Tras asumir los indultos a los líderes del procès y la reforma del Código Penal para los delitos de sedición y malversación dentro de la hoja de ruta de distensión con Catalunya, el Gobierno no quiere ni oír hablar en plena precampaña de nuevas cesiones al independentismo. Y mucho menos si tienen que ver con el referéndum de autodeterminación que continúa exigiendo la Generalitat y que el Ejecutivo de Pedro Sánchez siempre rechazó de plano.
“Estamos en campaña, todo mi respeto a las propuestas que hagan las fuerzas políticas por muy poco útiles y poco realistas que me parezcan”, arremetió este miércoles el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, contra la propuesta de Pere Aragonés de iniciar el proceso que desemboque en un referéndum de autodeterminación pactado en Catalunya.
El president de la Generalitat se refirió este martes a una “propuesta catalana de acuerdo de claridad” enfocada a iniciar los trabajos que sienten las bases de un referéndum de autodeterminación pactado. “Catalunya se merece soluciones para un conflicto enquistado durante demasiado tiempo”, dijo Aragonés en una comparecencia de prensa en el Palau de la Generalitat.
Esa hoja de ruta que ahora ERC intenta impulsar tras el procés se inspira en la Ley de claridad canadiense, aunque no pretende ser un modelo idéntico al del Quebec y en algunos elementos se asemeja al escocés o al proceso participativo de Islandia para aprobar su Constitución.
En la Moncloa critican abiertamente esos planes de Aragonés y los enmarcan en una estrategia preelectoral de ERC sin viso alguno de prosperar por el rechazo explícito tanto del Gobierno, como del PSOE y el PSC. “El Gobierno de España tiene muy claro lo que quiere hacer”, dijo Bolaños tras ser cuestionado por los periodistas. “También es muy claro que Catalunya estuvo en un bucle de enfrentamiento que no llevó a ninguna parte y que supuso perder una década”, añadió.
El ministro de la Presidencia, uno de los hombres más cercanos a Pedro Sánchez e interlocutor habitual con el gobierno de la Generalitat, no escatimó al descalificar la iniciativa de Aragonés. “Este tipo de propuestas vuelven al peor pasado de la Cataluña reciente, al pasado del conflicto, de la división, del fraccionamiento, de tensionar la sociedad. Por ahí no pasa el futuro de Catalunya, pasa por el acuerdo, el diálogo, las inversiones, no por ninguna propuesta que sea volver al pasado y cronifique el conflicto y vuelva a ese bucle”, dijo Bolaños antes de remarcar que la hoja de ruta en la Moncloa sigue siendo la misma: “ El Gobierno de España está en pasar página definitivamente”.
El recorrido diseñado por Aragonès y su equipo pasa por tener a principios del año que viene un texto respaldado por expertos, sociedad civil, ciudadanía y partidos para presentar al Gobierno. Otra cosa es que el contexto electoral y que el resultado de las generales, previstas para finales de este año, permitan plantear una propuesta como esta teniendo en cuenta que el PSOE siempre ha negado que exista posibilidad alguna de celebrar un referéndum de autodeterminación en Catalunya mientras que el PP ni tan siquiera acepta la actual mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat.
Ya el pasado mes de septiembre Aragonès se topó con el portazo del Gobierno a la propuesta de consulta a la canadiense que esbozó en el debate de política general que abre el curso político en Catalunya. Por distintos motivos, PSC, Junts, la CUP y la derecha se opusieron al plan dibujado por Aragonès, que solo encontró cierta receptividad en los comuns, quienes siempre han defendido el referéndum pactado.