Feijóo y los indultos: de rechazarlos por “legitimar delitos” a planteárselo para Puigdemont

Marcos Pinheiro

10 de febrero de 2024 23:38 h

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Alberto Núñez Feijóo está dispuesto a indultar a Carles Puigdemont, siempre que no recaiga sobre él una condena por terrorismo que su entorno, pese a las declaraciones públicas de algunos dirigentes, ve poco probable. La medida de gracia, que implicaría condiciones previas como la renuncia a un referéndum o a la vía unilateral para alcanzar la independencia, supone una enmienda total al discurso del líder del PP, que hasta ahora había calificado los indultos a los independentistas como una “humillación” y un “error histórico”.

El gobierno indultó a los líderes independentistas condenados en junio de 2021. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, había ido preparando durante semanas el terreno para la medida de gracia. El 21 de junio lo confirmó oficialmente: “El Gobierno de España ha decidido afrontar el problema y buscar la concordia”. “No ignoro que hay personas contrarias a esta medida y tampoco ignoro sus razones, las respeto”, añadió.

Una de esas personas contrarias a los indultos era el propio Feijóo, por entonces presidente de la Xunta de Galicia, y al que aún le faltaban unos meses para alcanzar la presidencia del PP tras el golpe contra Pablo Casado. Como uno de los principales barones del partido, Feijóo asumió parte de la ofensiva del PP contra el gobierno por los indultos.

Unos días antes de que se confirmase el perdón del Gobierno, y ante la perspectiva de que este se iba a producir tarde o temprano, Feijóo dijo: “No es un indulto a unos políticos independentistas, es un indulto a los socios del Gobierno, y por tanto podríamos considerar que es un autoindulto”. Y profundizó en esa idea de indultar a cambio de algo: “En derecho administrativo, cuando uno tiene un conflicto de intereses debe abstenerse”.

El entonces presidente de la Xunta aprovechó su intervención en un desayuno informativo el 6 de junio de 2021 para responder a una carta en la que Oriol Junqueras había renunciado a la vía unilateral, como gesto antes del indulto: “Es la misma canción de siempre, lo que pasa que a veces le cambian alguna estrofa (…)Nos vamos a equivocar como Estado con ese indulto, creo que no vamos a resolver los problemas, vamos a legitimar un delito continuado”. “Es un error histórico”, para añadir que las manifestaciones contra los indultos no iban de izquierdas o de derechas, si no que “va de los creen en la igualdad ante las leyes y los que no”.

Dos días antes de que se produjeran los indultos volvió sobre la idea de que no se podía indultar a un político a cambio de su apoyo: “Es el salvoconducto que tiene el Gobierno para sustentarse en el Gobierno”. Advirtió entonces de que había palpado “una preocupación perfectamente democrática y razonable de la situación atípica de un conflicto de intereses en un indulto que beneficia más al que da el indulto que al indultado”.

En todas esas intervenciones hizo hincapié en el desprestigio que suponía la medida de gracia para el Tribunal Supremo y la Fiscalía General del Estado, que se había posicionado en contra de indultar a los líderes del procés: “Humillan al poder judicial, humillan al poder ejecutivo, humillan a las Cortes Generales, humillan a los propios ciudadanos”.

Ya con el perdón concedido, Feijóo tuiteó: “Los indultos no son concordia, son para aferrar a Sánchez al poder. No son de utilidad pública, agravan el problema en toda España. Debemos velar por la Constitución y la unidad, pero nunca legitimando a quienes quieren romperla”.

Tres días más tarde volvió a criticarlos. “No hay grandeza cuando se trata de romper la ley, no hay reconciliación en la rendición del Estado, y no hay ni puede haber perdón en la humillación de las instituciones”.

Ya como presidente del PP, Feijóo ha ahondado en su rechazo a los indultos. Hace unos meses avanzó la presentación de una iniciativa en el Congreso para que “ningún gobierno pueda indultar a un terrorista” y que esos “indultos no puedan ser moneda de cambio para obtener la investidura ni para obtener ninguna rentabilidad política”. Ya en 2020, su partido había llevado al Congreso una iniciativa para reformar de la Ley de Indultos de 1870 y que esta prohibiera expresamente la medida de gracia en casos como los presos del proceso independentista de 2017. La mayoría de la Cámara la rechazó.

Fuentes del PP señalan ahora que esos indultos a los independentistas que no han sido juzgados pasarían, en caso hipotético, por un regreso a España de los políticos que salieron del país tras el 1-O, un reconocimiento de la Justicia española, un acatamiento de la hipotética sentencia, un cumplimiento parcial de la condena, una petición expresa de la medida de gracia y, en último término, una renuncia a la unilateralidad y un reconocimiento del marco constitucional. Un viaje que no parece que Junts esté dispuesto a hacer, al menos de momento.