El Gobierno enfría la modificación de la tipificación del delito de rebelión que planteó Pedro Sánchez cuando aún era líder de la oposición para adecuarlo a la “España del siglo XXI”, es decir, al desafío independentista de Catalunya. La ministra de Justicia, Dolores Delgado, ha circunscrito ese eventual cambio del Código Penal al “máximo de los consensos”.
Así lo ha señalado en la sesión de control al Gobierno en la que el PP le ha interrogado por ese asunto: “Pueden aparecer nuevas situaciones y nuevos actores en relación a este delito”, ha admitido Delgado en la línea de lo que expresó Sánchez en mayo ante las dudas que suscita la imputación de rebelión a los políticos independentistas por la ausencia de violencia, que es uno de los requisitos de ese tipo penal.
Delgado ha asegurado que la intención de Sánchez es “afrontar esas nuevas situaciones desde el debate sosegado, tranquilo, contando con el máximo de los consensos, que es defender nuestra Constitución, que nos marca el espacio de convivencia”.
Ha sido la respuesta de la ministra a preguntas del PP, que está haciendo de Catalunya y el planteamiento del Gobierno de acercar a presos de ETA a cárceles de Euskadi su principal línea de oposición. Los conservadores acusan al Gobierno de pagar un “precio” por los apoyos que recibió en la moción de censura.
Sin embargo, ya han surgido los primeros roces con las fuerzas que secundaron esa moción que llevó a Sánchez a Moncloa. ERC ha sido el grupo que más se ha alejado de Sánchez en el corto periodo que lleva al frente del ejecutivo. El portavoz, Joan Tardà, ha advertido al presidente de que la “relación está tocada”.
Los republicanos catalanes ponen en duda en este momento su respaldo al Gobierno en medidas como la renovación de RTVE, cuyo apoyo no da por cerrado a los nombres que se cierren en las próximas horas para el consejo de administración de la corporación.
En su pregunta al presidente en la sesión de control, Gabriel Rufián ha avisado a Sánchez de que su grupo no se “va a liar” por mucho que los socialistas les den “palmaditas en la espalda en los pasillo, buenas palabras, llamadas, comidas, cenas, o promesas de cargos en según qué instituciones”, según ha dicho en referencia a RTVE.
“Si se cree que haciendo lo del poli bueno y poli malo, escucharle a usted diciendo que igual los independentistas que no somos tan malos y después a sus hooligans Josep Borrell y Meritxell Batet hablando de enfrentamiento civil nos vamos a olvidar de los nueve secuestrados en las cárceles le recomiendo que cambie de asesores, le recomiendo que deje de hablar con el PSC, que roba la alcaldía de badalona y se hace selfies con Albiol, y le recomiendo que hable un poco más con nosotros”, ha sentenciado el diputado de ERC.
Sánchez ha pedido a Rufián que retirara esa “expresión” de descalificación sobre sus ministros y se ha mostrado partidario a abrir un diálogo que restañe las “heridas”, según ha respondido el presidente, que ha recordado al diputado de ERC que en el pasado fueron capaces de entenderse: “Las cosas han cambiado. No tienen enfrente a un Gobierno que va a usar el agravio para tener votos”.