y ahora es coordinador general del PP nacional. Un cargo incompatible para Moreno, con responsabilidades en el Ejecutivo andaluz.
Bendodo se presentó a las elecciones andaluzas, pero la decisión ya estaba tomada: tras ser elegido senador, cedió el escaño en Sevilla. Este martes se estrenaba en la sesión de control al Gobierno con una pregunta sobre el hipotético indulto al expresidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, condenado por el caso ERE.
Con él ha llegado a la Cámara Alta otro de los puntales del Gobierno de Moreno, su ya exconsejero de Hacienda, Juan Bravo. El gurú económico por el que el presidente andaluz sí dio la batalla ante Feijóo. El gallego ganó y, como Bendodo, Bravo ha dejado el Parlamento justo después de ser designado senador, pese a ser el número uno del PP en su provincia de nacimiento, Jaén.
Bravo, inspector de Hacienda en comisión de servicios especiales, y que ha estado cobrando en la Junta un sueldo muy superior al de consejero gracias a un vericueto legal, estaba considerado un casadista impuesto a Moreno en 2020 por la dirección de Pablo Casado. Ahora, se ha convertido en uno de los puntales del PP de Feijóo ante el difícil panorama económico que se aventura en los próximos meses.
Ambos cobrarán, en principio, el mismo sueldo que su jefe de filas, unos 70.000 euros, ya que no complementan su puesto con ningún cargo en el Senado.
El pasado martes también juró su cargo la exalcaldesa de Jerez de la Frontera, María José García-Pelayo Jurado, exsecretaria de Cultura y Turismo con Casado. Su paso por la Alcaldía de Jerez estuvo salpicado de irregularidades y fue imputada en el marco del caso Gúrtel, pero el magistrado del Tribunal Supremo Antonio del Moral la salvó dos veces de ser juzgada pese a las pruebas en su contra. García-Pelayo ha dejado su puesto en el Congreso para pasar a la Cámara Alta y, pese a su pasado, repetirá en mayo de 2023 como candidata del PP en la ciudad gaditana. Su puesto lo ha ocupado el que era portavoz del PP en el Ayuntamiento de Cádiz, Ignacio Romaní, afectado también por escándalos durante su paso en Aguas de Cádiz.
Veteranos y segundos niveles
Junto a los recién llegados hay otros miembros de la dirección del PP que ya estaban en el Senado antes del ascenso de Feijóo. Es el caso del portavoz, Javier Maroto, uno de los pocos supervivientes en la purga llevada a cabo con el equipo de Casado. Maroto mantiene su cargo, que lleva aparejada su presencia en los Comités de Dirección de los lunes.
Maroto es uno de los dirigentes del PP que recibe un mayor sueldo público. A la asignación por senador, se suma la indemnización por ser de fuera de Madrid, y dos complementos: el de portavoz del grupo (2.897,09 por 14 pagas) y el de portavoz de la Comisión de Reglamento (1.134,52 euros por 14 pagas). En total, 126.564,06 euros.
También el viceconsejero de Coordinación Autonómica y Local, Pedro Rollán, era senador por designación de la Asamblea de Madrid, después de que Isabel Díaz Ayuso pusiera tierra de por medio entre su Gobierno y su inmediato predecesor en el cargo ya que Rollán fue presidente accidental de la Comunidad de Madrid tras la dimisión y huida a Ciudadanos de su amigo Ángel Garrido, enfadado porque Casado no apostó por él como candidato y optó por Ayuso. Una decisión de la que probablemente se arrepintió más de una vez.
Su sueldo es diferente. Por representar a Madrid recibe una indemnización menor, de 933,78 euros. Sumado el sueldo base y el complemento de portavoz de la Comisión de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, el total es de 71.665,44 euros.
Completa la nómina el presidente del Comité de Derechos y Garantías del PP, el expresidente de Extremadura José Antonio Monago. Senador por designación autonómica, es portavoz adjunto del grupo parlamentario y vicepresidente segundo de la Comisión de Hacienda, dos cargos con complementos compatibles entre sí, por lo que su salario anual es también de los más altos: 117.681,76 euros.
El resto del Comité de Dirección de Feijóo no está en el Senado porque ya ocupaban otros cargos públicos. Es el caso de la secretaria general, Cuca Gamarra, otra superviviente de la era Casado que mantuvo la Portavocía del Congreso. Como Esteban González Pons la del Senado y Dolors Montserrat la de eurodiputada.
Pero el desembarco de dirigentes del PP en el Senado no se circunscribe al primer círculo de poder. Otros siete altos cargos del PP ocupan plaza en la Cámara Alta, todos ellos relegados en su día por Casado.
Es el caso de Ana Isabel Alós, senadora electa por Huesca y que ocupa la Secretaría de Política Provincial e Insular. O Patricia Rodríguez (electa por Ávila) y secretaria de Familia, Igualdad y Reto Demográfico. Feijóo la ascendió a portavoz adjunta en la Cámara Alta.
Otro de los nuevos dirigentes del PP es Antonio Román, destacado militante antiabortista electo por Guadalajara, de cuya capital fue alcalde, y que hoy es el secretario de Política Municipal y Grandes Ciudades. Como en el caso anterior, fue nombrado portavoz adjunto, con la mejora económica respectiva.
Jaime Miguel de los Santos (designado por la Asamblea Madrid) es secretario de Cultura, Sofía Acedo (electa por Melilla), de Afiliación y Participación, Jorge Martínez Antolín (electo por Palencia), es secretario de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural y José Vicente Marí (designado por el Parlamento de Baleares), secretaria de Industria, Turismo, Comercio, Empresas y Economía Circular.