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El espionaje a Sánchez coincidió con indultos del procès y la crisis marroquí

Madrid —
2 de mayo de 2022 10:26 h

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Madrid, 2 may (EFE).- El espionaje al teléfono móvil institucional del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mediante el programa Pegasus coincidió con el momento en el que debía decidir si indultaba a los líderes del “procès” y con la crisis con Marruecos que derivó en una avalancha de inmigrantes ilegales en Ceuta.

El terminal móvil de Sánchez, según ha informado el Ejecutivo, sufrió dos ataques en mayo de 2021, que se suman al que se cometió también en junio de ese año al de la ministra de Defensa, Margarita Robles.

Ha sido el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, quien en rueda de prensa en el Palacio de la Moncloa junto a la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, ha informado este lunes de ese ataque.

Bolaños ha evitado especular y hacer “conjeturas” sobre el origen o los motivos del espionaje y si guarda relación con el proceso independentista en Cataluña.

El momento de los ataques sí coincide con los prolegómenos de la decisión del Gobierno de indultar a los líderes del “procés”.

Después de meses en los que se barajaba que se iban a conceder, fue el propio presidente del Gobierno quien hizo una serie de declaraciones que apuntaban a esa medida de gracia.

Entre ellas, la del 28 de mayo de 2021 en la que apuntaba que para decidir tendría en cuenta valores constitucionales como los de “la concordia, el diálogo y el entendimiento”, pero no “la venganza ni la revancha”.

Tres días después restó importancia al coste político que podría tener para su Ejecutivo el indulto y apostó por abrir “una nueva etapa” que dejara atrás “un mal pasado”.

Fue en Barcelona, el 21 de junio, cuando anunció que un día después el Consejo de Ministros aprobaría los indultos, una medida que consideró necesaria y que justificó por su utilidad pública para la concordia.

Al acto en la capital catalana no asistió el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, quien había sido investido el 21 de mayo.

Unos días antes, el 17 y 18 de mayo, España vivía uno de sus momentos de mayor tensión con Marruecos cuando llegaron a las costas de Ceuta 6.000 migrantes de manera ilegal sin que las fuerzas de seguridad marroquí lo impidieran.

Fue la respuesta de Marruecos al ingreso en un hospital español y bajo identidad falsa del líder del Frente Polisario, Brahim Gali.

Esa crisis se ha dado por cerrada con el viaje en abril de Sánchez a Marruecos, durante el que se entrevistó con el rey marroquí, Mohamed VI.