El Gobierno se está preparando para disputar el relato al independentismo durante el juicio a los líderes políticos en prisión preventiva. “El 1 de octubre estuvo plagado de fake news”, dijo Josep Borrell la pasada semana en Bruselas, obviando que las fotos de las portadas de toda Europa reflejaban las cargas policiales que se produjeron contra la ciudadanía que se movilizó aquel día.
Aquellas fotos golpearon la imagen de España. De hecho, un estudio sobre la imagen de España realizado por el Real Instituto Elcano constata que los europeos percibieron como autoritaria la reacción del Gobierno en aquel día.
La secretaria de Estado de España Global, Irene Lozano, está de gira por Europa. Este lunes y martes se ha visto con representantes de la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y el Gobierno belga en Bruselas, y el miércoles viaja a Londres. ¿Su misión? “Defender la reputación democrática de España, su modernidad, su descentralización y el legado intelectual y cultural de su exilio por toda Europa”.
Y en ese defender la reputación democrática, la crisis catalana es clave. El propio presidente del Gobierno recurrió el 16 de enero en el Parlamento Europeo ante las preguntas de los periodistas a un estudio de The Economist sobre calidad democrática, en el que España quedaba la 19 a escala mundial.
Es decir, en 2019, el Gobierno cree necesaria una secretaría de Estado que defienda la calidad democrática de España, en un momento en el que hay políticos catalanes en prisión preventiva acusados de rebelión y otros tantos viviendo en Bruselas para huir de esa prisión.
¿El proceso judicial que está a punto de comenzar cree que minará la imagen de España? “La experiencia que tenemos es que la reputación democrática es fuerte”, responde Lozano, “pero una de las misiones de esta secretaría de Estado es defenderla. Y lo haremos cuando surjan complicaciones”.
¿Y cómo piensan hacerlo? “Hay muchas cosas no podemos contar”, contesta, “pero uno de los aspectos más necesarios es tener una relación fluida con los corresponsales extranjeros en Madrid y también con los periodistas españoles que trabajan fuera, como en Bruselas”.
Al igual que hizo la semana anterior Borrell, Lozano tiene presente la idea de las fake news en torno a la crisis catalana: “Uno de los argumentos que utilizaremos, por el temor de que las fake news afecten al proceso electoral del Parlamento Europeo, es que la desinformación perjudica la democracia, y todas las noticias falsas que se han vivido en España nos servirán como ejemplo”.
¿Y no se había combatido antes las fake news en España? “Creo que ha faltado construir una narrativa clara de cómo somos como democracia”, ha afirmado Lozano, “de la fortaleza, del éxito del proyecto político que nació en 1978 y que la experiencia democrática haya acabado bien. España es hoy uno de los países más avanzados de Europa, y en este momento crítico del proyecto europeo, es uno de los países más puede contribuir a su avance”.
Lozano explicó a Efe que su departamento “se ha montado en gran parte al ver que no había un mecanismo [de defensa] cuando nuestra reputación sufre ataques” y que “como el tema catalán es hipersensible, y el ministro es especialmente sensible, hay muchos ámbitos desde el que se está trabajando” para contrarrestar la “desinformación independentista”.
“Somos conscientes de que hay mucho en juego y hay que hacerlo bien”, subraya Lozano, para quien “lo que hay ahora es la seguridad absoluta de que, si bien, en aquella época [el 1-O] la consigna era 'no se responde', ahora, sí; en la medida en que eso pueda dañar nuestra reputación, vamos a contestar”.
“Está claro que nos jugamos mucho”, dice. “Está claro que ellos quieren desprestigiar la democracia y el Estado español todo lo que puedan, y para defender eso, que es la médula del Estado, tiene que haber dinero y lo va a haber por parte del Gobierno”, afirma. Así, ante los juicios por el 1-O, Lozano asegura que “hay una preocupación general en el Gobierno” y diversas instituciones ya están trabajando para contrarrestarlo. “Me consta que el poder judicial está muy bien preparado para explicar a la prensa española y extranjera lo que está pasando de verdad, en términos jurídicos y técnicos, porque es previsible que traten de desinformar, de hacer malas interpretaciones de cuestiones procesales para aumentar el victimismo”.