El gráfico sobre los ataques que se cruzaron los cuatro principales candidatos durante el primer debate electoral confirma la estrategia de PP y Ciudadanos: Pablo Casado y Albert Rivera se pusieron como objetivo atacar al candidato del PSOE, Pedro Sánchez. El cabeza de lista de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, lanzó ataques a todos, pero fue prácticamente ignorado en los ataques del resto de intervinientes.
Así lo muestra el esquema que recoge las interpelaciones en forma de ataques se se hicieron los candidatos durante el debate de este lunes en RTVE. Casado, segundo en unas encuestas que pronostican el peor resultado del PP en la historia, se centró en dirigirse contra el actual presidente del Gobierno.
Le atacó en en un total de 12 ocasiones. Lo hizo por Catalunya, criticando su estrategia de acercamiento a los independentistas, o las coincidencias con Bildu en algunas ocasiones: “Ya me daría vergüenza, con víctimas del terrorismo en mi partido, que esté negociando con Bildu”, dijo el cabeza de lista de los populares. Sánchez se revolvió con un total de 10 ataques al líder del PP, que incluyó recordarle todas las veces que su partido había votado junto a la izquierda abertzale en Euskadi.
Rivera no se quedó atrás y cargó en hasta 11 ocasiones contra Sánchez. Le acusó de llevar tatuada la palabra “indultos” en la frente, exhibió una foto de Sánchez con Torra y se enzarzó con él a cuenta de los vientres de alquiler. Pero el líder de Ciudadanos se dirigió hasta en cuatro ocasiones a Casado, al que desconcertaron los ataques de su compañero de estrategia. Le afeó la corrupción del PP y su disposición a pactar con el PNV si necesita sus votos tras el 28A.
Por su parte, Pablo Iglesias se presentó con un perfil distinto, más institucional y tratando de reconducir el debate hacia las propuestas, entre la lectura de varios artículos de la Constitución. Esa estrategia provocó que fuese prácticamente ignorado en los ataques del resto de candidatos. Solo Rivera se enganchó en alguna ocasión con él.
Iglesias sí que lanzó ataques, aunque en mucha menor medida que el resto. El candidato de Unidas Podemos afeó al presidente del Gobierno que presumiese de la subida del salario mínimo -recordó que fue su partido quien apretó para que esa subida fuese mayor- y sacó a relucir las cloacas del Estado para criticar la actitud del presidente del Gobierno. Este mantuvo el guante blanco con su posible socio después de la generales.