El PSOE se desmarca del borrador de la Ley Trans que prepara Igualdad: “No es un texto del Gobierno”

Irene Castro

2 de febrero de 2021 22:50 h

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El debate sobre la autodeterminación de género se traslada ya formalmente al seno del Gobierno. El Ministerio de Igualdad tiene listos los borradores de las leyes LGTBI y Trans que el otro día Irene Montero entregó a la vicepresidenta primera, Carmen Calvo. Mientras el socio minoritario de la coalición pretende que las normativas estén listas en la primera quincena de febrero, la parte socialista enfría esas expectativas y ni siquiera da por hecho que vayan a impulsarse como dos normas, como recoge el acuerdo programático de la coalición, y apuesta por fusionar ambos textos. Pero más allá de los modos y tempos, el choque a propósito de la Ley Trans es de fondo y amenaza con enquistarse. Igualdad mantiene el pulso al incluir en la redacción de la norma el cambio del sexo legal sin necesidad de requisitos previos, mientras el PSOE ha dejado clara en los últimos meses su oposición a la libre autodeterminación de género. El conflicto es complejo y no afecta solo a los partidos que sustentan al Gobierno sino que enfrenta a parte del movimiento feminista.

El borrador que ha elaborado el Ministerio de Igualdad elimina la exigencia de pruebas médicas o psicológicas para que las personas transexuales puedan cambiar legalmente su sexo. Actualmente, se requiere un informe psiquiátrico y dos años de hormonación. La norma que pretende impulsar Igualdad reconoce que la solicitud de cambio en el Registro Civil “no precisa de más requisitos que la declaración expresa” de la persona, es decir, que una persona registrada como un hombre al nacer pueda cambiar en cualquier momento esa condición para registrarse como una mujer, o viceversa. “El ejercicio de este derecho en ningún caso podrá estar condicionado a la previa exhibición de informe médico o psicológico alguno, ni la previa modificación de la apariencia o función corporal de la persona a través de procedimientos médicos, quirúrgicos o de otra índole, sin perjuicio del derecho de la persona interesada a hacer uso de tales medios”, reza el texto que ha adelantado elDiario.es.

Sin embargo, la parte socialista del Gobierno advierte de que no es un proyecto cerrado y que se trata de “la posición de Igualdad, que recoge de forma nítida la de Unidas Podemos”. “No es un texto del Gobierno”, apuntan fuentes consultadas por esta redacción, que advierten de que queda trabajo por delante, incluida la emisión de informes de otros ministerios, como Sanidad o Justicia. “A la hora de elaborar una norma es necesaria la corrección normativa y la seguridad jurídica. Sobre el texto hay que trabajar. Los derechos tienen que tener seguridad jurídica”, expresan desde la parte socialista del gabinete.

El acuerdo programático de la coalición recoge el impulso de sendas leyes -la de lucha contra la discriminación de las personas LGTBI que, entre otras cosas, prohíba las llamadas terapias de reversión; y la de derechos de las personas trans-. La segunda, no obstante, se define en el texto rubricado por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias con carácter muy genérico: “Una Ley trans que trabaje de forma efectiva para erradicar todas las formas de discriminación hacia las personas trans en todos los ámbitos”. También alude a la la “erradicación de cualquier forma de patologización de las personas LGTBI”.

El cambio de posición del PSOE

El PSOE rechazó en un argumentario interno el derecho “a la autodeterminación sexual” y cuestionó que sentirse hombre o mujer tenga que implicar un reconocimiento de esa identidad con efectos jurídicos. “Estamos en contra de los posicionamientos que defienden que los sentimientos, expresiones y manifestaciones de la voluntad de la persona tienen automáticamente efectos jurídicos plenos. El denominado derecho a la libre determinación de la identidad sexual o derecho a la autodeterminación sexual carece de racionalidad jurídica”, rezaba ese texto difundido por la dirección de Pedro Sánchez, con la firma de Calvo como secretaria de Igualdad del partido, además de la de José Luis Ábalos, como secretario de Organización. La dirección socialista defendía que se dé una “situación estable de transexualidad debidamente acreditada” a la hora de cambiar legalmente el sexo. Ese concepto lo reflejó en una sentencia el Tribunal Constitucional.

Ante la polémica, la respuesta oficial del PSOE es que tiene un compromiso firme con los derechos de las personas transexuales –apuestan por la despatologización–, pero sostiene que son necesarias “garantías jurídicas” a la hora de legislarlos. Lo que no aclara el partido de Sánchez es cuál es su alternativa. En privado, algunas fuentes admiten que apuestan por que haya algunos requisitos para poder cambiar de sexo en el DNI por las implicaciones que puede conllevar a nivel estadístico, por ejemplo, o en ámbitos de la vida como el deporte.

Uno de los reproches de Unidas Podemos a su socio de Gobierno es el viraje que ha dado respecto a la autodeterminación de género, ya que los socialistas apoyaron en 2017 una iniciativa con una redacción prácticamente igual a la que ahora plantea el Ministerio de Igualdad. “El PSOE se cayó del caballo en 2017 cuando tomó conciencia de las consecuencias prácticas se legislar la autodeterminación”, admite Ángeles Álvarez, que era en aquel momento portavoz de Igualdad del Grupo Socialista en el Congreso y que ahora se opone a impulsar esa medida en esos términos.

Mientras que el departamento de Montero quiere impulsar rápidamente la iniciativa –pretende que se apruebe en primera lectura en Consejo de Ministros la primera quincena de febrero–, la parte socialista del Gobierno lo fía para largo y recuerda que aún requiere de los informes de otros ministerios. Calvo dejó clara, además, su intención de mantener un nuevo encuentro con colectivos –se reunió con ellos el pasado viernes– para abordar el asunto. La segunda reunión no tiene por ahora fecha. El asunto es complicado y mantiene las posiciones enquistadas también en los movimientos sociales. El PSOE afronta el debate, además, en un momento delicado, a las puertas de un congreso en el que tendrá que fijar posiciones (para lo que Calvo ya ha anunciado una cumbre feminista del partido para este verano).