“No tengo muchas esperanzas, pero es mi obligación intentarlo”. Así ha reconocido Alberto Núñez Feijóo ante la Junta Directiva Nacional del PP las escasas opciones que tiene de ser investido presidente del Gobierno. Es la primera vez que Feijóo reconoce ante el principal órgano entre congresos de su partido, en el que están presentes los barones y representantes estatales, sus nulas opciones en la votación prevista para finales de septiembre. El PP ya se ve “en la oposición”, y comenzará a plantar batalla política a las supuestas concesiones de Pedro Sánchez a los independentistas para lograr su apoyo y ser reelegido por el Congreso.
Feijóo ha reunido este lunes a una Junta Directiva con destacadas ausencias. No han acudido el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, quien asiste al inicio del curso escolar en Jaén; ni el murciano, Fernando López Miras, quien toma posesión de su cargo tras pactar un gobierno de coalición con la extrema derecha; la extremeña, María Guardiola; ni el gallego, Alfonso Rueda, quien recibe a la reina Letizia en una visita oficial.
Tampoco ha asistido el líder del PP de Catalunya, Alejandro Fernández, quien en las últimas semanas ha mostrado en público su desacuerdo con los acercamientos de su partido a Junts. Fernández ha optado por asistir a la celebración de la Diada.
Y Catalunya ha sido la gran ausente del discurso de Feijóo. Después de decir la semana pasada que existe un problema “territorial” en España que precisa de buscar un “encaje” para Catalunya, el líder del PP ha obviado por completo a esta comunidad en su alocución, precisamente el día que celebra su fiesta nacional.
Feijóo ha defendido otra vez su investidura, pese a estar llamada al fracaso. “Ahora es más necesario para que no se silencie ni se obvie lo que millones de españoles, la gran mayoría, pensamos y queremos para nuestro país”, ha dicho en un discurso en abierto.
El líder del PP ha dicho que intentará representar en el Congreso no solo a los ocho millones de españoles que le votaron, también a los “11 millones” que suman los partidos que le apoyan (incluso el suyo) y los “centenares de miles de votantes socialistas y de otros partidos” que teóricamente “han sido arrinconados por recordar que lo que iba en el programa no es nada de lo que se está hablando para investir al perdedor y secretario general del PSOE”.
Feijóo ha justificado su fracaso a la hora de encontrar los votos necesarios para que el Congreso le invista presidente del Gobierno. “Los españoles no nos votaron para renunciar a nuestros compromisos a cambio del poder”, ha dicho. “Para sustituir las preocupaciones de las familias por los privilegios de una élite política”, ha añadido. “Ni para dejar en segundo plano el empleo, las pensiones, el Sistema Nacional de Salud, el agua, la educación y dar prioridad a la amnistía, el referéndum o la independencia”.
Mociones contra la amnistía
“No hay consentimiento de los españoles para que España deje de ser una nación, no lo vamos a consentir”, ha dicho. ¿Y cómo lo va a evitar el PP?: “Propongo usar todos los instrumentos democráticos: la fuerza del primer grupo del Congreso, la mayoría absoluta del Senado, los gobiernos autonómicos, los grupos municipales, las diputaciones provinciales y la vía judicial”.
El PP lanzará así una batería de iniciativas en ayuntamientos y parlamentos autonómicos, así como en las Cortes Generales. Declaraciones políticas en forma de moción con las que buscará que los concejales y diputados del PSOE tengan que votar a favor de la amnistía.
Feijóo ha dado pocas pistas sobre el contenido de estas mociones: “Llevaremos una iniciativa en favor de la igualdad de los españoles o en favor de los privilegios de los independentistas”.
“La respuesta al desafío separatista no es un enfrentamiento dialéctico entre la calle Génova y la calle Ferraz. La responsabilidad es colectiva. Y también la tendrán que asumir todos los órganos democráticos. Ningún político, concejal, parlamentario, va a poder esconder su opinión”, ha apuntado.
“Prefiero pagar el precio de un ‘no’ por defender esto, a un ‘sí’ a un desgobierno de desigualdad. Prefiero mirar a los ojos a la gente desde la oposición que bajar la cabeza solo para entrar en Moncloa”, ha asegurado.
“Es tentador y fácil el camino de entrar en la Moncloa, pero así no. Podemos decir con mucho orgullo que merece la pena elegir el camino de la libertad, más cuando está en peligro; de la dignidad, cuando la indignidad amenaza con inundarlo todo; de elegir la igualdad de todos los españoles, especialmente cuando alguien está dispuesto a cercenarla por su interés personal”, ha zanjado.