La moción de censura presentada por la oposición griega contra el Gobierno que dirige el conservador Andonis Samarás ha sido derrotada esta madrugada gracias al voto conjunto de los dos partidos que apoyan al Ejecutivo: el conservador Nueva Democracia (ND) y el socialdemócrata Pasok.
La iniciativa recibió el apoyo de 124 diputados de los 300 del Parlamento. 153 votaron en contra y 17 se abstuvieron.
La moción había sido impulsada por el principal partido de la oposición, el izquierdista Syriza, y contaba con el apoyo de los grupos parlamentarios del Partido Comunista, Griegos Independientes (derecha nacionalista) y Amanecer Dorado (neonazi). 124 diputados, frente a
Este resultado supone una victoria para la coalición bipartidista de conservadores y socialdemócratas en un momento en que el Ejecutivo negocia con los representantes de la troika los nuevos ajustes a cambio de un nuevo tramo del rescate financiero.
La moción de censura fue presentada el jueves a raíz del desalojo de la sede principal de la televisión pública ERT, ocupada por sus extrabajadores desde hace cinco meses, aunque también se dirigía contra la política económica del Gobierno.
El portavoz del grupo parlamentario de Syriza, Nikos Vutsis, justificó la presentación de la moción de censura -a pesar de las pocas posibilidades que tenía de prosperar- en la necesidad de que todos los partidos “asuman sus responsabilidades”. “Si están dispuestos a votar otra vez a favor de la política de los dos millones de desempleados, del cierre de (la radiotelevisión pública) ERT y de la crisis humanitaria, que lo hagan”, afirmó.
A lo largo de los tres días previos a la votación, representantes de los diferentes partidos políticos presentes en el Parlamento y de todos los ministerios se dirigieron a la cámara en un debate bronco con cruces de acusaciones continuas.
“Introdujimos la moción de censura porque el Gobierno ha fracasado en todo”, denunció el líder de Syriza, Alexis Tsipras, en su discurso parlamentario.
El jefe de la oposición acusó al Gobierno de no haber sido capaz de cumplir sus promesas electorales ni de frenar la destrucción económica ni de presentar propuestas alternativas a los recortes exigidos por los acreedores internacionales.
“Habéis perdido todo sentido de la medida y de la seriedad. (...) Habéis fracasado en vuestro intento de derribar el Gobierno mediante huelgas e intentáis derribarlo en el Parlamento, y todo eso en un periodo en que por primera vez Grecia es considerada un factor de estabilidad en la región”, respondió el primer ministro Samarás.
El jefe del Ejecutivo garantizó que “el Gobierno no caerá” y aseguró que la coalición bipartita aguantará unida toda la legislatura: “Las elecciones serán en 2016”.
“La moción de censura es una muestra del callejón sin salida en que se encuentra la política de Syriza. Es un acto extremista desde el punto de vista institucional, y nacionalmente irresponsable”, arremetió el ministro de Exteriores y viceprimer ministro, el socialdemócrata Evangelos Venizelos.
El líder socialdemócrata criticó a Syriza que “en un periodo que es necesaria la colaboración de las fuerzas democráticas”, Syriza se coaligue con formaciones como Griegos Independientes, el Partido Comunista y Amanecer Dorado.
La principal queja de los diputados oficialistas es que esta moción se haya presentado en un momento en que Grecia se encuentra inmersa en negociaciones con la troika, lo que podía debilitar su posición de cara a los acreedores internacionales.
De hecho, esta mañana los representantes de la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) se reunieron con el ministro de Finanzas, Yannis Sturnaras para tratar el espinoso asunto de la brecha fiscal de cara al año que viene.
El Gobierno griego reconoce que durante 2014 habrá un déficit de financiación de entre 500 y 700 millones de euros, mientras que los acreedores internacionales lo elevan a entre 2.000 y 2.500 millones.
Además, el Ejecutivo de Samarás se niega a aprobar nuevas medidas que supongan recortes de salarios o pensiones, por lo que hoy no se pudo llegar a ningún acuerdo y se pospusieron las negociaciones para el próximo martes.
De una evaluación satisfactoria por parte de la troika depende el desembolso del siguiente tramo del rescate financiero, por un valor de 1.000 millones de euros.
Parece difícil que la sociedad griega, tras seis años de recesión, acepte nuevas medidas de austeridad y de hecho ayer varios miles de personas respondieron a la llamada de Syriza y se manifestaron frente al Parlamento en contra de las políticas del Gobierno y en apoyo de la moción de censura.
Los manifestantes portaban pancartas en las que se leía “Marchaos ahora” y “Abajo la Junta”, y los más jóvenes coreaban “Lucha, ruptura y derribo” del Gobierno.