Irene Montero: “Solo si Unidas Podemos gobierna va a haber políticas progresistas”
“Se lleva como creo que lo hacen la mayoría de familias, como se puede”. Así responde Irene Montero (Madrid, 1988) a la pregunta de cómo concilia la campaña electoral que termina este mismo viernes con los cuidados de sus dos hijos. La número 2 de Unidas Podemos por Madrid responde a eldiario.es por teléfono en un hueco de una agenda dominada por los actos políticos y los turnos que hace con su pareja, Pablo Iglesias, para atender a su descendencia.
Montero sostiene que “no hace falta ser madre o ser padre para luchar por un país mejor”. Pero añade: “Tener hijos te da la conciencia de lo urgentes y necesarios que son los cambios”. Unos cambios que pasan por blindar los derechos sociales ante la propuesta económica y social “de las tres derechas de PP, Ciudadanos y Vox”. Sobre el auge de la ultraderecha, la dirigente de Podemos sostiene que “el problema de España no es Vox”, sino precisamente “que hay tres derechas que tienen no solamente a las mujeres en el centro de la diana cuestionando el derecho al aborto, sino un proyecto económico, social y de país que hace que la gente no pueda vivir sino que tenga que malvivir”.
La candidata reprocha a Pedro Sánchez que deje abierta la puerta a un posible acuerdo con Ciudadanos. “No se frena a la extrema derecha poniendo a una de las tres derechas a gobernar. Se la frena blindando derechos”. Y zanja: “Solo si Pablo Iglesias es presidente y Unidas Podemos gobierna se van a poder hacer los cambios importantes”.
Llega el final de la campaña de las elecciones del 28 abril. ¿Creen que han logrado en estas dos semanas detener la fuga de votos que señalaban las las encuestas e incluso revertirla?
Las encuestas son fotos fijas y es muy difícil medir los efectos de la campaña. Eso va a ocurrir el domingo con el voto de la gente. Sí puedo decir que hemos hecho una campaña que ha sido intensa y en la que hemos dado lo mejor de nosotras. Tenemos un objetivo claro que es gobernar y creo que hemos conectado con la necesidad de la gente de escuchar verdades sin estridencias y sin sobreactuaciones.
El regreso de Pablo Iglesias después del permiso de paternidad ha sido una de las claves de una campaña, que ha sido ascendente. Podemos quería ser otra cosa cuando se fundó en 2014. ¿Esa dependencia del secretario general es inevitable para los partidos políticos?regreso de Pablo Iglesiasque ha sido ascendente
Si nos hemos parecido a lo que queríamos evitar de la política de siempre ha sido en la gestión de las cuestiones internas. Siempre hemos reconocido la importancia de los liderazgos, que es algo que a veces la izquierda había subestimado. Muchos nos estaban dando por muertos, por nuestros errores propios, pero también enviándonos a las cloacas del Estado para evitar que gobernáramos y para intentar destruir a su principal liderazgo.
Eso se ha demostrado imposible. El proyecto político está vivo y Pablo Iglesias es el mejor candidato que podemos tener, sabiendo que cada vez hay liderazgos más plurales y corales. No sé si hay un partido político que tenga tanta amplitud de liderazgos como el nuestro: Alberto Garzón, Ada Colau, Ione Belarra, Noelia Vera, Rafa Mayoral, Pablo Echenique o Pablo Iglesias.
Hablaba de los problemas internos que ha tenido Podemos. En campaña suelen desaparecer de la agenda y es cuando mejor le va a Podemos. ¿Las campañas sirven para que la gente deje de pensar en esas muchas crisis internas y se centre más en las propuestas?
Las campañas son momentos decisivos en los que millones de personas piensan que a lo mejor cometemos errores, que no somos perfectos ni todo lo que esperaban, pero que en realidad somos los únicos que si gobernamos podemos hacer que cambien las cosas importantes. Que baje la factura de la luz, que se regule el precio de los alquileres o que haya una verdadera reforma del Estatuto de los Trabajadores que derogue las reformas laborales anteriores y que garantice el empleo estable. Para eso son las campañas. Para reflexionar por qué le das tu confianza a una serie de candidatos y candidatas.
Nosotros hemos hecho una autocrítica muy dura respecto a cómo hemos gestionado los problemas internos y como eso forma parte del proceso de maduración y de crecimiento de como fuerza política. Eso no se puede volver a repetir. Hay muchas cosas que han quedado como parte de la historia de Podemos de las que aprender para no volver a repetirlas.
Hablaba antes de la importancia de la campaña y de cómo se desarrolla. Pablo Iglesias y usted compatibilizan esta campaña con el cuidado de sus hijos y se afanan en estar al menos uno de los dos siempre con ellos. ¿Cómo lleva usted estar en la campaña siempre pensando que una determinada hora tiene que ir a dar el relevo y estar en casa?
Es un control milimétrico de la agenda. Sólo puedo agradecer a nuestros equipos, al de Pablo y al mío, que nos están ayudando a hacer que la conciliación, dentro de que no es fácil, sea posible. A los equipos, a las abuelas y a todo el mundo que nos presta ayuda. A los amigos y las amigas que nos vienen a ver y nos echan una mano. A toda la tribu que al final es necesaria para que la conciliación sea posible.
Se lleva como creo que lo hacen la mayoría de familias, como se puede. Buscando las maneras de hacerlo compatible y sabiendo también una cosa que hablábamos el jueves en Málaga con Alberto [Garzón], que también es su primera campaña con una hija. No hace falta ser madre o ser padre para luchar por un país mejor, pero tener hijos te da la conciencia de lo urgentes y necesarios que son los cambios. Los cambios tienen que ser ya y tenemos la responsabilidad de hacerlos ya y por tanto de gobernar ahora. Porque su presente y su futuro depende de que nuestra generación sea capaz de respetar lo que ya lucharon nuestras madres y nuestras abuelas y de dejarles a ellos un futuro mejor.
Dice que, como todo el mundo, tiene que recurrir a familia y amigos. Cuando comience la actividad parlamentaria, ¿cree que podrá dedicar las mismas horas a los cuidados que dedica ahora o que ha dedicado sus últimos meses?
Creo que tiene que ser posible la conciliación. Y eso también es un tema de campaña que tiene una parte de propuesta política. Cuando defendemos que la política y el trabajo tiene que ser compatible con la vida y que las personas tenemos derecho a ocuparnos y a cuidar de nuestros hijos y a que eso no penalice tu profesión, tu desarrollo profesional o tu disfrute del ocio, de la cultura o de los amigos, lo estamos diciendo de forma muy encarnada.
Tiene que haber escuelas infantiles de 0 a 3 años que sean gratuitas como un derecho de los niños, pero también de las familias y especialmente de las madres porque eso permite que haya formas colectivas de hacer compatible el cuidado con el desarrollo profesional. Y como eso, los permisos de maternidad iguales intransferibles o las prestaciones por hijo a cargo o las prestaciones para familias monoparentales, que son monomarentales la mayoría. Son políticas que ayudan a hacer compatible el trabajo y la vida. Ahora no solamente lo veo como una propuesta política que me creo, sino que también lo vivo de forma encarnada. La cuestión no es si hacerlo o no; lo tenemos que hacer posible.
El lunes y el martes se celebraron dos debates que parece que van a ser claves en el desarrollo de las elecciones del domingo. En el primero, Pedro Sánchez no quiso contestar si está abierto a pactar con Ciudadanos. El martes avanzó un poco en esa respuesta cuando dijo que no estaba en sus planes pactar con Ciudadanos. Pero ustedes insisten en alertar de ese riesgo de un pacto del PSOE y Ciudadanos. ¿Por qué no se creen a Pedro Sánchez cuando dice que no quiere en principio pactar con Ciudadanos?se celebraron dos debatesdijo que no estaba en sus planes
La gente está agradeciendo que se digan las verdades de forma honesta y sin utilizar circunloquios o frases muy medidas. Pedro Sánchez vio que en el primer debate le pasó factura no contestar a esa pregunta, que por otra parte tampoco había contestado nadie del Partido Socialista. Yo he tenido tres debates con la ministra [María Jesús] Montero y en ninguno quiso contestar. Al contrario, algunos de sus máximos responsables, por ejemplo el ministro [José Luis] Ábalos, llegó a decir con claridad que querían pactar con Ciudadanos o que estaban abiertos a pactar con Ciudadanos y después algunos intentaron rectificar.
El PSOE lleva toda la campaña evitando responder a esa pregunta y eso es lo que ha visto la gente. Que ahora en la última semana de campaña se busque una frase medida que nadie sabe qué ha querido decir exactamente, creo que es la muestra evidente de que siguen queriendo evitar responder a la pregunta clara de que, si les dan los números, van a hacer un gobierno con Ciudadanos. El PSOE no ha respondido si votarles va a servir para hacer vicepresidente a Albert Rivera. Han intentado buscar frases muy medidas y muy rebuscadas para evitarlo. Pero creo que en esta campaña tocaba responder con claridad. La gente que quiere un gobierno progresista a estas alturas de la película sabe que tiene que votar a Unidas Podemos. Solo si Unidas Podemos gobierna va a haber políticas progresistas. Incluso votantes socialistas van a prestar el voto a Unidos Podemos para garantizar que haya un gobierno de progreso.
Ustedes asumen que después del 28 de abril sí o sí habrá un gobierno de coalición en España. Bien entre el PSOE y Unidas Podemos, bien de las tres derechas e incluso del PSOE con Ciudadanos. ¿Se puede gobernar con un partido si no existe confianza política con ese aliado?
La clave para gobernar o para hacer cualquier tipo de acuerdo en política es la fuerza que tú tienes. La fuerza que te da la gente. Por eso le estamos pidiendo con insistencia a la gente progresista su voto. Aunque sepamos que no somos perfectos y no les gustamos en todo, somos los únicos que si gobernamos podemos hacer que cambien las cosas importantes y estamos dando garantías de ello. Podemos pedir el rescate a la banca porque no nos financiamos las campañas con la banca y podemos hacer que baje la factura de la luz porque no tenemos exministros o presidentes en consejos de administración.
La fuerza es la clave para un pacto. Obviamente la confianza puede ayudar, es un factor que no hay que despreciar y que es útil en política, pero lo determinante es la fuerza. Si hay confianza y no hay fuerza es imposible llegar a un acuerdo. Y, sin embargo, si hay fuerza pero no hay confianza, esta se puede terminar construyendo.
En ese hipotético acuerdo de gobierno, ¿plantearán un modelo como el que se ha llevado a cabo en la Comunidad Valenciana con el Pacto del Botáni, en el que se intercalan cargos de ambos partidos en las estructuras?
No hemos cerrado esa cuestión. Ha habido ejemplos suficientes y de maneras muy diferentes que hemos estudiado, pero no hemos cerrado esa cuestión. Vamos a ver los resultados del domingo y en función de eso tendremos que concretar esas decisiones. Creo que es evidente que va a haber gobiernos de coalición, pero cómo se haga esa negociación puedo dar una respuesta cerrada.
Hay muchos modelos, pero lo importante va a ser llegar a un acuerdo programático y no solo de reparto de las responsabilidades. Esto es muy importante porque quién ejecuta las cosas importa, pero también importa qué vamos a hacer y en eso nos vamos a centrar.
Uno de los elementos fundamentales a partir del 28 de abril será la presencia de Vox en el Congreso. Lo dijo Pablo Iglesias en los dos debates y será más o menos pero Vox entrará con una fuerza importante en el Congreso de los Diputados. Ayer mismo Vox llenó un acto en Valencia y el otro día en Sevilla. Usted que lleva militando desde los 15 años. ¿Qué sensaciones tiene, qué le parece, qué le dice el estómago cuando ve el ascenso de Vox?
A mí no me gusta que Vox pueda tener una representación parlamentaria nutrida. Son una escisión del Partido Popular que responde a cuestiones que mucha gente canalizaba a través del Partido Popular y que ahora han encontrado una forma más concreta más específica de hacerlo. Los dirigentes principales de Vox, empezando por Abascal, han vivido toda su vida por enchufe de lo peorcito del PP como es el caso de Esperanza Aguirre, para luego criticar a los funcionarios y bajarles el sueldo y privatizar la sanidad y la educación.
Lo que me preocupa a mí no es solamente el ascenso de Vox, sino que haya tres derechas en España que están dispuestas a pactar y a gobernar juntas como han hecho en Andalucía con un programa político que pone en cuestión derechos que estaban muy asentados. Y sobre todo quieren instalar un modelo económico que es; trabaje usted mucho, haga muchas horas extra no pagadas, cobre un salario muy bajo y muérase pronto porque no hay dinero para pagar las pensiones. Es un modelo de sociedad que no permite vivir bien a la mayoría de sus ciudadanos, por eso decimos que en este país tiene que haber un gobierno de progreso. Y si el PSOE puede y pacta con Ciudadanos, eso será un gobierno de derechas que de una forma mas tenue va a terminar también poniendo en cuestión esos derechos porque no deja de ser un gobierno de derechas.
A la extrema derecha de Vox y a la derecha que tiene el mismo proyecto económico no se la frena con titubeos. No se frena a la extrema derecha poniendo a una de las tres derechas a gobernar. Se la frena blindando derechos y para eso nosotros tenemos que gobernar. Andalucía es el mejor ejemplo de ello. Votar al PSOE no sirve para frenar a la derecha.
Vox hace cuatro años tuvo menos del 1% de voto y ahora las encuestas le dan hasta un 15%. ¿En Podemos han reflexionado y creen que tienen alguna responsabilidad en este auge?
La responsabilidad que podemos poner encima de la mesa es la que ya estamos poniendo. A la derecha se les frena blindando los derechos sociales, haciendo que su modelo de sociedad no tenga hueco y defendiendo nuestra vida en común.
Hay muchísima gente que ahora está indecisa y que pueden estar descreídas de la política que pueden preguntarse si la política sirve para cambiar su vida y para qué van a votar si las instituciones luego no cambian su vida. Nosotros no somos perfectos y en algunas cosas incluso nos hemos parecido a los partidos tradicionales. Pero también hemos hecho otras cosas que nos siguen distinguiendo y que nos han permitido demostrar que nosotros cumplimos, que damos garantías. A nosotros no nos compran, no terminamos en consejos de administración, nos limitamos los salarios, nos limitamos los mandatos y no hacemos campaña con un solo euro de los bancos. En eso somos diferentes y combatimos el descreimiento que está en la base de que las derechas puedan terminar emergiendo y puedan terminar siendo fuerte.
Si la alternativa es un Gobierno del PP con Vox, ¿rechazarán sentarse a negociar una alianza o un acuerdo parlamentario que incluya de alguna manera a Ciudadanos?
Vox es quien está poniendo en duda con más estridencia los derechos que estaban asentados y que habían conquistado nuestras madres y nuestras abuela. Pero Ciudadanos es un partido de derechas que también está poniendo en cuestión esos derechos. El derecho a huelga, el derecho a manifestarse o el derecho a un trabajo estable. Todas sus propuestas políticas y económicas, de una forma más estridente o menos, al final ponen en cuestión todos esos derechos. El problema de España no es Vox. El problema es que hay tres derechas, PP, Ciudadanos y Vox, que tienen a las mujeres en el centro de la diana, que cuestionan el derecho al aborto y al movimiento feminista y que tienen un proyecto económico, social y de país que hace que la gente no pueda vivir, sino que tenga que malvivir y sobrevivir con empleos precarios, con alquileres abusivos y con la economía descontrolada en manos de los consejos de administración de las entidades financieras y de los fondos buitre. Y ese proyecto no lo tiene solo Vox aunque lo explique de forma más estridente lo tienen las tres derechas.
El votante progresista se ha dado perfecta cuenta de que si quiere un gobierno progresista tiene que votar a Unidas Podemos. Porque si el Partido Socialista puede, va a pactar con Ciudadanos que es una de las tres derechas que tiene ese proyecto de país aunque lo diga de una forma más tibia. España no necesita el proyecto de Ciudadanos ni el proyecto de VOX ni el proyecto del Partido Popular, que en esencia es el mismo.
Solo si Pablo Iglesias es presidente y Unidas Podemos gobierna se van a poder hacer los cambios importantes.
¿Han echado de menos en esta campaña el apoyo expreso de Manuela Carmena o el de Íñigo Errejón a la candidatura de Unidad Podemos?
Respetamos lo que ellos hagan. Esperamos que después de las elecciones municipales y autonómicas podamos tenerles como aliados.