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Feijóo cierra con Page su ronda con presidentes autonómicos para la investidura sin mover un voto

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, en una imagen de archivo en el Foro de la Toja.

Aitor Riveiro

21 de septiembre de 2023 14:03 h

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Alberto Núñez Feijóo ha gastado su última bala con el PSOE ante su investidura de la semana que viene, que previsiblemente fracasará. El líder del PP ha llamado este mismo jueves al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, muy crítico con la posibilidad de que su jefe de filas, Pedro Sánchez, negocie una posible amnistía con los independentistas a cambio de su apoyo en una futura votación. Ayer mismo asistió al acto organizado por Felipe González y Alfonso Guerra donde veteranos socialistas mostraron su rechazo al hipotético perdón. Y sobre ello han hablado, pero “no de manera concreta y detallada”, según fuentes del Gobierno regional. Feijóo no ha pedido a Page que intente impedir la negociación. “Tampoco lo hubiéramos aceptado. No le decimos nosotros lo que debe hacer él con Ayuso, Aznar o Aguirre”, zanjan las mismas fuentes.

De lo que no han hablado, según ha informado el Ejecutivo autonómico, es de la investidura, excusa de la llamada. Feijóo inició una inédita ronda de contactos con presidentes de gobiernos regionales ante su intento de ser designado presidente del Gobierno por el Congreso. Y en ese marco se ha producido la conversación de este jueves.

“Han abordado, esencialmente, cuestiones de interés regional tales como infraestructuras, política de agua o PAC. Se ha hecho, asimismo, una reflexión general sobre la situación política actual”, apuntan desde el Gobierno de Castilla-La Mancha. Es en esa “reflexión general” en la que han hablado de la amnistía “sin hablar nada de la investidura”. “No lo hubiéramos aceptado”, apuntan las mismas fuentes.

El equipo de Page ya había negado cualquier opción de que el presidente castellanomanchego fuera a intervenir para facilitar la investidura de Feijóo. “No somos interlocutores para hablar, ni para negociar nada sobre la investidura. Eso le compete al secretario general del partido”, apuntan desde el equipo del presidente.

Feijóo ha enmarcado la llamada a Page en el marco de los contactos que anunció tras recibir el encargo del rey de intentar una investidura para la que se quedó sin apoyos un día después de visitar el Palacio de la Zarzuela. Ante las cuatro semanas que tenía por delante, el equipo del PP ideó distintas reuniones con grupos políticos y agentes sociales para rellenar los muchos días que el candidato tenía por delante.

La ronda con los partidos se agotó muy pronto. El PP solo ha confiado en realidad en atraer a un PNV que les ha dicho que “no” de todas las formas posibles: por teléfono, en persona, por mensaje o a través de los medios de comunicación. Feijóo llamó al 'lehendakari', Iñigo Urkullu, que le remitió a la dirección del partido. Y el presidente del EBB, Andoni Ortúzar, le dio la negativa en persona, en una reunión que ambos mantuvieron en Madrid a principios de septiembre.

No es el único intento de atraer al PNV. El vicesecretario económico del PP, Juan Bravo, también se ha visto con algunas personas relevantes en el pasado en el partido, pero sin cargo alguno y con poca sintonía con la actual dirección, por lo que su capacidad de influencia es limitada.

Feijóo incluyó en su estrategia una inédita ronda de contactos con presidentes autonómicos, pero rápidamente todos o casi todos los que no son de su propio partido le advirtieron de que sus intentos serían en vano. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, el asturiano, Adrián Barbón, o la navarra, María Chivite, fueron los más claros a la hora de descartarse como interlocutores para la investidura.

Page también, pero el castellanomanchego es el único barón socialista crítico con Pedro Sánchez que sobrevivió en las elecciones del pasado 28 de mayo. El presidente autonómico ha mostrado su desacuerdo con la negociación abierta con ERC y Junts para la amnistía, así como con otras decisiones pasadas, como los indultos o la reforma de la sedición y la malversación.

Pero, ya desde el primer momento, Page descartó interferir de ninguna manera en el proceso de investidura. Ahora, desde su entorno insisten en el mismo mensaje: “Una cosa es fijar nuestra posición como Gobierno, que es nuestro derecho y nuestro deber, y otra muy distinta entrar en cuestiones que le competen al Parlamento de la nación”. El interlocutor, señalan, es Pedro Sánchez. Y Feijóo ya se reunió con él para recibir un “no”.

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