La fiesta dio paso a la reflexión de Felipe González. Era el momento más esperado del 40º Congreso del PSOE y en el que Pedro Sánchez había trabajado previamente: el reencuentro con el expresidente. Y se ha notado en el recibimiento a los exdirigentes del partido con una larga ovación. A pesar de los contactos previos, en la cúpula del partido eran conscientes de que el tótem del socialista es incontrolable, pero dio un respiro a Sánchez, el primero en muchos años. “Estoy disponible, no interfiero”, se ofreció al actual presidente del Gobierno con unas palabras que llevaban un recado también para José Luis Rodríguez Zapatero, con quien el actual líder socialista recompuso la relación mucho antes y tiene una mayor presencia en su día a día.
“Creo que el secretario general y presidente del Gobierno sabe que estoy disponible, sabe que digo lo que pienso y que pienso lo que digo y que no interfiero [ha dicho el expresidente al acabar su intervención de media hora larga en la inauguración del cónclave en Valencia]. Mi lealtad es con un proyecto político que encabecé durante 23 años como secretario general y durante trece y medio como presidente del Gobierno y que ahora encabezas tú, Pedro Sánchez. Adelante”. Ese ha sido el sello de la paz.
Pero, antes de mostrar su disponibilidad para el partido y el presidente, González había reivindicado su derecho a opinar libremente. Tras años de críticas y distanciamiento por parte del expresidente, que llegó a decir que está “huérfano de representación” política, el exmandatario socialista ha pedido a Sánchez que “estimule” la reflexión interna, que en los últimos años ha brillado por su ausencia. “Le voy a pedir expresamente al secretario general y presidente del Gobierno que estimule la libertad de expresar críticamente, que estimule la libertad para decir lo que se piensa”, le ha pedido delante de más de un millar de personas que asisten al congreso como delegados o invitados. “Así se construye un gran partido”, ha advertido.
“Yo creo en el socialismo democrático. Lo creo y lo practico y es el fundamento de la libertad. Yo me siento libre porque digo lo que pienso”, ha dicho González, que igualmente ha destacado que es responsable de sus palabras. “Eso no garantiza que no me equivoque”, ha reconocido antes de admitir que las circunstancias en las que le ha tocado gobernar a Sánchez son incluso más complicadas de las que él enfrentó. “Nunca me ha tocado vivir o gobernar una situación tan compleja como esta”, ha expresado.
González ha reivindicado así al actual líder del PSOE y ha lanzado un mensaje al PP, a quien ha acusado de defender la Constitución sin cumplirla -en referencia al bloqueo que persiste del Poder Judicial-. Zapatero también se ha referido al pacto alcanzado con el partido de Pablo Casado perpetrado por “súper Bolaños”, según ha llamado al ministro de Presidencia, y ha recordado que los socialistas han tenido vocación de pacto tanto desde el Gobierno como desde la oposición. En ese momento se ha referido a la lucha antiterrorista específicamente y ha recordado que se acerca el décimo aniversario del fin de la violencia de ETA, que se produjo al final de su mandato.
Y es que ambos han aprovechado para poner en valor su legado. “Yo me siento orgulloso de ser de los pocos que quedan de la generación de eso que se llama el régimen del 78”, ha comenzado González: “Cuando hablan de régimen del 78 definen perfectamente lo que pasó: un régimen que acabó y un régimen que empezó”. “No me llama la atención que haya fuerzas políticas en contra de la Constitución, porque en la Constitución eso cabe”, ha explicado ante un atento público. “Acepta cualquier tipo de posición ideológica, incluso a los que están en contra de la Constitución o del régimen del 78 que ahora todo el mundo lo haría mucho mejor, incluso yo”, ha ironizado. No obstante, González ha advertido de que “el edificio de la convivencia tiene que tener buena cimentación y que los cambios sean acuerdo a la ley sin ponerla en peligro”.
La sanidad pública, la educación universal hasta los 16 años o los viajes del IMSERSO son algunos de los logros que ha reivindicado González, que del mandato de su sucesor socialista, José Luis Rodríguez, a quien apenas se ha referido, ha ensalzado la creación de la Unidad Militar de Emergencias (UME). La relación entre ambos es tensa y con posiciones distantes en casi todo, aunque lo han obviado. “Siempre he sido moderado salvo en una cosa: no soporto la tiranía”, ha dicho en un mensaje que se interpreta como su cruzada contra el Gobierno venezolano de Nicolás Maduro: “No me importa que se disfracen con una bandera o con otra, la tiranía es una permanente violación de los derechos humanos”. Zapatero, por el contrario, apuesta por la mediación en Venezuela.
Él sí que ha tenido palabras de reconocimiento para el expresidente. “Hoy es un buen día para reconocer la ingente, transformadora tarea de Felipe González para España”, ha dicho su sucesor socialista en Moncloa. Además de reconocer su contribución, Zapatero ha recordado el ataque que recibió de José María Aznar al reclamar fondos europeos: “Nunca nadie del PSOE ha llamado pedigüeño a un dirigente de la derecha”.
Los discursos de los expresidentes eran el plato fuerte de la mañana en la que ha quedado formalmente constituido el 40º Congreso y en el que la gestión de la ejecutiva en estos cuatro años ha sido avalada por “unanimidad absoluta”, según ha anunciado el presidente del cónclave, Ximo Puig.
Ferraz se ha esforzado en la liturgia de unas jornadas en las que quiere pasa página de las cuitas internas que han protagonizado la vida interna del partido en los últimos años y sacar pecho de la gestión del pasado, con la que Sánchez tuvo una brecha en el último congreso. La proyección de imágenes de los exdirigentes socialistas, como Alfonso Perales, Carme Chacón o Alfredo Pérez Rubalcaba, ha provocado que el auditorio rompiera en aplausos en varias ocasiones.
“De este congreso vamos a salir a ganar los próximos ciclos electorales en España, porque es un congreso de unidad, de futuro, de socialdemocracia avanzada, renovada, fuerte, joven, dinámica. Y porque tenemos un Gobierno, un presidente y un secretario general que solo piensa en el porvenir de España y en la decencia de este país”, ha exclamado Zapatero antes de dar paso a González, que ha advertido nada más empezar que él iba a “bajar los decibelios”.
Y esa es la idea fuerza que Sánchez quiere trasladar en este congreso, la de la unidad del partido en torno al Gobierno y los poderes autonómicos, que ya puso en marcha con la remodelación del Gobierno de hace unos meses; pero el presidente ni siquiera ha querido pronunciarse hoy ante las cámaras que le han seguido a la salida del edificio para no empañar los mensajes de apoyo que ha recibido antes de que los delegados se pusieran a debatir las enmiendas para la actualización del ideario del partido, que pasa de reivindicarse como la izquierda hace cuatro años a reforzarse en la socialdemocracia.