Si hay un tema que condiciona por completo la imagen en Internet de Alberto Ruiz Gallardón es el proyecto de reforma del aborto. Las restricciones que prepara el ministro de Justicia provocan una fuerte reacción negativa. También hay opiniones positivas, pero en un número bastante inferior.
Por el contrario, los cambios previstos en la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial reciben un porcentaje significativo de elogios. Se interpreta que el ministro está decidido a aplicar reformas en un mundo como el de la Justicia en general resistente a cualquier cambio y con una imagen deteriorada en todas las encuestas.
En el caso del aborto, la valoración negativa de la reforma se ve acompañada de críticas muy duras en el plano personal. En otras palabras, la gente no esperaba esto de Gallardón, y en un porcentaje altísimo, se refieren a la “falsa imagen de moderación” que disfrutaba hasta ahora, también entre votantes que no eran del PP.
Un 70% de los comentarios encontrados sobre él denuncian que esa moderación no era real y ahora asignan al ministro una posición ideológica “extrema”.
La “mala gestión económica” del Ayuntamiento de Madrid también aparece reflejada en los comentarios, aunque es posible que sea una consecuencia de las fuertes críticas recibidas por el tema del aborto.
Cuando un político es criticado por una decisión política, no es extraño que se recuerde cualquier precedente negativo.