El PSOE daba por descontada la guerra abierta tras la decisión de disolver la federación socialista madrileña y cesar a Tomás Gómez como secretario general. Nadie en el equipo de Sánchez quiere comentar las declaraciones de Tomás Gómez llamando a la revuelta frente a la decisión de su partido. Según fuentes de Ferraz, “no se va a entrar en una guerra de declaraciones. La decisión está tomada y se va a cumplir”, aclaran.
La decisión no afecta a Antonio Miguel Carmona, candidato a la alcaldía y que este miércoles compareció junto a Gómez en la llamada a la rebelión.
El equipo de Pedro Sánchez da por seguro que, ante la decisión, no cabe recurso legal posible y que las declaraciones de Tomás Gómez se quedarán en una protesta sin puerto de destino. Fuentes de la dirección afirman que la comisión gestora con Rafael Simancas al frente quedará constituida en cuestión de horas.
A pesar de ello hay preocupación por la crudeza con que se presenta la guerra abierta entre los de Ferraz y los de Callao. Para acallar la disidencia, el número dos del PSOE está en permanente contacto con los secretarios generales del resto de las federaciones con la intención de que la discrepancia no se extienda más allá de Madrid.