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“Fortuna”, laberinto lumínico con el que Grimanesa Amorós debuta en España

"Fortuna", laberinto lumínico con el que Grimanesa Amorós debuta en España

EFE

Madrid —

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Grandes cilindros de papel destinados a la fabricación de filtros para cigarrillos han sido el punto de partida de la instalación “Fortuna”, que la artista Grimanesa Amorós, peruana afincada en Nueva York, ha creado especialmente para la sala La Fragua, del antiguo edificio de Tabacalera.

Hace años esta creadora, reconocida internacionalmente por unas obras en las que la luz es parte fundamental, visitó el espacio y se encontró con cajas que contenían grandes círculos de papel para los filtros. “Le pedí al guardia se seguridad que por favor me las guardara, lo que así hizo”, recordó la artista durante una entrevista con Efe.

Estos cilindros, de 6.000 metros de papel enrollado, se han integrado en la instalación lumínica con la que Amorós se presenta en España, un primer trabajo en el que ha sido fundamental el espacio de la antigua fragua del edificio, que ha usado como un túnel en cuyo fondo ha situado un espejo que utiliza como núcleo del que parte la energía y en el que se refleja el espacio.

De este espejo surgen largos brazos lumínicos con diferentes formas que recorren y taladran el espacio formando un laberinto que atrae la mirada del espectador. “Existe una secuencia de luz de unos siete minutos en la que juego con tres tonos de luz blanca y con diferentes intensidades. Esta secuencia implica la atención del visitante”.

Para la realización de la obra Grimanesa Amorós ha utilizado tecnología de ultima generación y ha trabajado en colaboración con un ingeniero “que con su experiencia en la parte electrónica ha creado esa especie de cerebro que responde a la secuencia” que ella va marcando.

Los largos tubos de luz, de unos treinta metros y sin uniones, permiten a la artista dibujar en el espacio, al que suele enfrentarse “con un plan determinado”, pero luego es el espacio el que me va marcando como tiene que “resolver la pieza en su 'site specific'”.

Amorós, quien también utiliza los tubos de luz “a modo de lenguaje”, ha querido jugar con el título de la pieza, “Fortuna”, con la idea de que todas las personas tienen la misma oportunidad de ganar y alcanzar la ansiada fortuna.

Con sus hilos de luz enrollados, la artista teje un tapiz de formas y signos con el que quiere cautivar al espectador. “Creo que el tiempo es algo precioso y con esa idea trato al espectador. Si una persona viene a contemplar mi obra, trato de darle lo mejor posible en respuesta a su interés y para mi 'Fortuna' es la mejor pieza que he hecho hasta el momento”.

Este intento de dar lo mejor hace que de las obras de esta creadora “pueda disfrutar igualmente gente interesada en la ciencia y la tecnología que un vecino del barrio de Lavapiés. En mis piezas hay algo de particular de cada individuo y si puedo captar un minuto del espectador para mi es lo importante”.

Artista interdisciplinar en sus trabajos la luz no están separados de las piezas escultóricas y en muchos de sus vídeos cuenta con la colaboración de música que generan otros artistas sobre las imágenes que ella crea.

Es autora de obras como “The Uros House”, pieza inspirada en las viviendas flotantes de los indígenas del lago Titicaca con la que quiso rendir tributo a Perú, país en el que nació en 1962 aunque vive en Nueva York desde hace 27 años.

“La incubadora” está formada por once esculturas realizadas con moldes de su propio cuerpo cuando estaba embarazada, es otro de los trabajos de Amorós, cuya obra ha recorrido museos y espacios públicos de todo el mundo.

Países de América, Europa o Asia han sido escenarios de las obras de esta artista interesada en que su trabajo no quede delimitado a determinados espacios. “Creo que deben existir diferentes contextos para que un artista pueda cambiar su creatividad. No me interesa limitarme a espacios públicos o a museos, ferias o galerías. La variación me da mayor flexibilidad como artista”.

Una constante de esta variedad es esa utilización de recursos lumínicos, un interés que surgió a raíz de un viaje de Grimanesa a Islandia.

“Allí tuve la suerte de contemplar una aurora boreal. No podía creer lo que estaba viendo y pensé que compartir esa experiencia con distinta gente sería fantástico, aunque tarde años en configurar la forma en la que podría hacerlo”, relata.

El hecho de compartir es, en su opinión, una de las misiones de los artistas que con sus trabajos “hacen pensar al espectador en algo distinto así como vivir nuevas experiencias”.

Por Mila Trenas.

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