Lisboa 9 abr (EFE).- Ni el castigo en las urnas ni las críticas de otros sectores de la izquierda han hecho mella en el Partido Comunista de Portugal, el más ortodoxo de Europa, ahora en el ojo del huracán por su ambigüedad sobre la guerra de Rusia contra Ucrania y su rechazo a escuchar a Volodímir Zelenski en el Parlamento luso.
La Asamblea de la República decidía esta semana con el apoyo de todos los partidos -salvo los comunistas- invitar a Zelenski a intervenir en una sesión por videoconferencia, como en otros parlamentos occidentales.
No por anunciada, la postura del PCP levantó menos polémica. La presencia del líder ucraniano es, dicen, contraria al papel de la Asamblea “en defensa de la paz”.
El partido más antiguo de Portugal -que se desmarca de la izquierda en temas complejos, como con su rechazo a despenalizar la eutanasia- sostiene que la intervención de Zelenski “no va en línea con el objetivo de defender la paz, de buscar una solución negociada” a la guerra.
Y se justifica: Las intervenciones de jefes de Estado en la Asamblea son “muy limitadas” y durante visitas institucionales. “En este caso no ocurre”.
AMBIGÜEDAD FRENTE A LA GUERRA
En vísperas de la guerra, el PCP negaba un posible ataque ruso y su secretario general, Jerónimo de Sousa, advertía de que la Unión Europea pisaba “un terreno cada vez más ambiguo y peligroso”.
Cuando Moscú avanzó sobre Ucrania, condenó la “peligrosa estrategia de tensión y propaganda belicista” promovida por Washington, la OTAN y Bruselas, y dirigentes del partido se desmarcaron de los mensajes de solidaridad del presidente luso, Marcelo Rebelo de Sousa, con el pueblo ucraniano.
Tras la matanza de civiles perpetrada presuntamente por tropas rusas en Bucha, el PCP ha pedido una “rigurosa” investigación, contra “juicios predeterminados”, para aclarar “comprobados ejemplos” de “manipulación”.
Precisamente de “manipulación” acusa al PCP la embajadora ucraniana en Portugal, Inna Ohnivets, quien, en una entrevista con CNN, ha denunciado que participa en una campaña de desinformación de la que ha alertado al Gobierno luso.
Esta semana también los dos eurodiputados de PCP votaron contra el embargo al petróleo, el carbón y el gas rusos por considerar que “fuerza una escalada de confrontación”.
La web del partido fue tumbada este viernes. El PCP no ha confirmado un ataque de piratas informáticos pero un grupo de supuestos “activistas pro Ucrania” ha reivindicado el sabotaje en un comunicado enviado a CNN Portugal.
COMUNISTAS Y ULTRADERECHA DAN LA ESPALDA A ZELENSKI EN EUROPA
La postura del PCP no es única en Europa. También el Partido Comunista Griego (KKE) rechazó la intervención de Zelenski en el Parlamento de su país, que fue especialmente polémica porque dio la palabra a un miembro del batallón neonazi Azov, integrado en el ejército ucraniano.
En Italia, una veintena de diputados de izquierda y derecha evitaron asistir a su intervención, y en Francia, la ultraderechista Marine Le Pen, inicialmente reacia a escucharle, terminó por acudir a la sesión.
CONDENA EN PORTUGAL
En Portugal, la postura del PCP ha recibido críticas de izquierda y derecha.
“Como ciudadano y miembro del Partido Socialista, debo decir que me cuesta mucho comprenderlo”, admite el exministro de Asuntos Exteriores y ahora presidente del Parlamento, Augusto Santos Silva.
Para el líder del conservador Partido Social Demócrata (PSD), Rui Rio, la reacción es “increíble”. “Cómo es posible” se preguntó en su cuenta de Twitter.
“Asistimos a un suicidio. El PCP se mantiene ciegamente leal a Moscú y a regímenes que desprecian los derechos humanos”, agregó otro dirigente del PSD.
También para la diputada socialista Isabel Moreira se trata de un “suicidio político”.
LA CAÍDA DEL PCP
Sumido en una grave crisis de liderazgo, el PCP supera su centenario con su más baja representación en democracia. Su protagonismo se ha diluido desde la Revolución de los Claveles (1974) y apenas mantiene seis diputados en el Parlamento.
Pero ni siquiera el castigo en las urnas mueve la autocrítica. Desde el partido se aferran a la disciplina y evitan cuestionar la continuidad de Jerónimo de Sousa, de 74 años.
Su discurso mantiene el concepto de “imperialismo” y, coinciden analistas locales, conserva la visión del mundo de la guerra fría. No en vano es uno de los pocos herederos de la internacional comunista.
“El PCP no está para agradar a nadie. Continúa irreductible a decir lo que considera”, señala la analista Carmo Afonso en el diario Público.
Para el politólogo José Adelino Malte, la postura del partido se explica por su anti-europeísmo. “Hay un problema psicoanalítico”, sostiene.
Mar Marín