El Gobierno y el PSOE mantienen una relación fluida, constante y al más alto nivel. Nunca se rompieron las relaciones entre el Ejecutivo y el primer partido de la oposición, en contra de la amenaza que lanzaron los socialistas y que nunca retiraron tras conocerse el escándalo del “caso Bárcenas”.
Según ha podido saber eldiario.es, las conversaciones privadas y discretas, por teléfono o en persona, son habituales entre el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Actualmente, las conversaciones que se están produciendo entre Gobierno y oposición giran casi excusivamente en hacer frente común ante el desafío independentista de Cataluña. No está tan claro que ambos partidos compartan acciones conjuntas, pero sí que coordinan estrategias políticas para intentar desactivar la situación creada en Cataluña.
Rubalcaba ha dicho en más de una ocasión que ve receptivo al presidente del Gobierno sobre sus propuestas de cómo abordar la situación e, incluso, que está convencido de que al final se abrirá paso la propuesta del PSOE para una reforma constitucional en profundidad, como la mejor salida al conflicto.
Además, ambos dirigentes comparten una “gran preocupación” sobre los acontecimientos de Cataluña y creen que es más necesario que nunca que los dos grandes partidos vayan de la mano en esta situación. Pero, además de este asunto, se están negociando a muchos niveles.
Una prueba de ello es el acuerdo alcanzado para que los dos partidos pacten reponer en la legislación el recurso previo de constitucionalidad ante los futuros estatutos de autonomía. Según fuentes socialistas, el pacto fue alcanzado entre Rajoy y Rubalcaba, aunque luego se negoció en niveles intermedios, fundamentalmente por los portavoces parlamentarios de ambos grupos.
Por el PSOE hay tres personas que están en las negociaciones habituales con el Ejecutivo: la vicesecretaria general, Elena Valenciano; el exjefe de Gabinete de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, José Enrique Serrano; y el diputado Ramón Jáuregui.
Los tres dirigentes socialistas son los que negocian con el Gobierno, fundamentalmente a través de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría; y del portavoz del Grupo Parlamentario Popular, Alfonso Alonso.
Además del acuerdo alcanzado en el recurso previo de constitucionalidad, se negocian otras propuestas en lo que se puede considerar “temas sensibles” que podrían llevarse a cabo de forma conjunta en lo que resta de legislatura.
Rubalcaba parece que, pese a sus advertencias en público, conserva ese sentido de hombre de Estado que le impide hacer una oposición dura y contundente como algunos de su partido desean. Otros dirigentes socialistas ven en su actitud una cualidad.