Alberto Núñez Feijóo insiste en atacar al Gobierno de coalición por su gestión económica desde que llegó al frente del PP en abril de 2022. Pese a los datos, el líder de la oposición señala de forma insistente de un “estancamiento” del PIB, acusa al Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz de “maquillar” las listas del paro y hace hincapié en un hipotético cataclismo en las cuentas públicas provocado por la deuda y el déficit que la Unión Europea ha descartado. Mientras, oculta su proyecto económico y quién lo encarnará, además de rechazar que se someta a un ‘cara a cara’ con la apuesta de Pedro Sánchez: Nadia Calviño.
El PP hizo públicas el miércoles las listas para las elecciones del 23 de julio. La expectación sobre el número dos de Feijóo en la papeleta de Madrid era muy alta. Históricamente, el partido ha mandado un mensaje claro con el ‘ticket’ que acompaña a su candidato a presidente del Gobierno: de Rodrigo Rato con José María Aznar y el primer Mariano Rajoy, a Manuel Pizarro o Soraya Sáenz de Santamaría después.
Nombres de mucho peso dentro del PP. Activos políticos de primer orden llamados a dirigir la política económica (o la política, en general) del Gobierno. Tras los fiascos de Pablo Casado (Adolfo Suárez Illana, primero, y una descafeinada Ana Pastor, después), en el partido confiaban en que su nuevo jefe, llegado de las “Tierras Altas” como él mismo las define para salvarles de la hecatombe, recuperara la senda que tantos éxitos electorales ha dado a la derecha.
Pero Feijóo ha roto los esquemas con la elección de Marta Rivera de la Cruz, exconsejera de Cultura de Isabel Díaz Ayuso, ajena a la militancia del PP, exdirigente de Ciudadanos y muy crítica durante muchos años con el partido que ahora le da cobijo para volver al Congreso.
Sin señales sobre su ministro económico
En el PP defienden que la intención de Feijóo era “mostrar su respaldo al mundo de la cultura” con Rivera de la Cruz y su portavoz y vicesecretario del ramo, Borja Sémper, en el tres. En la misma lista por Madrid, además de sus colaboradores más próximos, el líder del PP ha integrado al ‘número dos’ de Sémper en Génova y escritor Jaime de los Santos, así como a la también escritora y ex de Ciudadanos Aurora Nacarino.
El mismo día que lanzaban sus listas completas, Feijóo fue entrevistado por Federico Jiménez Losantos, quien le preguntó por su equipo económico. Una semana antes hizo lo propio en Onda Cero con Carlos Alsina. Ambos le preguntaron por la persona elegida para pilotar una materia clave en los próximos años y de la que el PP siempre ha hecho bandera. Y ambos se encontraron con una evasiva como respuesta.
A Alsina, Feijóo le dijo que le daría el nombre “después de las elecciones”. A Losantos, que no repreguntó al líder del PP, le dio a entender que ya tiene elegida a la persona, y que será “muy sólida” e “incuestionable desde el punto de vista técnico e internacional”. Y deslizó un nombre: Pablo Vázquez, el encargado de reflotar la fundación del partido, Reformismo21.
Pero Vázquez va en el puesto 13 de las listas del PP por Madrid. Y, pese a haber ocupado relevantes puestos en España (desde Ineco a Renfe o consultoras como McKinsey), no ha ocupado ningún cargo relevante más allá de las fronteras, mucho menos en Bruselas, donde España se juega decenas de miles de millones en fondos europeos en los próximos años.
¿Y el resto de nombres? La persona que teóricamente dirige la política económica del PP es Juan Bravo, quien será número uno por Sevilla. Bravo fue el consejero económico de Juan Manuel Moreno en su primera legislatura en Andalucía, y su perfil encaja en un futuro Gabinete, pero quizá más al frente de Hacienda.
En el equipo de Bravo hay algunos exconsejeros con poca o nula presencia en las listas del 23J. Es el caso de Miguel Corgos (que formó parte de gobiernos de Feijóo), pero que no concurrirá al Congreso; Paloma Martín (exconsejera de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura que Ayuso ha mandado al Senado para disgusto de algunos, que la ven preparada para retos mayores) o los exconsejeros de Economía de Murcia, Luis Alberto Marín y de Baleares, José Vicente Marí Bosó, y que encabezan sus respectivas papeletas. Completa el grupo Javier Thibault, uno de los principales colaboradores de Fátima Báñez en el Ministerio de Trabajo durante los gobiernos de Rajoy, y que tampoco aspira a ser diputado.
Una fundación opaca e informes externos
Pero esos nombres no contrastan con el perfil internacional que, dijo Feijóo, tendrá su responsable económico. Tampoco el vicepresidente y conselleiro de Economía, Empresa e Innovación que el líder del PP ha birlado a su sucesor en la Xunta. Francisco Conde, quien encabezará la lista por Lugo, es señalado como uno de los principales activos de Feijóo en el ámbito económico, pero con especial incidencia en el ámbito industrial.
Y hasta aquí dentro de las listas del PP. En Génova restan valor a la ausencia de un nombre claro que personalice la política económica de Feijóo. Las fuentes consultadas apuntan a que el líder del partido cuenta con importantes activos fuera de las candidaturas, e incluso de la estructura orgánica del partido.
“Estas listas son para ganar las elecciones”, apuntan desde la sede nacional en la madrileña calle de Génova. Así, el fichaje de Marta Rivera de la Cruz tendría como objetivo atraer a lo que queda del voto de Ciudadanos, cuya dirección ha decidido no presentarse a las elecciones del 23 de julio.
“Feijóo no ha querido identificar a su referente, no lo ha querido evidenciar”, afirman las mismas fuentes. “Lo va a decir más adelante”, apuntan. Quizá sea el próximo lunes. El candidato del PP protagoniza un evento informativo, el Nueva Economía Fórum, patrocinado por Asisa y Solaria. Un marco perfecto para el anuncio. O no, porque Feijóo dijo en Onda Cero que resolvería la incógnita tras las elecciones.
Desde el equipo del candidato del PP defienden, además, que no tiene por qué haber un nombre económico potente, como lo fue Rato o lo es Calviño. “Hay un equipo coral en materia económica”, apuntan desde Génova.
Pero el PP esgrime habitualmente informes y papeles que no salen de los despachos del número 13 de la calle Génova, sino del edificio de enfrente, donde se ha colocado temporalmente la fundación Reformismo21. O de 'think tanks' relacionados con la patronal, como el IEE. O Fedea, liderado por el presidente de Caixabank.
Pablo Vázquez y su equipo ocupan la entreplanta del número 15 de Génova, justo encima de una de las oficinas de banca privada del Santander. En los últimos meses solo se ha celebrado un acto semipúblico de la fundación, centrado en la política medioambiental y con protagonismo de la que fuera ministra del ramo y hoy vicepresidenta de la entidad bancaria con la que comparten oficina, Isabel Tocino.
¿Y quién trabaja para Reformismo21? Es un misterio. Génova a veces informa de algún nombre que Feijóo incorpora a un equipo ajeno a la organización del PP, que se suma al consejo asesor que anunció en marzo de 2022 y del que no hay rastro documental.
Con la fundación estarían colaborando, siempre según el PP, la exministra de Trabajo Fátima Báñez, hoy dirigente de la CEOE; el exdirigente de Ciudadanos Luis Garicano, fichaje recientemente anunciado pero que sigue trabajando en EE UU; o el que fuera fugaz ministro de Economía Román Escolano. Este último tiene algo más de bagaje internacional ya que fue vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones, pero no forma parte de las listas. Actualmente trabaja en Cunef, universidad privada de la gran patronal bancaria (ABA).
Feijóo juega así con los tiempos y busca el momento idóneo para anunciar a su referente económico, mientras ataca a la actual vicepresidenta primera, Nadia Calviño. El PP ha renunciado, de momento, a un debate económico con la excusa de que Calviño no integra las listas del PSOE, pese a que tampoco lo hizo Luis de Guindos las del PP en 2011 ni 2016. O, quizá, como tampoco lo hará ahora el elegido por el líder de la derecha.
Y eso que el PP ha elegido desde el principio la economía como uno de sus principales arietes contra el Gobierno. Retorciendo los datos, mintiendo a veces, o diciendo, a la vez, que la guerra de Ucrania afecta y no a la subida de los precios, por ejemplo. O quizá precisamente por eso: la ausencia de un referente permite que nadie tenga que hacerse cargo en primera persona cuando Feijóo dice, por ejemplo, que la economía española está “estancada” pese a crecer, o a arremeter contra la política de empleo, cuando los datos de la afiliación a la Seguridad Social se arriman a los 21 millones de personas cotizando. Un hito histórico.
Feijóo insiste en el mantra del Gobierno manirroto que tantas veces le funcionó en el pasado a su partido, y a él mismo. Apunta al incremento de la deuda (que sin embargo no para de bajar con respecto al PIB desde 2020) o a un supuesto gasto público desbocado que no es un problema para la Comisión Europea. El Gobierno de PSOE y Unidas Podemos ha presentado a Bruselas un proyecto que aumenta el gasto, y ha recibido el visto bueno. Incluso, Europa admitiría alguna décima más. Pero el líder del PP prepara el terreno para un futuro recorte presupuestario para 2024 que algunos dirigentes del partido sitúan en torno a los 20.000 millones de euros.