Así lo indica en una primera respuesta parlamentaria, de fecha 29 de febrero y publicada en el Boletín de las Cortes Valencianas de este lunes, ante la pregunta formulada por el diputado de Compromís Josep Maria Pañella, donde se aseguraba que la escultura “de Carlos Fabra” en el aeropuerto se adjudicó a Ripollés “sin la correspondiente autorización del consejo de administración de la empresa” que gestiona la instalación y sin tener la documentación acreditativa de que el adjudicatario estaba al corriente de las obligaciones tributarias a la Seguridad Social, requisito “indispensable” de la Ley de Contrataciones del sector público.
En este sentido, Pañella preguntaba por los motivos que justificaban este “incumplimiento” y por si estaba previsto pedir las responsabilidades correspondientes. En otra pregunta, el diputado interpelaba por si el Consejo considera que es “correcto gastarse 30.000 euros en una estatua a mayor gloria de Fabra, en el momento de crisis”.
En su primera respuesta, la consejera subraya que entiende que la escultura a la que se refiere el diputado es la de la rotonda de entrada del aeropuerto “ya que no hay ninguna obra artística dedicada al señor Fabra” y defiende que Aerocas verificó antes de la firma del contrato que Ripollés “cuenta con la capacidad necesaria para contratar de la forma establecida en la legislación que resulta de aplicación”. Por ello, sostiene que “no ha habido incumplimientos de la ley ni responsables a quien pedir responsabilidades”.
“PIEZA ÚNICA”
En relación con la segunda pregunta y la “idoneidad” de la escultura, Johnson subraya que Aerocas encargó al escultor castellonense una escultura “original y pieza única, como elemento decorativo y significativo del artista de mayor referencia en la provincia y con el que se identifica la sociedad castellonense”.
En esta línea, subraya que la escultura denominada IDEA, según el mismo artista, “representa un individuo múltiple con la proyección de salida de un avión de dentro de la cabeza”, sin que “en ningún momento se encarga por parte de la sociedad ni se presenta por parte del artista un monumento homenaje como el que hace alusión en vuestra pregunta”.
Otra parlamentaria de Compromís, Mònica Oltra, preguntó por quién sufragará la estatuta del aeropuerto --infraestructura que calificada de “despropósito” y “elemento de descrédito” de la imagen de Castellón-- y cuál será su coste total. Al respecto, Johnson apunta que en virtud del contrato suscrito entre el aeropuerto de Castellón y Ripollés, el precio a satisfacer será de 300.000 euros. La consellera discrepa de las afirmaciones de la diputada y afirma que la infraestructura “ni es un despropósito ni un elemento de descrédito”.