- DOCUMENTO | El discurso completo de Felipe VI
Sin pronunciar la palabra Cataluña, el rey ha advertido de que el progreso y la salida de la crisis tiene relación directa con el desafío independentista y la posibilidad de que una parte del Estado apueste por la desconexión. La unidad y el respeto a la legalidad vigente han ocupado un papel fundamental en el tercer discurso de Navidad de Felipe VI.
“No son admisibles comportamientos que ignoren o desprecien los derechos que tienen y comparten todos los españoles para la organización de la vida en común”, ha señalado el monarca.
Según Felipe VI, “vulnerar las normas que garantizan nuestra democracia y libertad solo lleva, primero, a tensiones y enfrentamientos estériles que no resuelven nada y al empobrecimiento moral y material de nuestra sociedad”. “El progreso requiere de una convivencia democrática basada en el respeto a la ley, una voluntad decidida de construir y no de destruir, de fortalecer y no de debilitar”.
Saliendo de la crisis
De las palabras del rey se deduce que la crisis está dando sus últimos coletazos. El monarca ha asegurado que “vivimos la esperanza de la recuperación que ya hemos iniciado”. En esta línea, Felipe VI ha pedido empleo de calidad: “Todos deseamos que esa recuperación se consolide, que nos permita crear mucho más empleo y de calidad, y corregir las desigualdades”.
“Es muy importante que muchas familias puedan recuperar su nivel de vida (...). Que las personas más desfavorecidas tengan la certeza de que no se quedarán en la soledad del camino”, aseguró.
Compleja situación política
“Hemos superado una compleja situación política que conocéis bien”, aseguró el rey como antesala de su petición de diálogo político: “Es importante que los ciudadanos puedan tener la tranquilidad necesaria para poder llevar a cabo sus proyectos de vida”. “Que el diálogo y el entendimiento entre los grupos políticos permitan preservar los consensos básicos para el mejor funcionamiento de nuestra sociedad”.
Felipe VI ha pronunciado el tercer discurso navideño de su mandato desde su despacho de trabajo. Vestido con traje gris marengo y corbata rosa, el rey ha empleado 12 minutos y 1.682 palabras.