La ley que ratifica la abdicación de Juan Carlos I saldrá este martes del Senado sin que ningún miembro del Gobierno se moleste en defenderla. Toda la oposición se ha quejado ante el presidente del Senado por lo que consideran un gesto despreciativo hacia la Cámara. Con la renuncia al primer turno de palabra, el debate de la Cámara empezará con los vetos de los grupos que se oponen.
El Ejecutivo no hará uso de su derecho a respaldar su propio proyecto de ley porque considera que la defensa hecha en el Congreso por Mariano Rajoy convalida su discurso de este martes. La excusa oficial de Moncloa es que se dan por buenos los argumentos esgrimidos la semana pasada, según ha confirmado el vicepresidente primero del Senado, Juan José Lucas.
Aun así, la ley saldrá aprobada por una mayoría ya que votarán a favor conservadores y socialistas, que no cuentan con que ninguno de sus senadores se desmarque y rompa la disciplina de voto o salga del hemiciclo. También se da por descontado el voto a favor del representante de UPN y del de Foro Asturias. Los senadores de los partidos nacionalistas como CiU, CC y PNV han anunciado que se abstendrán.
Cuando la ley pasó por el Congreso, el pasado miércoles, fue el propio presidente del Gobierno el que dejó clara la postura del Gobierno, como también hizo el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba. En esa ocasión, Rajoy apeló a la “seriedad” para pedir el sí y reclamó “altura de miras y seriedad” durante su intervención ante el Pleno. Al haber renunciado a repetirlo y no haber delegado la misión en la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, la tarea de defensa entusiasta recaerá en el portavoz del grupo del PP, José Manuel Barreiro. Quienes tampoco participarán son los siete representantes de Amaiur, como muestra de su desacuerdo.
La sesión arrancará con la defensa de los vetos a la iniciativa. En el caso de IU será José Manuel Mariscal, que insistirá en la necesidad de que se convoque un referéndum para elegir entre Monarquía y República. Por ERC será Ester Capella quien acusará de prorrogar el sistema monárquico “por la puerta de atrás” y pedirá también que se dé a los ciudadanos “capacidad de decidir”.
Tras la defensa de los vetos, habrá un turno en contra y después hablarán los portavoces de los grupos parlamentarios durante un tiempo de 15 minutos. Tras un debate que se espera que dure más de cuatro horas, la votación que aprobará la ley de forma definitiva se hará de forma electrónica y no en voz alta, como se hizo en el Congreso.