“Alberto Núñez Feijóo ha hecho lo que tenía que hacer y lo ha hecho muy bien”. La frase la publicó José María Aznar en sus redes sociales a primera hora de la mañana del miércoles. El expresidente del Gobierno, exlíder del PP y referente del ala más dura de la derecha española, daba así su sello de aprobación al acuerdo cerrado con el PSOE para desbloquear el Poder Judicial. Una buena señal para Feijóo, quien se ha impuesto a quienes dentro del partido le pidieron, en público y en privado, no pactar con Pedro Sánchez. Nadie lo ha criticado en público, y los que dudan o lo rechazan se han limitado a no decirlo en alto.
Es una notable diferencia con lo ocurrido hace dos años, cuando PP y PSOE ya tuvieron al alcance de la mano un acuerdo de renovación del Consejo General del Poder Judicial casi calcado al sellado el martes en Bruselas y con la supervisión de la Comisión Europea. En octubre de 2022 Isabel Díaz Ayuso se plantó y mandó un mensaje a su jefe de filas para conminarle a no firmar. Luego, lo hizo público.
Feijóo rompió la negociación, aunque adujo como excusa la reforma del Código Penal para eliminar el delito de sedición y modificar el de malversación. Un cambio que se daba por descontado, y que se unió a la larga lista de trampantojos a los que ha recurrido el PP durante más de un lustro para bloquear el órgano de gobierno de los jueces.
Todos los pretextos acumulados durante más de cinco años cayeron este martes. Los indultos siguen vigentes, como la reforma del Código Penal o el “asalto a las instituciones” que el PP se empeña en denunciar día tras día. La última vez, este mismo miércoles, por boca de Feijóo, menos de 24 hora después de la firma de Bruselas.
De hecho, la rúbrica se produjo el mismo día que los jueces catalanes confirmaban la exculpación definitiva de los primeros líderes políticos y activistas a los que se ha aplicado la ley de amnistía. Una norma fruto de la “corrupción”, según el argumentario de la derecha, que no evitó el acuerdo.
Un “empate” que sabe a victoria
Un pacto que, más allá de las declaraciones triunfalistas y las guerras dialécticas por el relato, en el PP saben que es un “empate”, en palabras de un diputado bien conocedor de las relaciones entre justicia y política, pero tras el que se ha alineado todo el partido, aunque algunos lo hayan hecho arrastrando los pies.
Es el caso del PP de Madrid. Su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, no ha emitido ninguna declaración favorable al pacto. Tampoco en contra. De viaje oficial en Alemania, ha optado por el silencio, aunque en otras situaciones similares no dudó en recurrir a su cuenta de Twitter para dar directrices sobre cualquier asunto. Su último mensaje en la red social hoy conocida como X es de su visita al Banco Central Europeo, y está publicado después de la firma que protagonizaron Félix Bolaños y Esteban González Pons.
Pero no solo ella. Su ‘número dos’ en el PP de Madrid, el muy activo en Twitter Alfonso Serrano, no ha dicho nada. Desde el Gobierno regional, el portavoz sí felicitó este miércoles a Feijóo por un acuerdo que su propia jefa de filas rechazó la semana pasada.
De hecho, tanto Ayuso como Aznar lanzaron mensajes contrarios a los acuerdos. En plena tormenta política por la condecoración al presidente argentino Milei, que la dirección del PP no ha respaldado, y cuando ya era público que había un nuevo intento de acuerdo. El expresidente, por su parte, llamó a la “movilización” permanente contra el Gobierno. Ambos, junto al presidente de Aragón, Jorge Azcón, reclamaron que el texto del acuerdo recogiera expresamente a fórmula “que los jueces elijan a los jueces”. Algo que no ocurrió.
Feijóo había tomado la determinación de intentar, esta vez sí, desbloquear el CGPJ. Y tenía el apoyo de la mayoría de los barones para hacerlo. Ya sea por convicción, por las presiones de la carrera judicial y de Europa, por interés político o por una mezcla de todas, el líder del PP ha cogido las riendas del partido casi por primera vez desde que asumió el liderazgo en abril de 2022, y ha llevado a término una negociación de cuyos detalles solo informó a los barones cuando ya estaba concluida.
El miércoles, los dirigentes del partido presentes en el Congreso se esforzaron en defender la gestión de Feijóo. No solo la letra del pacto, sino el hecho de cerrarlo por su cuenta. Dos años después, el líder de un PP baronizado en su aterrizaje actuó con autonomía.
“Es un golpe de mano”, asegura a elDiario.es un vicesecretario. “Ha comprobado que si tiras para adelante, te siguen”, añade, en referencia a los dirigentes territoriales. “Y si no te siguen, es lo que hay”, zanja. Otros dirigentes consultados hablan de “golpe de autoridad”, recuerdan el error político de condecorar a Milei y los problemas judiciales de la pareja de la presidenta madrileña, que estaba llamado a declarar esta misma semana, con Ayuso de viaje por Europa.
Pero no solo el PP se ha alineado, algunos con reticencias. También los líderes de opinión de la derecha. Desde Federico Jiménez Losantos a los editoriales de medios como ‘El Mundo’, que en anteriores ocasiones afearon a Feijóo sus acercamientos al Gobierno.
En el PP son conscientes de que el acuerdo anunciado el martes era el mejor que podían arrancar al PSOE. Tal y como reconoció un alto cargo de la dirección, fue el ultimátum de Pedro Sánchez (“la amenaza”, según esta fuente) la que propició la reapertura de las negociaciones. La oposición pensó que, esta vez sí, el presidente del Gobierno iba en serio y aceptó las tablas.
Ahora, queda en manos del nuevo CGPJ redactar una propuesta de reforma del sistema de elección de los vocales. Aunque en abierto los dirigentes del PP intentan asentar la idea de que la idea de que “los jueces elijan a los jueces” está en el acuerdo hecho público el martes, en privado son muchos los que saben que hay margen para que eso sea así, pero también para algún tipo de sistema mixto que dé más voz a la carrera sin sacar de la ecuación a las Cortes Generales. Es una decisión que el Poder Legislativo ha delegado en el Poder Judicial ante la imposibilidad de alcanzar una solución, reconocen en el PP.
En octubre de 2022, tras romper las negociaciones con el Gobierno, Feijóo cerró la puerta a cualquier acuerdo con Pedro Sánchez. “Los ciudadanos añoran acuerdos y pactos de Estado. Yo también, créanme. Estoy seguro de que llegarán con este PP y con otro PSOE”, dijo entonces.
El PSOE sigue siendo el mismo, a tenor de las declaraciones del propio Feijóo. Este miércoles, el líder de la oposición habló de “riesgo democrático” para España por la “ocupación del Estado” y de los “sectores productivos” que, dijo, practica el presidente. Lo que sí parece haber cambiado es el PP, cuyo líder ha dado su primer golpe interno sobre la mesa.