El Gobierno ha calificado de “ejercico antidemocrático e inútil” el proceso de participación que se está celebrando en Cataluña y ha recordado que su resultado no tendrá ningún tipo de efecto jurídico. Desde Moncloa se avisa además de que la actitud de Artur Mas, que se ha responsabilizado ante la Fiscalía, dificulta mucho el futuro.
El Gobierno no ha difundido ningún comunicado oficial como reacción a la jornada de votación del 9-N, pero ha trasladado a Efe y Europa Press que sigue considerándola un sucedáneo sin efecto. El presidente del Gobierno, que cerró su discurso del sábado en Cáceres con la promesa de que mientras él sea presidente no se pondrá en juego la unidad de España, se refirió al 9-N: “Se le podrá llamar como se quiera, pero ni es un referéndum, ni es una consulta ni es nada que se le parezca”. También afirmó que “no produce efecto alguno”.
Dado que la consulta “carece de cobertura legal y mecanismos de control”, según fuentes del Ejecutivo, el Gobierno “no da ninguna validez” a las cifras de participación facilitadas por la vicepresidenta de la Generalitat, Joana Ortega, que informan de la movilización de más de 1,1 millones de catalanes en las urnas hasta las 13 horas. A falta de un censo de votantes, se calcula que, hasta esa hora, el porcentaje de participación oscilaría entre el 18,2% y el 21,2%.
La decisión de Mas de ignorar al Tribunal Constitucional, supone un gesto “antidemocrático”, además de inútil por su nulo efecto jurídico. Y por eso Moncloa insiste en que este gesto de seguir hacia adelante “no le va a suponer ningún tipo de ventaja política” cuando la cuestión vuelva a formar parte de las conversaciones entre Mariano Rajoy y Artur Mas.
El president ya ha anunciado su intención de dirigirse inmediatamente a Rajoy mediante una carta y el propio Rajoy se refirió a la reanudación del diálogo pero “dentro de la Constitución” y cuando Mas “recupere la cordura”. Sin embargo, las fuentes de Moncloa precisan que “el comportamiento de Mas dificulta mucho el futuro”.