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Opinión - La violencia. Por Rosa María Artal

Podemos, la Francia Insumisa y otras fuerzas europeas lanzan un nuevo partido para distanciarse de la izquierda clásica

Irene Montero conversa con la líder de la Francia Insumisa en el Parlamento Europeo, Manon Aubry.

Irene Castro / Alberto Ortiz

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Podemos, la Francia Insumisa, el Bloco portugués y otras formaciones de izquierdas han lanzado un nuevo partido a nivel europeo bajo el nombre de ‘Alianza Europea de Izquierdas por los pueblos y el planeta’, que está pendiente de la tramitación en la Autoridad para los partidos y fundaciones europeos en el que se registró el pasado 29 de agosto. 

La alianza que esas fuerzas venían estableciendo desde hace años pretende convertirse en una nueva organización que marque distancias con las fuerzas de la izquierda más tradicional y comunista aglutinada en el Partido de la Izquierda Europea, del que forman parte Izquierda Unida y el PCE de España, y Syriza o Die Linke, entre otras. No obstante, convivirán bajo el paraguas del grupo de La Izquierda (The Left GUE/NGL) en el Parlamento Europeo. 

Han sido la Francia Insumisa, Podemos y el Bloco los que han liderado el proceso al que se han sumado también los nórdicos de la Alianza de Izquierdas finlandesa, el Partido de la Izquierda sueco, los daneses de Enhedlisten y los polacos de Razem, que únicamente tienen representación en Polonia. Para constituir un partido europeo se requieren siete partidos nacionales con representación en la Eurocámara o en los países de origen. 

La dirección la componen la sueca Malin Björk y la portuguesa Catarina Martins como copresidentas; la francesa Sophie Rauszer como secretaria general; la polaca Zofia Malisz como tesorera, e Isa Serra como administradora, según adelantó Politico.

El nacimiento del partido profundiza la ruptura con el Partido de la Izquierda Europea, del que hasta ahora formaban parte los daneses de Enhedlisten, que han sido muy críticos con la deriva del PIE, y con el que tenían lazos el resto de componentes, como la Francia Insumisa, que figuraba como observador. La separación ya se palpó en la campaña de las elecciones europeas cuando lanzaron una plataforma específica y firmaron una declaración conjunta. También durante la conformación de los grupos parlamentarios en la Eurocámara quedaron patentes las diferencias, aunque finalmente el grupo de La Izquierda aglutinó a todas las formaciones con un total de 46 eurodiputados. Ahora 18 de ellos estarán representados, además, en la ‘Alianza Europea de Izquierdas por los pueblos y el planeta’. 

“Es necesaria la más amplia unidad de lucha y movilizaciones populares en toda la Unión Europea. La Izquierda Verde Europea debe fortalecerse y organizarse, y el Bloco está comprometido con esta tarea. El Partido de la Izquierda Europea no ha cumplido esta tarea y ahora ve debilitada su capacidad política por la fragmentación interna, fruto del sectarismo frente a las fuerzas de la plataforma Ahora el Pueblo, a la que pertenece el Bloco. El Bloco, que ya no puede aceptar las formas de funcionamiento del Partido de la Izquierda Europea, ha decidido desafiliarse de este partido y tiene la intención de crear lo antes posible un nuevo partido político europeo, de acuerdo con la ley y por iniciativa de la plataforma Agora o Povo”, adelantaron los portugueses del Bloco en un comunicado tras los comicios en el que destacaba que las diferencias se acrecentaron a raíz de la guerra en Ucrania . 

En términos económicos para el Partido de la Izquierda supone una ligera merma dado que pierde la contribución directa de las formaciones que se han marchado y también parte de la subvención del presupuesto europeo correspondiente a los eurodiputados que firmaban para adscribirse al PIE, entre ellos algunos de la Francia Insumisa, que es el partido con mayor representación en The Left/GUE.

No obstante, lo que lamentan en el PIE es la imagen de división política que supone la formación de un nuevo partido. “Siempre hemos defendido que haya espacios unitarios. Es una pena que se pueda visibilizar una división en este momento de auge de la extrema derecha en Europa”, señalan.

Desde Podemos sostienen que el nuevo partido no surge como contraposición al PIE sino que “parte de la plataforma Ahora el Pueblo que lleva cinco años funcionando y es lógico que recorra ese camino de transformación”. 

Una alianza cocinada con tiempo

Los lazos entre Podemos, La Francia Insumisa y el Bloco de Esquerdas para trabajar en una alianza a nivel europeo se remontan en el tiempo. En España, gobernaba el PP de Mariano Rajoy, quedaban pocos meses para la moción de censura que lo sacó del poder, y al frente del partido todavía estaba Pablo Iglesias. El 12 de abril de 2018, en Lisboa, el político español, Jean Luc Mélenchon y Catarina Marins firmaron la declaración “por una revolución democrática en Europa” que alumbró la alianza Ahora el Pueblo (“Now the people”), el embrión del partido que ha quedado registrado esta semana.

“Nos hemos cansado de esperar. Nos hemos cansado de creer a quienes nos gobiernan desde Berlín y desde Bruselas. Nos ponemos manos a la obra para construir un nuevo proyecto de orden para Europa. Un orden democrático, justo y equitativo que respete la soberanía de los pueblos. Un orden a la altura de nuestros anhelos y de nuestras necesidades. Un orden nuevo, al servicio del pueblo”, rezaba aquel manifiesto, redactado con la mirada puesta en las elecciones europeas que se celebrarían un año después, en 2019. 

Mélenchon viajó a Madrid unos meses después para dar un discurso  junto a Iglesias. Ambos líderes comparten algunas similitudes y fundaron sus fuerzas políticas al calor de las movilizaciones sociales de la década pasada. Un año antes, el líder francés había rozado en las elecciones presidenciales el 20% de los votos, relegando al ostracismo a los socialistas franceses. 

En aquel momento se incorporaron a esa alianza, además de los tres partidos firmantes del documento, los suecos Vänsterpartiet, los daneses Enhedslisten y los fineses Vasemmisto. De cara a las últimas elecciones, en los diferentes encuentros que mantuvieron primero en París y luego en Copenhague, se fueron incorporando formaciones del ámbito de la izquierda de otros países. 

El pasado febrero una decena de partidos acordaron en la capital danesa un decálogo de medidas de cara a las europeas del 9J. Entre las prioridades, la alianza colocaba el feminismo como “eje transformador”, la defensa de los derechos de las mujeres y la comunidad LGBTIQ+ y, en plena ofensiva de Israel en Gaza apostaban por imponer sanciones fuertes contra “potencias invasoras” como el país de Benjamín Netanyahu. 

Aunque algunas de esas reuniones asistieron fuerzas como el Die Linke alemán, el Sinn Feinn irlandés o Mozemo, de Croacia, la alianza únicamente ha sumado al final a sus integrantes originales al Razem polaco.

La creación de este nuevo partido europeo llega en un momento importante para el partido de Mélenchon, cuya apuesta por un frente de izquierdas en las legislativas de julio fue clave para frenar a la ultraderecha. El líder de la Francia Insumisa ha ganado protagonismo en las últimas semanas, en plena tensión con el presidente Emmanuel Macron a cuenta de las negociaciones para la formación de un nuevo gobierno. 

Podemos por contra transita momentos complicados, con escasa influencia en la política española tras abandonar Sumar en diciembre de 2023. Con cuatro diputados en el Congreso, el partido que lidera Ione Belarra fio este año su supervivencia precisamente a las elecciones europeas del 9J, en las que colocó como cabeza de lista a Irene Montero y tras las que obtuvo dos eurodiputadas.

A nivel estatal, Podemos también inició con su separación de Sumar una estrategia de diferenciación en el espacio de la izquierda alternativa, opuesto en este caso al de sus compañeros franceses. Después de casi una década de política de alianzas con Izquierda Unida y el resto de actores, las tensiones con la coalición de Yolanda Díaz terminaron en una ruptura total sin visos por el momento de recomposición.  

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