“Lo estamos negociando pero soy clara: tienen que explicar los que están en el ‘no’ lo que va a pasar si depende de ellos el mantenimiento de la reforma del PP”. La vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, reconduce su posición inicial y eleva el tono contra los aliados de la investidura a menos de 48 horas de que se vote la reforma laboral. Los dos socios de la coalición dan por hecho que ya tienen los votos necesarios para que salga adelante a pesar de que ERC y PNV se mantienen en el ‘no’, lo que aboca inevitablemente a que se apruebe con el voto favorable, entre otros minoritarios, de Ciudadanos, que ha manifestado esa intención si no se cambia “una coma” del texto pactado con patronal y sindicatos.
“Se dan las condiciones para convalidar el decreto”, afirmó el portavoz socialista, Héctor Gómez, el martes por la mañana, casi al mismo tiempo que Pedro Sánchez trasladaba a los periodistas que le acompañan a Emiratos Árabes Unidos la intención de seguir negociando hasta el último momento, informa EFE. La constatación de que el Gobierno cuenta con los apoyos suficientes para sacar adelante el decreto ley abarata el precio del resto de apoyos, pero en el Ejecutivo son conscientes de la endiablada aritmética en la que un solo voto puede echar por tierra una de las medidas estrella de la legislatura de la coalición.
En las filas socialistas daban por perdido a EH Bildu desde hace semanas y veían muy complicado atraer a ERC –como máximo, la situaban en la abstención–, que se mantienen en el ‘no’ ante la ausencia de ofrecimientos asumibles para la coalición, que no quiere tocar el texto acordado en el diálogo social para evitar que se caiga la patronal. Y todo mientras Bruselas sigue vigilante para transferir 12.000 millones de euros de los fondos europeos. Las señales que emite el Gobierno es que se sigue negociando de forma “coordinada”.
Nuevo discurso de Yolanda Díaz
En el entorno de Díaz daban por hecho el martes por la tarde que la reforma laboral saldrá adelante en cualquier caso. En declaraciones a los periodistas en el Senado, la vicepresidenta segunda allanaba el camino a una mayoría distinta a la que ha buscado durante los últimos meses para que ese cambio en la legislación laboral saliese con el apoyo de la izquierda. “Lo importante es que la norma salga adelante”, respondió Díaz a preguntas sobre los posibles votos afirmativos a esta ley. Hasta ahora tanto la vicepresidenta como los distintos grupos que conforman Unidas Podemos han priorizado la vía de los aliados de la investidura en buena medida para evitar que, el 'sí' de Ciudadanos hiciera descabalgar el de otros grupos de izquierdas o que el apoyo de los de Inés Arrimadas se traduzca en algunos sectores como que la reforma ha quedado descafeinada.
Díaz ha elevado el tono contra “quienes están en el no” –implícitamente ERC, con quienes estaba negociando, y EH Bildu–: “Tienen que explicar por qué si votan no pueden provocar que el viernes se levanten los trabajadores con menos derechos que el día anterior”. La baza del Ejecutivo también es que la reforma laboral ya está en marcha y puso de ejemplo que los datos de contratación indefinida que se conocerán este miércoles son buenos. Díaz, que ha presionado junto a los sindicatos, fundamentalmente UGT, pero también Comisiones Obreras, a ERC en Catalunya, compite con los republicanos por una parte del electorado de izquierdas. Hace unas semanas Rufián dio a entender que no le regalarían la campaña electoral a Díaz, que todavía tiene por definir su proyecto político.
También sus compañeros de Unidas Podemos apostaron claramente por mantener la vía de la investidura y pidieron dejar trabajar discretamente a la vicepresidenta segunda, que se ha fajado en los últimos meses para que la reforma saliese adelante. Desde Unidas Podemos y también en los sindicatos veían factible un cambio en los republicanos catalanes que a día y medio de la votación no se ha dado. La secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, insistía este lunes en que “cuidar la mayoría de la investidura ha sido una prioridad” para el grupo confederal. “El PSOE estaría más cómodo con algún tipo de geometría variable que le permitiera pactar en algunas ocasiones con la derecha y, en otras, con la izquierda”, insistía Belarra en una entrevista en TVE.
La calculadora para salvar el decreto
Así que el Gobierno le toca desempolvar la calculadora de nuevo para los apoyos de la reforma laboral –tras una extenuante negociación para sacar adelante el decreto que obliga a usar la mascarilla en el exterior–. Conseguido el respaldo de Más País-Equo, Compromís, Teruel Existe, el Partido Regionalista de Cantabria, Nueva Canarias y Coalición Canaria; la vicepresidenta segunda ha agradecido a estas formaciones su posicionamiento en la votación del próximo jueves.
“Se equivoca el Gobierno si pretende buscar mayorías alternativas a partir de ahora, no por traicionar a sus socios sino a sus propios votantes. La reforma ha sido un claro ejemplo de cómo anuncios grandilocuentes pueden quedar en papel mojado”, apuntan fuentes de Más País, que insisten en que el texto impulsado por el Gobierno “no es la reforma” que les gustaría que saliese adelante. Las negociaciones las han pilotado personalmente Díaz e Íñigo Errejón. A cambio de su apoyo, Más País ha negociado con el Ministerio de Trabajo medidas vinculadas a “la salud mental y la precariedad, las jornadas excesivas o los abusos en la contratación parcial”, apuntan las mismas fuentes, informa Iñigo Aduriz.
A esos 161 escaños a los que se ha referido Díaz –contando los 154 que suman los partidos del Gobierno– hay que sumar los 9 de Ciudadanos, que ha manifestado su intención de votar a favor si se mantiene lo pactado con sindicatos y empresarios, aunque el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, aún no ha contactado con el portavoz, Edmundo Bal, pese a haberse comprometido la semana pasada, informa Carmen Moraga. Y en los cálculos de Moncloa para alcanzar la mayoría están los cuatro diputados de PdeCat –“siempre están cerca de las posiciones de la patronal”, señalan fuentes gubernamentales– y los dos de UPN, que ha allanado el camino si no se modifican los términos suscritos en el diálogo social. No obstante, estos dos grupos no han manifestado aún su apoyo públicamente de ahí que en el Gobierno insistan en que mantienen las negociaciones con las formaciones que aún no fijado posición o con los aliados habituales.
Esas son las cuentas que, a día y medio de que se vote en el Congreso, manejaba el Gobierno. Si los exconvergentes o los navarros no tuvieran esa posición, la aritmética obligaría a que fuera PNV el que pasara del ‘no’ actual a al menos la abstención.
Presión de los agentes sociales
La presión sobre los grupos parlamentarios, especialmente ERC, se ha intensificado en las últimas semanas. Los artífices del acuerdo social, sindicatos y patronales, se han movilizado para destacar los logros de la legislación negociada durante nueve meses y para reclamar a las fuerzas políticas que salga adelante. De manera más o menos explícita. En la patronal no han llegado a pedir, al menos directamente, el apoyo de los partidos que están en el no. Pero sí han enviado algunos mensajes sobre la defensa del interés general y en línea con los acuerdos de Estado que ha firmado con este gobierno. “Daría muchísima estabilidad al país”, ha afirmado este martes Antonio Garamendi, líder de la patronal en una entrevista en TVE centrada en este asunto.
Además, como gesto para la derecha –política y empresarial– el líder de la patronal incluso ha asomado en un acto con Ciudadanos sobre la reforma incluso a la exministra del PP Fátima Báñez, artífice de la reforma laboral del PP y ahora en la CEOE. Báñez agradeció al partido de Inés Arrimadas su apoyo al acuerdo, según explicó la dirigente de Ciudadanos, lo que muchos han interpretado como un mensaje a Pablo Casado y otros líderes empresariales que cuestionan la reforma pactada por la patronal.
Los sindicatos, en cambio, han sacado toda la artillería e intensificado la presión explícita sobre los grupos políticos para que el decreto consiga más síes que noes este jueves. CCOO y UGT iniciaron una gira de sus líderes, Unai Sordo y Pepe Álvarez, para explicar el acuerdo a las bases sindicales en diferentes comunidades autónomas. También en Catalunya, donde ambos sindicatos unieron fuerzas en un acto conjunto de sus dirigentes estatales y autonómicos. ERC, que tiene gran parte de su electorado en las bases de los sindicatos mayoritarios, era el principal apelado de la convocatoria. A pesar de que ERC mantiene su negativa si no se aceptan cuestiones relativas a la autorización administrativa de los ERE o sobre el despedido, fuentes sindicales se mostraban optimistas hasta el mismo lunes respecto un posible apoyo de los republicanos.
Sordo y Álvarez han multiplicado, además, su presencia en los medios de comunicación, con ruedas de prensa y entrevistas con un mensaje principal: el decreto debe salir adelante con una mayoría amplia y, sobre todo, apoyada por las fuerzas progresistas. “La reforma laboral está pensada para los más precarios, la izquierda tiene difícil votar en contra”, ha repetido Sordo (CCOO) estas últimas semanas, también en esta entrevista de elDiario.es . El dirigente de CCOO ha subrayado que todas las medidas suponen una mejora de derechos para los trabajadores.
Varios de los partidos de izquierdas que se desmarcan del decreto han tomado algunas reivindicaciones sindicales, como la reforma del despido y otros elementos de la legislación de Rajoy, para justificar su 'no' este jueves. En CCOO y UGT advierten de que esas cuestiones no se han negociado en este decreto, por lo que llaman a afianzar las mejoras ya pactadas en esta reforma y discutir el resto de cuestiones más adelante. “Es injustificable decir que impides que se suba un peldaño en derechos laborales tan importantes como los que tenemos en este acuerdo porque faltan otras cosas”, valoraba Pepe Álvarez en conversación con elDiario.es.
Para Díaz, la reforma es algo más que una ley, se trata de su proyecto estrella y uno de los pilares sobre los que pretende afianzar un proyecto político que todavía no ha definido. Por eso además del fondo de la reforma, –la primera que sirve para restaurar derechos de los trabajadores– es importante la forma: con qué partidos se saca adelante el texto. Situada en los últimos barómetros del CIS como la líder mejor valorada, unas décimas por encima de Pedro Sánchez, la vicepresidenta segunda siempre ha hecho gala de los acuerdos de Estado que ha propiciado desde su entrada en el Consejo de Ministros.