Así lo ha asegurado en una entrevista en La Sexta, recogida por Europa Press, tras asegurar que no habla con Bescansa desde que la exdirigente difundió por error en abril un documento en el que se esbozada un plan para aspirar a desbancar a Iglesias del liderazgo de Podemos, empezando por la Comunidad de Madrid.
NO HABLA CON ELLA DESDE SU POLÉMICO DOCUMENTO PARA CONTROLAR PODEMOS
“Yo no hablo con Carolina desde que se hizo público ese documento. Me llama la atención que alguien que lleva 20 años viviendo en Madrid y que hace tiempo que se hizo público que quería ir a la Asamblea de Madrid quiera dirigir Podemos Galicia”, ha afirmado Iglesias, quien ha señalado cree que, cómo él, hay “mucha gente” que se hace la misma pregunta.
No obstante, ha asegurado que la decisión sobre la nueva dirección gallega la decidirán los inscritos y que, además, como secretario general del partido debe ser “neutral” y “respetuoso”. Por ello, se ha negado a hacer más comentarios sobre el paso que estudia dar Bescansa. Además, ha asegurado que los inscritos no les quieren ver “hablando de la interna”.
La actual dirección de Podemos Galicia ha anunciado este domingo que le ha propuesto a Bescansa presentarse como candidata para ser la próxima secretaria general de la formación morada en Galicia y enfrentarse así al diputado portavoz de En Marea en el Congreso, Antón Gómez-Reino, afín a Iglesias.
Ha sido la propia Bescansa quien poco después ha confirmado en Twitter que está reflexionando sobre esta oferta. Su papel en el partido a nivel estatal ha ido menguando desde que en la asamblea de Vistalegre 2 de febrero de 2017 se quedó fuera de la dirección, tras defender sin éxito una tercera vía frente a la disputa entre Iglesias y el exnúmero dos del partido y actual candidato en Madrid, Íñigo Errejón.
La diputada por Madrid, que formó parte del equipo cofundador de Podemos, quedó definitivamente relegada en abril de este año, tras hacer público por error el citado documento, que fue interpretado por los 'pablistas' como un intento de golpe interno para hacerse con el control del partido.