Todo está más que cerrado para que este fin de semana en Granada la actual presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, se haga con todo el poder del socialismo andaluz y sea elegida secretaria general del Partido Socialista de Andalucía (PSOE-A) en el congreso regional. Lo será con más apoyos que los que obtuvo José Antonio Griñán hace apenas dos años, cuando el sector crítico llegó a alcanzar el 30% de los votos.
La razón es que la nueva baronesa emergente en el PSOE llegó a un acuerdo con Ferraz y con Alfredo Pérez Rubalcaba, como se traslució en la Conferencia Política, para apagar los rescoldos de las heridas que dejó el 38º congreso del partido entre Griñán, el secretario general del PSOE, y una parte del socialismo andaluz, encabezada por Gaspar Zarrías. Ahora, según fuentes de la dirección federal, la petición o la orden de Ferraz es apoyar y votar a Susana Díaz en el congreso, por lo que todo apunta a que saldrá elegida con un apoyo cercano al 90% de los votos de los delegados.
Una dirigente del partido comenta a eldiario.es con ironía que “ahora todos somos susanistas” y vaticina un congreso plácido y sin demasiados problemas internos, aunque todavía queda una parte del sector crítico que no controla Ferraz. Además, Rubalcaba estaba obligado a devolver el favor que le hizo Díaz en la Conferencia Política, cuando el PSOE andaluz dinamitó la estrategia del secretario general del PSOE de Madrid, Tomás Gómez, y de otros barones, para exigir un calendario de primarias concreto. La posición de Susana Díaz hizo dar un paso atrás a algunos de ellos, al saber que sin Andalucía no tenían muchas posibilidades de plantear nada con garantías de éxito.
Susana Díaz, gran conocedora del partido en Andalucía, ha implantado lo que algunos sectores denominan “disciplina por convencimiento” entre los territorios tradicionalmente enfrentados en esta comunidad. La traducción del término, según comentó a este medio una importante dirigente del PSOE-A, es que ha impuesto “disciplina por cojones”.
La presidenta andaluza quiere acabar con los enfrentamientos entre provincias y está maniobrando para que sean sus partidarios quienes lideren los territorios a nivel provincial. Nadie duda de que a Susana Díaz eso se le da bien.
Con la Junta de Andalucía en sus manos, más la Secretaría General del PSOE-A –la federación más importante del partido–, está claro que Díaz va a tener un papel fundamental en el futuro del PSOE. De sus decisiones o pronunciamientos, dependerá mucho el nombre del candidato a la Presidencia del Gobierno, aunque haya primarias abiertas.
Ella no va a jugar esa baza. Le falta ratificar su poderío político con ganar unas elecciones en Andalucía. Las últimas encuestas internas le dan más del 40% de los votos y una victoria clara, aunque deberá seguir contando con IU. Pero, como su antecesor, nunca ha ocultado que también puede llegar un aspirante del sur. Por ello, en el congreso de este fin de semana tal vez importe más saber quién será el número dos que su asegurada designación.