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Feijóo recluta perfiles “moderados” mientras se prepara para gobernar con Vox en el nuevo ciclo electoral

Aitor Riveiro

9 de enero de 2023 22:23 h

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Ha llegado el momento de Alberto Núñez Feijóo. El líder del PP se juega todo su capital político en 2023: o lleva a su partido otra vez al Gobierno o será el final de su carrera. Las elecciones generales están previstas a finales de año, pero en mayo se repartirá todo el poder municipal y buena parte del autonómico. Los comicios pueden catapultar las opciones del dirigente gallego si logra arrebatar algún gobierno al PSOE, pero también definirán su estrategia de alianzas, un terreno en el que juega a la ambigüedad: desprecia las coaliciones y se muestra alejado de Vox, pero no rechaza gobernar con la ultraderecha llegado el caso. Tampoco ha dado ninguna orden de romper acuerdo alguno con el partido de Abascal, allí donde el PP necesita su apoyo, pero en su intento de atraer a votantes que se perciben como moderados, Feijóo ha arrancado el curso con tres fichajes que son tres repescas: Borja Sémper, Íñigo de la Serna y Daniel Sirera.

La incorporación de Sémper como portavoz de la campaña electoral ha sido el anuncio estrella del PP en el inicio de 2023. El que fuera portavoz del partido en el Parlamento Vasco y líder en Gipuzkoa regresa a la primera línea tres años después de dimitir de todos sus cargos y anunciar su marcha por desavenencias con el proyecto de Pablo Casado.

Sémper protagonizó varios encontronazos con la entonces portavoz del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo. Ahora, con ella refugiada en las últimas filas de la bancada popular, el irundarra ha atendido a la llamada de Feijóo para ser precisamente el rostro del partido al menos hasta mayo, aunque todo apunta a que su estancia será mayor: Sémper se integrará en el Comité de Dirección del PP, el órgano ejecutivo y más próximo al presidente. El portavoz deja un cargo en la consultora Ernst & Young que, según Feijóo, estaba mucho mejor pagado que la remuneración que recibirá ahora en el PP, aunque este dato no ha sido revelado. De hecho, el PP no informa de cuánto cobra el propio Feijóo de las arcas del partido.

En su primera rueda de prensa como portavoz, este lunes, el nuevo dirigente fue al grano. “La crispación política no tiene reflejo en la sociedad española, que se esfuerza, dialoga y colabora. Aspiro a contribuir con la palabra”, dijo. “No voy a contribuir a dar más ruido”, añadió. “Feijóo me ha pedido lo contrario: moderación y centralidad donde otros solo ofrecen decibelios; propuestas frente a insultos”, apuntó.

Las dos palabras clave de su primera comparecencia fueron “moderación” y “centralidad”, adjetivos que se autoimpuso y que no dejan lugar a dudas de cuál será su función como portavoz del PP: ofrecer una imagen diferente a la que han dado hasta ahora los principales voceros del partido, Cuca Gamarra y Elías Bendodo. Precisamente sobre un tuit de la secretaria general acerca del intento de golpe de Estado en Brasil tuvo que responder Sémper, quien transitó entre desautorizar el mensaje de Gamarra e ironizar con que Lula “no va a va a modificar el Código Penal para rebajar las penas” a quienes asaltaron los edificios institucionales de Brasilia.

La comparación ya la había hecho horas antes el propio Feijóo en una entrevista en la cadena Cope en la que dejó otra frase para la hemeroteca, preguntado por la fórmula de gobierno en ayuntamientos y comunidades tras el 28 de mayo: “Este tipo de coaliciones son malas para el país y las coaliciones entre el PP y Vox, si se pueden evitar, y yo desde luego lo intentaré, las evitaré”.

Luego apuntó que, en realidad, “no depende” de él. Y que, si hace falta, pactará con quien tenga que pactar para alcanzar el poder. De hecho, el gallego rompió uno de los mantras que el PP ha repetido hasta la extenuación desde hace lustros: que gobierne la lista más votada. Feijóo abrió la puerta en la emisora de la Conferencia Episcopal a buscar acuerdos aunque su partido no gane las elecciones, lo que históricamente en Génova llamaron “pactos de perdedores” y que, de hecho, ya estrenó su predecesor en el cargo, Pablo Casado. Isabel Díaz Ayuso o Alfonso Fernández Mañueco gobernaron en 2019 tras perder en las urnas por acuerdos postelectorales que incluían a la ultraderecha.

Desde el PP insisten en que su intención es lograr una mayoría lo suficientemente amplia como para no depender de Vox, aunque el partido de Santiago Abascal en un mensaje en Twitter que solo ellos pueden “con su presencia en el Gobierno, garantizar una alternativa a Pedro Sánchez”.

Un Abascal que es amigo de Sémper, como él mismo reconoció en la rueda de prensa de este lunes. “Nos conocemos desde los 17 años. Hemos visto de todo. Nuestra relación personal es a prueba de bombas y la voy a seguir manteniendo”, dijo el flamante portavoz, aunque inmediatamente puso distancia con el proyecto político ultra: “Lo que representa no es lo que quiero para mi país”.

Preguntado expresamente por la coalición entre el PP y Vox que ha llevado a la extrema derecha a la vicepresidencia de Castilla y León, Sémper prefirió no responder.

De la Serna, para el programa

Pese a los intentos del PP de separarse de Vox y de pescar en el caldero de votantes socialistas descontentos, incluso con guiños al feminismo contrario a la Ley Trans, las encuestas indican que los futuros alcaldes o presidentes autonómicos del partido tendrán que entenderse de una u otra manera con Vox. También Feijóo, salvo que cambien mucho la situación de aquí a diciembre.

El intento de la nueva dirección de ofrecer un perfil menos identitario y más centrado en los problemas materiales de los españoles no ha cuajado. La cacareada recesión económica no ha llegado, la inflación en España está entre las más bajas de la UE pese a los augurios y el paro va a la baja. Y el PP se mantiene atrincherado en el Poder Judicial tras perder el pulso por controlar el Tribunal Constitucional, un hilo de coherencia que une a todos los presidentes que ha tenido el partido desde la refundación que lideró José María Aznar.

Por eso, al fichaje de Sémper se une el de Íñigo de la Serna. Alcalde de Santander durante nueve años y exministro de Fomento con Mariano Rajoy, abandonó la política activa tras la moción de censura de junio de 2018 y se pasó al sector privado. Entre otras, fichó por una empresa que había sido adjudicataria de contratos municipales cuando era alcalde.

Desde que en abril de 2022 Feijóo asumiera el liderazgo del PP, el suyo ha sido uno de los nombres que ha sonado de forma recurrente para volver al organigrama del partido. Pero los problemas económicos de la dirección nacional tras los sucesivos batacazos electorales de 2019 impedían unos fichajes, incluido el de Sémper, que ahora son posibles al calor de los préstamos a cuenta de los presumibles resultados electorales de este 2023.

De la Serna será el coordinador del programa electoral para las elecciones de mayo. Lo hará a partes iguales, aunque con muy poca publicidad por parte del partido, con Carmen Fúnez, quien ya se integró en el Comité Ejecutivo Nacional como responsable del área de Acción Electoral.

El equipo de campaña, que dirigirá el coordinador general, Elías Bendodo, también cuenta con destacados miembros de la actual dirección, como Miguel Tellado o Pedro Rollán. Y otros cargos intermedios tendrán un papel relevante: el malagueño Ángel González será el responsable de los actos públicos, la escenografía y la imagen, mientras la tesorera, Carmen Navarro, será la encargada del presupuesto y la financiación. El exalcalde de Badalona, Xabi García Albiol, será el coordinador de los candidatos.

El tridente de incorporaciones se completa con Daniel Sirera, quien había dado un paso al lado como jefe de gabinete del presidente del PP en la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, tras ocupar diferentes cargos en el PP de Catalunya. Sirera (Badalona, 1957) presidió el partido popular catalán durante un año de interinidad entre julio de 2007 y julio de 2008 tras la dimisión de Josep Piqué y la designación de Alicia Sánchez Camacho como líder de la formación conservadora en Catalunya.

También fue diputado en el Parlament durante 15 años (1995-2010) en los que llegó a presidir el grupo parlamentario. A su vez fue concejal en el consistorio, senador por designación autonómica y consejero del Consell de l'Audiovisual de Catalunya (CAC) entre 2012 y 2022. Sirera es otro perfil pretendidamente moderado cuya principal misión será la de salvar al PP de una situación crítica en Catalunya, donde quedó relegado a la última posición en las elecciones de febrero de 2021 con Vox cuadruplicando sus parlamentarios y Ciudadanos logrando el doble.

El 28 de mayo por la noche las calculadoras sustituirán a las intenciones y los discursos. Y los perfiles, moderados o duros, tendrán que justificar las decisiones que se tomen tras contar los votos en las urnas.