Uno de los argumentos del Gobierno frente a quienes le reclaman elecciones por su debilidad parlamentaria es que hasta ahora ha ganado las votaciones de todos los decretos que ha aprobado el Consejo de Ministros. Este martes llega un momento crucial para ese razonamiento: el decreto que regula el alquiler está en el aire. Unidos Podemos se mantiene en el 'no' porque no incluye las medidas para limitar los precios abusivos que pactaron Pedro Sánchez y Pablo Iglesias y el PP, que ha sido crítico con el texto, oculta por ahora el sentido de su voto, pero se inclina por rechazarlo.
El Gobierno de Pedro Sánchez ha conseguido sumar a los votos socialistas los de PDeCAT, PNV y Compromís, que se inclina por el sí; pero su socio preferente sigue determinado a rechazar el texto que, entre otras cosas, aumenta a cinco años los contratos de alquiler porque no incluye una de las condiciones del pacto presupuestario: que los ayuntamientos puedan limitar los precios en zonas donde se dispare. Esa es la misma razón del rechazo de ERC.
“El diálogo en este tema lo hemos retomado pero para este martes estamos en el no”, señalan fuentes del grupo confederal, que ven “muy difícil” que la “salida” para este asunto se produzca en este decreto y apuntan a que el Gobierno debería aprobar uno nuevo, informa Aitor Riveiro.
Fuentes socialistas reconocen que hay dudas jurídicas sobre la posibilidad de fijar un techo y también discrepancias con los grupos sobre quién debería gestionar ese precio máximo.
Ciudadanos también se opondrá al decreto, informa Carmen Moraga. En el partido de Albert Rivera –al igual que PNV y PDeCAT– van a pedir que la medida se tramite como proyecto de ley porque consideran que hay que abordar ese tema con mayor “sosiego”. “No vamos a votar a favor del decreto de alquiler porque son medidas que no tienen sentido. No son correctas. Que uno piense que puede legislar lo que vaya a pasar en el mercado de alquiler es erróneo”, afirmó el responsable económico del partido Luis Garicano, en una entrevista con eldiario.es.
En Ciudadanos creen, además, que algunos de los términos de los contratos deben pactarse entre las dos partes, como el número de fianzas a depositar.
El Gobierno está, por tanto, en manos del PP, cuya abstención le serviría para sacar adelante la legislación en materia de Fomento. Los de Pablo Casado ocultarán el sentido de su voto hasta el martes, pero fuentes del partido indican que se inclinan por rechazar el decreto que han criticado con dureza al considerar que se trata de “propuestas completamente ineficaces” para el problema del alquiler.
Toque de atención de Unidos Podemos
“Cada pleno de convalidación negociamos hasta la extenuación. La negociación está abierta y seguirá abierta a lo largo de la tarde”, expresó la portavoz parlamentaria, Adriana Lastra, este lunes por la mañana. En el momento de redactar esta información los socialistas no tenían la certeza de sacar el decreto de vivienda adelante e incluso reconocían que podrían desconocer el resultado hasta el martes. Lo que sí reiteró Lastra es que hasta este momento los socialistas han “sacado todos” los decretos que el Gobierno ha planteado al Congreso.
Las únicas dos derrotas parlamentarias que se ha llevado el Gobierno fueron este verano cuando el Congreso tumbó la senda de déficit –que sí salió aprobada en diciembre, aunque la mayoría absoluta del PP en el Senado la rechazó– y en la elección de un nuevo presidente para RTVE. Dos votos truncaron el nombramiento de Tomás Fernando Flores y dejaron desconcertado al Ejecutivo por su debilidad parlamentaria.
Sus aliados parlamentarios reprocharon a Sánchez que no contara con ellos previamente para la aprobación de algunas iniciativas, a pesar de que sus votos son indispensables. Unidos Podemos se ha pronunciado en términos similares en fechas recientes e incluso exigió ver los presupuestos antes de que el Consejo de Ministros diera luz verde al proyecto.
A la complicada aritmética parlamentaria del Gobierno se suma ahora el anuncio de la diputada de En Comú Marta Sibina, que votará en contra de todas las iniciativas del Gobierno hasta que permita al Open Arms salir del Puerto de Barcelona para navegar y rescatar personas migrantes en el Mediterráneo.
Ese rechazo se produce en un momento en el que Sánchez se juega con los presupuestos la duración de la legislatura y que, en caso de conseguir sacarlos adelante, sería con los apoyos justos y un voto erróneo podría tumbarlos.
Hay muy pocos precedentes de fracasos a la hora de convalidar decretos del Gobierno. El último fue el de la estiba, con un cambio de posición de Ciudadanos en el último momento que también escenificó la absoluta dependencia de Mariano Rajoy. En aquel momento Unidos Podemos reclamó la dimisión del ministro Iñigo de la Serna. El Ejecutivo consiguió sacarlo adelante dos meses después. En el caso de José Luis Rodríguez Zapatero, perdió una votación por el voto erróneo de nueve diputados socialistas. El Ejecutivo tuvo que volver a aprobar el decreto sobre impuestos al tabaco. El primer fracaso de este tipo lo tuvo el Gobierno en funciones de UCD cuando la Diputación Permanente del Congreso rechazó ampliar el tiempo indispensable la actuación de la Junta Central de Acuartelamiento.
Decretos sobre pensiones y ferrocarril
El Congreso tiene que refrendar este martes otros siete decretos de Sánchez y los socialistas confían en que salgan adelante con distintas mayorías. Ciudadanos, por ejemplo, votará a favor del decreto de subida de las pensiones mientras que Unidos Podemos condiciona su apoyo a una subida de la cuantía mínima por incapacidad permanente.
Los de Iglesias tampoco apoyarán la transposición de una directiva europea sobre marcas, transporte ferroviario y viajes combinados y servicios de viaje vinculados. Aunque no ha desvelado el sentido de su voto, el PP suele votar a favor de las iniciativas que proceden de normas europeas.
ERC votará en contra de la regulación del alquiler, pero a favor de los otros siete. PDeCAT también secundará todas las iniciativas gubernamentales, a excepción de la regulación sobre la minería en la que se abstendrán.
No es la primera vez que los socialistas sufren para sacar adelante las iniciativas del Congreso y que su socio preferente se desmarca. El argumento que esgrime el PSOE sobre el incumplimiento de algunas de sus promesas sociales y laborales es que entre sus aliados hay fuerzas de derechas con las que tienen que llegar a entendimientos. “Algunas iniciativas que hemos planteado al Congreso no han sido todo lo ambiciosas que nos hubiera gustado. Están limitadas a conseguir las mayorías necesarias para sacar adelante lo más importante”, expresó el secretario de Organización y ministro de Fomento, José Luis Ábalos, que se enfrenta este martes a que el Parlamento tumbe su decreto sobre vivienda.