Francisco Granados se ha sentado este martes frente a los diputados que investigan en el Congreso la financiación del PP. Como en sus comparecencias ante el juez de Púnica, se ha desligado de cualquier actividad ilegal y ha dicho que “jamás” ha visto “un solo euro de dinero negro” en su partido, ni tampoco sobres. Además, ha trazado una línea de separación con la presidenta del partido durante esos años: “No me he considerado ni la mano derecha ni la mano izquierda de Esperanza Aguirre”.
El exsecretario general del PP de Madrid ha comenzado su declaración con un tenso intercambio con el portavoz del PSOE, Felipe Sicilia, al que se ha negado a contestar algunas cuestiones aludiendo a que hay un proceso abierto en la Audiencia Nacional que ya investiga las campañas electorales de 2007 y 2011. Sí que ha dicho reafirmarse en lo que ha manifestado en sus dos últimas declaraciones ante el juez del caso Púnica, Manuel García Castellón.
Sobre su posición en el partido, ha explicado que se ocupaba de la parte política, de “visitar agrupaciones locales o atender afiliados”. “No sé de nadie que me haya llamado a mí la mano derecha de Aguirre”, le ha dicho al portavoz socialista, aunque sí ha admitido que algo de confianza en él debía de tener si le nombró para el cargo de secretario general y para diversos cargos en la Comunidad de Madrid.
En cuanto a las campañas electorales, y como ya hizo en la Audiencia Nacional, ha vuelto a insistir en que solo se ocupó de la parte legal. “Yo en publicidad y propaganda no intervenía, en lo que he participado, en lo que he hecho, las cuentas que he visto, las que se me han enseñado, son las que se han depositado en el Tribunal de Cuentas, otras, no he visto ni he participado”, ha relatado.
Sicilia también le ha preguntado por qué ha reclamado al juez la imputación de Cristina Cifuentes, Esperanza Aguirre o Ignacio González. Ha respondido que pueden “ratificar o no” lo que él ha declarado, y que si pide que se les cite como investigados es para garantizar mejor sus derechos, “sin ningún ánimo de atacar ni a criminalizar a nadie, y menos a los que han sido compañeros de partido durante 30 años”.
Ni dinero negro, ni sobres
Los encontronazos de Granados han continuado con el portavoz de Unidos Podemos, Íñigo Errejón, que ha comenzado preguntándole a qué achacaba su “caída en desgracia” dentro del PP. “Cosas de la política, qué le voy a contar yo a usted señoría”, ha respondido, antes de enzarzarse con él por preguntarle acerca de Arpegio, la empresa que gestionaba el suelo público de Madrid, considerada una de las herramientas de enriquecimiento de los investigados en Púnica.
Se ha negado también ha hablar de la campaña de refuerzo a Aguirre en 2011 que se pagó con la caja B, y que él mismo detalló dentro y a las puertas de la Audiencia Nacional. “La campaña en la que he participado está entregada en el Tribunal de Cuentas, jamás he visto un solo euro de dinero negro en mi partido, ni he visto estos famosos sobres, no los he visto, las cosas que no he visto no las puedo reconocer, he visto muchas otras cosas, todas buenas”, ha contestado.
Entre las pocas respuestas que ha dado a Errejón, una sobre las revelaciones de su exsocio, David Marjaliza, que colabora desde hace años con la investigación -“Creo que el señor Marjaliza ha mentido de la A a la Z”- u otra sobre si ha negociado en estos años con alguien de su partido: “Mi partido no necesita nada de mí, y yo, dada mi situación, no necesito nada de mi partido, no tengo nada que negociar, no tengo nada que darle”.
Ya en el turno de Toni Cantó, portavoz de Ciudadanos, Granados ha dicho conocer a algunas de las empresas bajo sospecha de haber pagado campañas en B para el PP de Madrid. Algunos de los empresarios que las dirigían así lo han admitido frente al juez. Sin embargo, Granados ha afirmado que se les pagaba “de manera limpia y transparente”.
El diputado de Ciudadanos se ha interesado por cómo se pagaban los actos de campaña, como los mítines en pueblos o las paellas populares que se hacían con militantes. Granados ha contestado que todo se pagaba de forma legal: “A las paellas a las que he ido, he pagado 5 o seis euritos para entrar”.
No contesta a Bildu “por respeto a las víctimas”
Sus rifirrafes con los portavoces han recrudecido con el de EH Bildu, Oskar Matute, al que se ha negado a contestar “por respeto a las más de mil víctimas y a sus familias”, en referencia a los atentados de ETA. “Tendría que volver a nacer”, ha dicho, y le ha reclamado que sus compañeros de militancia ideológica ayuden a esclarecer los atentados sin autor conocido y pidan perdón a las víctimas: “No le voy a contestar a ninguna pregunta porque esto es el mundo al revés”.
Matute le ha contestado que siempre ha mantenido una posición de rechazo firme a la violencia y que por ello no debe pedir perdón a nadie. Mientras Granados tomaba notas, el diputado de Bildu ha ido recordándole algunas de las revelaciones que le han afectado durante los últimos años, así como sus declaraciones públicas durante su etapa en política en la que afeaba las conductas corruptas de los demás.
Si con Bildu ha mencionado a ETA, en el turno de Ester Capella (ERC) ha sacado a relucir el procés. Cuando estalló el caso Púnica no huyó -“no me voy a Bruselas para que no me encuentren, ni a Suiza”- y los ingresos que se investigan en esa trama tienen origen legal -“a mí no me tocó la lotería, la lotería le tocó al señor Pujol”- ha explicado a Capella, y se ha congratulado de que dé veracidad a los que dicen sobre él jueces y fiscales: “celebro que tenga esa confianza en los tribunales de justicia españoles”.
Granados estaba citado después de su antiguo amigo, el empresario David Marjaliza, considerados ambos como cabecillas de la trama Púnica. Sin embargo, este no se ha presentado alegando que estaba enfermo. El presidente de la Comisión ha dicho que se harían las comprobaciones necesarias para acreditar la veracidad de ese parte médico, sobre el que ha expresado dudas.
La portavoz del PP, como en otras sesiones, se ha negado a formular preguntas y ha cargado contra otros grupos por la utilización que hacen de la comisión.