Los Servicios de Inteligencia, que desde este año están encuadrados en el Ministerio de la Presidencia que encabeza la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, contarán en 2013 con un total de 19,8 millones de euros para gastos reservados. Esa cantidad implica un incremento del 11 por ciento con relación a la cifra que tiene presupuestada el CNI en el presente ejercicio, que es de 17,8 millones.
En cambio, el Ministerio del Interior verá rebajada su partida para fondos reservados, que en 2013 ascenderá a 6.374.610 euros cuando el presente año tiene asignados 6,70 millones de euros, la misma cantidad que venía presupuestándose desde 2009.
Por su parte, el Ministerio de Defensa dispone de otra partida para gastos reservados en manos de la Secretaría de Estado, que vuelve a cifrarse en 500.000 euros, la misma cuantía que los últimos años. En cualquier caso, este dinero habitualmente no se usa y solía acabar también cedido a los Servicios de Inteligencia, informaron a Europa Press fuentes oficiales.
El reparto de dinero dedicado a gastos reservados para el año que viene se completa con los 186.310 euros destinados al Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, exactamente la misma cantidad que se viene reservando en los dos últimos años.
EXPLICACIONES EN SESIÓN SECRETA
A partir de ahora, habrá que fijar una fecha para que, conforme a la legislación vigente, los titulares de los Ministerios que disponen de fondos reservados comparezcan ante el Parlamento para dar cuenta de la utilización de estas partidas.
Dado que se trata de fondos de especial naturaleza, el Gobierno sólo informa en sesión secreta y ante una comisión de la que sólo forman parte un diputado de cada grupo parlamentario elegido por una mayoría cualificada del Pleno del Congreso.
Esta Comisión de Gastos Reservados aún no se ha reunido esta legislatura. De hecho, todavía no se ha cerrado la polémica por la exclusión del Grupo Mixto, que no ha logrado que el Pleno autorizara su presencia porque el PP se niega a apoyar la incorporación de un diputado de Esquerra, formación que considera muy próxima a Amaiur, la coalición abertzale que integra a la antigua Batasuna.