El portavoz parlamentario 'popular', Rafael Hernando, ha abierto la puerta a revisar el compromiso de que su partido haga dimitir a los sospechosos de corrupción en el momento de su imputación. Esa es la condición que el PP pactó con Ciudadanos para que Mariano Rajoy volviera a ser presidente.
La muerte de Rita Barberá su apartamiento forzado del PP ha provocado una crisis en los conservadores. A pesar de que Hernando y otros dirigentes han culpado a la oposición y a los periodistas de acabar con Barberá, fuentes del partido y del Gobierno se plantean ahora dar marcha atrás. El portavoz del PP en el Parlamento ha insinuado que “a lo mejor hay que darle una vuelta” al compromiso que obliga a apartar de sus cargos a los imputados por corrupción.
En una entrevista en 'Los Desayunos de TVE' --al hilo del trato que se dio a la exalcaldesa fallecida el miércoles--, Hernando ha recordado que Ciudadanos pidió al PP “dar un paso adelante” respecto a lo que marcan sus normas internas, que establecen que deben dimitir aquellas personas a las que se les abra juicio oral.
Para el dirigente del PP, es posible que la exigencia pactada con Ciudadanos “permanezca en el acervo”, pero en ese caso habría que “buscar alguna fórmula para compensar a esa persona a la que se hace dimitir” y que luego, aunque sea absuelta o su caso sea archivado, no puede recuperar su vida política, generalmente porque han pasado años y su puesto está ocupado ya por otra persona.
De hecho, ha lamentado también la longitud de los procedimientos judiciales y ha apostado por “seguir avanzando y hablando” con otras fuerzas políticas para poder llegar a “un sistema de enjuiciamiento rápido de estos casos de corrupción”, remarcando que la Justicia debe ser rápida y ágil, y en caso contrario perjudica no sólo a los afectados sino a todo el sistema.
En todo caso, también ha lamentado la judicialización de la política “para desacreditar al adversario” al que no se puede ganar en las urnas, y ha admitido que el propio PP ha podido cometer excesos. “Al presidente de Murcia le han puesto 10 querellas”, ha dicho como ejemplo.
Así, ha apostado por “crear un procedimiento que permita separar el trigo de la paja”, advirtiendo de que seguir igual que hasta ahora “conduce a estimular las bajas pasiones, al populismo, a mezclar churras con merinas y es muy malo para que la justicia real recaiga sobre los verdaderos culpables”.