Feijóo trata de desmarcarse de Vox en un embarullado cara a cara con Sánchez

Tuvo poco de debate y mucho, o casi todo, de bronca política pura y dura. Las grandes protagonistas del 'cara a cara' entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo de este lunes fueron las continuas interrupciones de un candidato a otro que impidieron, en la práctica, cualquier intercambio medianamente fluido de argumentos en torno a ninguno de los bloques temáticos pactados. A lo largo de dos horas apenas se produjo una intervención no interrumpida por el contrincante. “¿Me deja hablar?”, se repitieron mutuamente a lo largo de la noche Sánchez y Feijóo.

Aunque los encontronazos entre los candidatos a la presidencia del Gobierno se produjeron en casi cualquier punto del debate, tuvieron su punto álgido, como era previsible, en la política de pactos. Feijóo mencionó de manera insistente a los “socios” del Ejecutivo, en referencia a los independentistas de ERC y EH Bildu, para lo que llegó a aludir incluso al asesinato de Miguel Ángel Blanco. Sánchez, mientras, señaló la alianza estratégica de los populares con la extrema derecha para gobernar en coalición.

Pedro Sánchez propuso a Alberto Núñez Feijóo un “ejercicio”: comparar qué perfiles de Vox y Bildu han sido “aupados” por sus respectivos partidos. Lo hizo después de que el candidato conservador le haya acusado de gobernar con EH Bildu por los acuerdos parlamentarios puntuales para sacar iniciativas adelante.  Así, Sánchez ha enumerado varios dirigentes de Vox que ahora ocupan importantes cargos institucionales con el apoyo del PP, como de Gabriel Le Senne, que dijo que “las mujeres son más beligerantes porque carecen de pene”.

“Un machista de libro”, dijo el presidente, que después se refirió al vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo, que cuestionó que el CO2 sea contaminante, o Marta Fernández, presidenta de las Cortes de Aragón, “una antivacunas declarada”, o el nuevo vicepresidente de la Comunidad Valenciana, que dijo que “la violencia no tiene género” y bautizó a su caballo como “caudillo”. “Un franquista”, expresó.

El presidente del Gobierno aseguró que Vox es un “partido constitucional”, pero rechazó que sea “constitucionalista”, como lo definió Feijóo y le dijo al líder del PP que incumple 25 artículos de la Carta Magna en su programa. “El señor Feijóo ha dicho que es un partido constitucionalista y niego la mayor. Es constitucional pero no constitucionalista. Lo dijo usted en 2019 cuando dijo que Vox es un partido de ultraderecha de verdad. Pues entonces no se puede pactar con Vox”, dijo el presidente.

El candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, se negó durante el debate a condenar el eslogan “que te vote Txapote” que dirigentes de su partido han lanzado al candidato del PSOE, Pedro Sánchez, y que algunas víctimas de ese terrorista han reclamado que se deje de utilizar. Entre ellas, la hermana de Gregorio Ordóñez, dirigente del PP en Euskadi.

“Usted tiene una gran oportunidad, decirle a los españoles que condena ese grito”, le ha dicho Sánchez. “¿Lo condena o lo acepta?”, le preguntó. Feijóo no lo condenó y ha respondió: “¿Me va a dar lecciones usted que con personas que usted ha pactado con personas con delitos?”.

Feijóo llegó a recurrir al asesinato de Miguel Ángel Blanco hace 26 años por la banda terrorista ETA para evitar responder sobre sus pactos con Vox. “Nunca jamás voy a gobernar ni pactar con el brazo político de quienes lo planificaron y atendieron de pactos no puede dar ninguna lección”, espetó después de que los moderadores le preguntaran si tiene intención de meter a Santiago Abascal en su gobierno tras el 23J.

Feijóo rehuyó durante los 100 minutos los acuerdos con la extrema derecha que ha cerrado su partido en un centenar de ayuntamientos, y la mayoría de comunidades autónomas, y pidió una mayoría suficiente para gobernar “sin los extremos” y dos semanas después de avalar el acuerdo en Extremadura para desbancar a la lista más votada, hizo una defensa cerrada de que gobierne el que gana las elecciones.

Interpelado directamente por el candidato del PSOE sobre sus pactos con la extrema derecha y preguntado también por los moderadores sobre sus intenciones de incluir a los de Abascal en su gobierno, Feijóo se empleó a fondo por esquivar la respuesta. Incluso con performance: “Usted ha dicho que va a ganar las elecciones. Yo le traigo un pacto para solucionar este problema y obsesión. Yo me puedo comprometer a facilitar su investidura si gana las elecciones”, dijo tras firmar un folio en directo.

El líder del PSOE le recordó que en algunos territorios, como Extremadura, el PP alcanzó pactos de gobierno con la ultraderecha a pesar de que la lista más votada fuese la socialista. “Le dejo el pacto y lo firmo delante de los españoles. Si usted es el candidato más votado, me voy a abstener. Si lo soy yo, ¿se va a abstener?”, insistió Feijóo.

Feijóo esquiva el negacionismo de la violencia machista de Vox

El candidato del Partido Popular y Pedro Sánchez se enzarzaron también a cuenta del Pacto de Estado contra la Violencia de Género en el bloque de política social e igualdad. El presidente popular aseguró que España tiene este acuerdo “que han firmado todos menos Podemos”, a lo que el presidente del Gobierno le corrigió: “menos Vox”.

La realidad es que el único partido que no se ha sumado al pacto es el de la extrema derecha. Todos los grupos firmaron en noviembre de 2021 un acuerdo para renovarlo y blindarlo a instancias del Gobierno, pero Vox se negó a refrendarlo un día después de impedir que el Congreso aprobara una declaración institucional contra la violencia machista con motivo del 25N.

Podemos, entonces Unidos Podemos, fue uno de los partidos que en su momento trabajaron en la Comisión de Igualdad de la Cámara Baja para aprobar el Pacto de Estado en septiembre de 2017, pero finalmente decidió abstenerse al considerar que era poco ambicioso y “carecía de perspectiva feminista”. Sin embargo, la renovación de 2021 fue pilotada por el Ministerio de Igualdad y el área de Igualdad del PSOE.

Feijóo reprochó también al presidente del Gobierno “la ley sanchista del sí es sí” que conllevó 1.155 reducciones de condena en aplicación de la nueva norma, de las que 117 supusieron excarcelaciones. “Esos violadores están a la calle por usted”, le espetó el líder del PP, que evitó durante todo el debate pronunciarse sobre el negacionismo de la violencia machista de Vox y su retirada de los minutos de silencio en memoria de las víctimas mortales de la violencia machista.

“Un error jurídico se corrige porque es un error pero una declaración machista u homófoba a sabiendas no es un error”, le respondió el presidente del Gobierno al candidato del PP, al que recriminó que esté “pactando con un partido machista”, en referencia a Vox. 

Sánchez recriminó a Feijóo que “contemporice” con quienes niegan la violencia machista después de que justificara el pacto con Vox en la Comunidad Valenciana diciendo que tuvo un “divorcio duro”. “Censuran una obra de teatro de Virginia Woolf de hace 100 años, elimina las políticas y las consejerías de Igualdad. Eso no es un error. Es una claudicación ante el machismo. Y es lo que está haciendo con sus pactos con el partido de Abascal”, zanjó.

En cuanto a política internacional, Alberto Núñez Feijóo arremetió contra el presidente por su política con Marruecos respecto a la que, sin embargo, evitó concretar sus planes. Y sacó el comodín del Pegasus. “Señor Sánchez, ¿qué ha pasado con Pegasus? ¿Qué información tiene de usted y de España?”, le preguntó Alberto Núñez Feijóo al presidente del Gobierno sembrando dudas sobre la información que pudieron conseguir al hackear su teléfono móvil. Sánchez ya dijo en el pasado que no tiene información confidencial en el aparato. 

Pero Feijóo fue un paso más allá al asegurar falsamente que el juez ha archivado la investigación por falta de colaboración del presidente del Gobierno. El magistrado lo ha hecho acusando de falta de colaboración a Israel, país donde se produce ese software. Israel no ha contestado la comisión rogatoria enviada por la Audiencia Nacional y ha frustrado la continuación de la investigación.

También hubo bronca por la situación económica del país, que el candidato del PP dibujó como la peor de la Unión Europea y que el presidente defendió por la creación de puestos de trabajo y por los datos de crecimiento y de inflación respecto a los países de nuestro entorno. Sánchez también habló de corrupción para definirse como un “político limpio” frente a los escándalos de corrupción de los populares.

En ese momento, el líder de los socialistas llegó incluso a deslizar, aunque sin nombrarla explícitamente, la amistad que mantuvo en su día el expresidente de la Xunta con el traficante gallego Marcial Dorado. “Puedo explicar hasta el último céntimo de mis cuentas y mis viajes por tierra, aire y mar”, insinuó en referencia a la famosa foto del barco.

El debate dibujó un choque frontal a quemarropa entre los dos principales candidatos a presidir el Gobierno de España a partir del 23 de julio con ningún punto de encuentro entre ambos. El único objetivo de Feijóo era no torcer su tendencia en las encuestas. El de Sánchez, más complicado, encontrar un revulsivo. Obligado a defenderse de los continuos ataques del líder de la oposición, el candidato del PSOE no encontró la victoria clara que anhelaba para dar la vuelta a todos los sondeos a solo doce días de las elecciones.