El Gobierno quiere rebajar las alarmantes cifras de paro juvenil. Y quiere hacerlo a cualquier precio. A partir de ahora, las empresas podrán contratar a jóvenes con contratos de prácticas hasta los 30 años, sin importar hace cuánto tiempo que finalizaron sus estudios. Hasta ahora, estos contratos podían formalizarse hasta cinco años después de que la persona hubiera acabado su formación, bien fuera esta profesional u universitaria. Ahora, la estrategia de empleo juvenil aprobada hoy por el Gobierno elimina este límite.
El Ejecutivo también elimina otro límite, el que impedía a una misma empresa hacer a un mismo trabajador un contrato en formación y, seguidamente, uno en prácticas. Desde que el decreto ley aprobado hoy entre en vigor el domingo, las empresas podrán tener a un joven contratado en formación, primero, y en prácticas después (hasta ahora, esto podía suceder, pero en distintas empresas). En la práctica eso supone que los jóvenes de hasta 30 años podrán estar hasta cuatro años con estos tipos de contratos, que contemplan sueldos que generalmente oscilan entre el 60% y el 80% del salario convencional fijado en el convenio.
Es más, las empresas que hagan contratos en prácticas podrán beneficiarse de una reducción de la cuota a la Seguridad Social de hasta el 50%.
Por otro lado, se modifican las actuales causas por las que las empresas pueden hacer contratos temporales. Estas causas se fijan para evitar que las empresas abusen de los contratos eventuales y tengan que justificar de alguna forma que necesitan un trabajador por un periodo concreto, bien por razones económicas o por el tipo de producción o actividad. Sin embargo, a partir de ahora ser menor de 30 años y tener una experiencia laboral inferior a tres meses (no cuentan las prácticas no profesionales) será una de las razones por las que las empresas podrán hacer contratos temporales, independientemente de cualquier otra circunstancia.
Las empresas que conviertan estos contratos en indefinidos se beneficiarán de una bonificación en su cuota empresarial de 500 euros al año durante tres años y de 700 euros si el contrato se suscribe con mujeres.
El Gobierno incentiva además a las empresas que formalizen contratos a tiempo parcial -con peor protección social y peor cotización- para los menores de 30 años sin un empleo anterior, con poca experiencia laboral o que procedan de un sector sin demanda de empleo (por ejemplo, la construcción). Las empresas de más de 250 trabajadores que hagan uno de estos contratos -en los que la jornada no podrá ser superior al 50% de la ordinaria que se fije en el convenio- tendrán una reducción del 75% de sus cuotas a la Seguridad Social. En el caso de las de menos de 250 trabajadores, la reducción será del 100%.
Estos contratos a tiempo parcial deberán estar ligados a formación. Sin embargo, esa formación no tendrá por qué estar vinculada en forma alguna con el tipo de trabajo que se desempeña: puede tratarse de cursos de inglés o informática, o de formación ofrecida por los servicios públicos de empleo o los centros acreditados.
Después de este conjunto de medidas para la contratación precaria, el Gobierno introduce un nuevo incentivo para la contratación indefinida: los autónomos y microempresas de menos de 9 trabajadores que hagan contratos indefinidos a su primer trabajador tendrá un 100% de reducción en sus cuotas, es decir, no pagarán nada por ese trabajador a la Seguridad Social durante el primer año. Esta reducción no se aplicará en el caso de los contratos de emprendedores -la figura creada con la reforma laboral, con un año de prueba-, que ya cuentan con sus propias bonificaciones.
El Gobierno quiere avanzar en la reforma laboral y otorgar más competencias a las empresas de trabajo temporal, con las que dicen que trabajarán para “mejorar la relación público-privada” en los servicios de empleo. Además, las ETT podrán formalizar contratos de formación y aprendizaje.
Fomento del autoempleo
Por otro lado, los menores de 30 años que comiencen una actividad por cuenta propia tendrán una tarifa reducida de 50 euros de cotización a la Seguridad Social durante los primeros seis meses siguientes. Durante el siguiente año y medio podrán seguir beneficiándose de una reducción de cuotas.
Se permitirá a los jóvenes compatibilizar la prestación de paro con el inicio de una actividad por cuenta propia durante un máximo de nueve meses. Además, los menores de 30 años que se hagan autónomos podrán recuperar su prestación de desempleo anterior hasta cinco años después de haber comenzado su actividad. Los jóvenes emprendedores que contraten a mayores de 45 años también tendrán una reducción de sus cuotas por contingencias comunes del 100% durante el primer año.
Los jóvenes podrán capitalizar el 100% de su prestación de paro (cobrarla de una sola vez) para invertir ese dinero al capital de alguna sociedad de cualquier tipo de nueva creación con la que tenga vinculación, para contratar asesoramiento de cualquier tipo o comprar material, por ejemplo.