El adelanto de las elecciones catalanas al 12 de mayo anunciado este miércoles por el president de la Generalitat, Pere Aragonès, ha abocado al Gobierno a dar por perdida la aprobación de unos nuevos Presupuestos para este año y a mantener la prórroga de los anteriores. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha asegurado a última hora de la tarde que “sin duda” el adelanto electoral pone fin a esas negociaciones para unas nuevas cuentas y pide ya ponerse a trabajar en las del año que viene.
En una entrevista en la Cadena Ser, Montero ha insistido en que la decisión de Aragonès “altera el tablero político”. En ese sentido ha recordado que “actualmente los Presupuestos están prorrogados desde el 1 de enero” y que “lo que toca” ahora “es aprovechar” los trabajos y preacuerdos alcanzados ya con algunos de los socios del Ejecutivo “para trabajar en los presupuestos de 2025”. “Es lo sensato y es en lo que estamos ya trabajando”, ha dicho.
“La realidad indica claramente que tenemos que aprovechar un trabajo técnico impresionante que se hace desde el Ministerio de Hacienda y las conversaciones para trabajar en el proyecto del 2025 y trabajar en los mejores Presupuestos de nuestra historia”, ha remachado.
Hasta que a media tarde de este miércoles se conoció el anuncio del president catalán, el Ejecutivo daba por hecho un acuerdo para las cuentas de este año. En Moncloa se daba por hecho que el pacto alcanzado con Junts y ERC para sacar adelante la ley de amnistía abría un nuevo horizonte para la estabilidad del Gobierno de Pedro Sánchez.
Al fin y al cabo, el Ejecutivo de coalición de PSOE y Sumar se encomendó a la tarea de sacar adelante una ley de amnistía que sirviera para amarrar los votos del independentismo catalán como sostén de la legislatura. Pero el adelanto electoral provocado precisamente por el rechazo de los comuns a las cuentas de Aragonès en Catalunya ha hecho saltar por los aires esas expectativas de sacar adelante las cuentas en un contexto preelectoral donde dos de los principales socios del Gobierno, Junts y ERC, pugnan por hacerse con el electorado independentista y llegar a presidir la Generalitat.