Feijóo lleva al Congreso su plan de oposición a Sánchez en el arranque de su investidura fallida
El momento de Alberto Núñez Feijóo ha llegado. Año y medio después de llegar a Madrid, el líder del PP pedirá este martes la confianza del Congreso para ser presidente del Gobierno. El problema es que la respuesta será negativa. Un mes después de recibir el mandato del jefe del Estado, Feijóo no ha sumado un solo voto a los 172 que tenía comprometidos antes de visitar al rey. El PP ha agotado todos los llamamientos, directos e indirectos, al transfuguismo. Y ya solo le queda la opción de usar el enorme protagonismo que tendrá estos días para lanzar su oposición a un Pedro Sánchez que se ve ya a un paso de la reelección.
La estrategia no es un secreto, la dejó muy clara el lunes la secretaria general, Cuca Gamarra, en una rueda de prensa. “Feijóo va a explicar lo que haría si tuviera la confianza, pero también lo que no hará para lograr ser presidente del Gobierno”, sostuvo. Dicho de otra forma por la misma persona: “Se podrá comparar un proyecto de país para 48 millones, lo que Feijóo quiere hacer, y lo que no está dispuesto a hacer porque supone defraudar a España”.
El líder del PP expondrá así durante la hora y media de discurso inicial en la que ha estado trabajando los últimos días no solo su programa para un Gobierno que no será, sino todo aquello que rechaza de lo que, supuestamente, está negociando Sánchez. O de lo que el PP dice que hará si consigue un tercer mandato en el Palacio de la Moncloa.
El nudo central de la propuesta de oposición de Feijóo será la crítica a la amnistía. Es el pegamento que ha encontrado el líder del PP para pegar a su partido después del buen resultado de las municipales y autonómicas de mayo, y el fiasco de expectativas de su leve victoria en las generales de julio.
El poder del PP descansa, más que nunca, en los barones territoriales. 12 de ellos, con mando en plaza. Todos acudieron el pasado domingo a respaldar a su jefe de filas en el multitudinario acto de Madrid, precisamente contra la amnistía. Y casi todos volverán a la capital este martes para apoyar desde el Congreso el fallido intento de investidura de Feijóo.
Sánchez se defenderá en la tribuna
La escenificación del cierre de filas comenzó el domingo, con el mitin-protesta en la Plaza de Felipe II, desbordada de asistentes. Decenas de miles de personas acudieron al llamamiento. Y allí, Feijóo ya dejó claro delante de los suyos que quiere liderar la oposición a Pedro Sánchez. De momento, cuenta con el respaldo de todos los que en el PP tienen algo que decir.
Fue la muestra de la impotencia del PP, y de su candidato, que volverá a verse este martes en el Congreso. Feijóo gozará de todo el protagonismo durante la semana. Primero, su discurso. Luego, el previsible ‘cara a cara’ con Sánchez.
Aunque nadie en el PSOE ha confirmado que el presidente en funciones participará en alguna de las réplicas al candidato del PP, fuentes parlamentarias socialistas lo dan por hecho y explican que se tomará la sesión plenaria como algo parecido a una introducción de su propia investidura. El plan es que Sánchez dispense a Feijóo un trato de “líder de la oposición” y no de candidato a ser investido, ya que en Ferraz consideran que es el propio PP quien ha tirado la toalla antes siquiera de someterse a la confianza del Congreso.
El líder de los socialistas asume que, ante la inviabilidad de ganar la votación, Feijóo intentará centrar el grueso de su intervención no tanto en desgranar ningún programa de Gobierno sino en arremeter contra el presidente en funciones y en hacer de la amnistía el eje de su discurso. Y el contraataque del PSOE pasará por retratar la soledad de un líder político incapaz de entablar alianzas con ninguna fuerza más allá de la extrema derecha.
“La España contemporánea es abierta, diversa y plural en sus calles y en sus lenguas, y volverá a ponerse de manifiesto esta semana en el Congreso”, dijo este lunes Sánchez durante la conmemoración del Día Internacional de las Lenguas en el Instituto Cervantes. El principal argumento del PSOE durante las sesiones de investidura de este martes será que ni el PP ni Feijóo tienen proyecto para esa España diversa.
Primer Pleno plurilingüe
Porque el de esta semana será el primer Pleno del Congreso plurilingüe en el que el objeto de debate no sea precisamente el uso de otras lenguas oficiales distintas al castellano. Es decir, se hablará en gallego, euskera y catalán de asuntos que no tienen que ver con los idiomas. En el PP no han querido revelar cómo abordará Feijóo esta cuestión. En el debate sobre el uso de los otros idiomas oficiales, el PP rehusó utilizar la traducción simultánea. Vox incluso abandonó el Hemiciclo entre gritos y aspavientos en una ‘performance’ que repitieron cuando el diputado del PP, Borja Sémper, usó el euskera levemente en su intervención.
Pero, ¿cómo lo hará Feijóo esta semana, en la que él será el protagonista? ¿Cómo podrá responder a los portavoces que empleen lenguas que no domina? ¿Los ignorará? ¿Intentará seguir su discurso en las pantallas con subtítulos que despectivamente él mismo llamó “karaoke” el pasado domingo? Lo único que han señalado desde el PP es que Feijóo usará el castellano en sus réplicas. Preguntados y repreguntados, en público y en privado, sobre los pinganillos, silencio, pero la semana pasada algunos dirigentes sí dijeron que el PP “nunca” los iba a utilizar.
La idea de Sánchez es evitar entrar al trapo de las críticas a una ley de amnistía de la que aún no se tienen detalles, e insisten en que será después del intento de Feijóo, y una vez se consume su fracaso, cuando el propio presidente afrontará una ofensiva comunicativa para dar cuentas del acuerdo político que aspira a alcanzar con el independentismo.
Hasta entonces, Sánchez se limitará a las líneas maestras esbozadas estos días respecto a la necesidad de pasar página del conflicto político en Catalunya. “El tiempo acabará dando la razón al progreso y la convivencia. En lugar del ruido transitorio del presente, la esperanza del mañana”, añadió en su palabras de este lunes en el instituto Cervantes.
Gamarra anticipó este lunes que Feijóo hablará de los “problemas reales” de la gente porque, según la secretaria general del PP, la amnistía de la que no para de hablar su partido no es lo que realmente interesa a los españoles. El domingo esbozó levemente algunos de esos elementos que el candidato abordará en su discurso.
Añadirá también lo que los presidentes autonómicos le hayan pedido en esa ronda de contactos que solo sirvió para mostrar el aislamiento del PP en el bloque de poder que ha formado con Vox.
Un bloque de poder que ha permitido al PP gobernar sobre millones de personas, pero que ha dejado a Feijóo sin opciones de llegar al Palacio de la Moncloa. Los 172 votos que previsiblemente obtendrá en las dos votaciones de esta semana en la sede de la soberanía popular no son su suelo, sino su techo.
Así se lo han explicado aquellos a los que ha intentado convencer de que le apoyen, como el PNV. A ellos se dirigirá también este martes, según anticipó Gamarra. “Feijóo va a apelar de manera directa a la conciencia de los dirigentes de partidos nacionalistas” en un último intento de mover algún voto. Pero es que el hipotético acercamiento de los vascos supondría el alejamiento inmediato de Vox.
Mucho más el de otros posibles aliados del PP que podrían sumar esos cuatro diputados que le faltan a Feijóo. La secretaria general dijo también este lunes que “Feijóo será el primer candidato a la investidura que, pudiendo obtener los votos para ser presidente, renuncia a conseguirlos”. El problema es que lograr esos pocos votos de más le supondría perder decenas.
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