José Luis Ábalos ha anunciado este martes que no renunciará a su acta de diputado y por lo tanto pasará al Grupo Mixto después de que el PSOE le diese el lunes 24 horas para anunciar su dimisión. El parlamentario ha desoído ese ultimátum y ha defendido su inocencia en el caso que se investiga por supuesta corrupción durante la pandemia en el departamento que dirigía. Con esta decisión pasará al grupo del Congreso en el que se integran los diputados que no cumplen los requisitos para tener grupo propio: haber logrado al menos un 15% de los votos en las circunscripciones donde se han presentado o un 5% en el conjunto del Estado.
¿Qué implica esta decisión para el exministro y ex 'número tres' del PSOE? El diputado pasará a compartir grupo con el parlamentario del Bloque Nacionalista Galego, Néstor Rego, la de Coalición Canaria, Cristina Valido; Alberto Catalán, de Unión del Pueblo Navarro; y con los cuatro de Podemos, que pasaron a este grupo en diciembre, tras romper definitivamente con Sumar. La principal consecuencia de este movimiento es que los integrantes de ese grupo tendrán que dividirse ahora los tiempos parlamentarios y los recursos con un diputado más.
La noticia no fue recibida con demasiada ilusión este martes. Cuando todavía era un rumor esta mañana, el diputado del BNG, Néstor Rego, fue tajante preguntado por el tema: “En el Grupo Mixto ya estamos al completo”. “Lo lógico cuando hay responsabilidades políticas aunque no existan judiciales es que se asuman responsabilidades políticas. Lo normal es que deje su cargo. Lo contrario no se entendería”, dijo este martes en una rueda de prensa. Otras fuentes del grupo aseguran sin embargo que no habrá problema para acordar lo que sea necesario.
Habitualmente la primera decisión en estos casos es geográfica. Los diputados ya no se colocan entre sus compañeros de partido sino que pasan al denominado “gallinero”, en la parte superior y centrada del hemiciclo. En este caso, quizá no haga falta esa recolocación puesto que el diputado ya se encontraba al lado de dos parlamentarios del Grupo Mixto. En el último caso ocurrido en esta legislatura, el de Podemos, los parlamentarios terminaron ubicados entre la bancada de su anterior grupo parlamentario y la de Esquerra Republicana.
Como ocurrió entonces, los diputados del Mixto tendrán que negociar ahora cómo se reparten los tiempos de las intervenciones. Al comienzo de esta legislatura, ese grupo era un plácido espacio integrado por únicamente tres personas de tres formaciones diferentes, pero tras la llegada de Podemos y de Ábalos estas divisiones se complican un poco más. El reglamento del Congreso deja lugar al acuerdo para los discursos en el Pleno del Congreso, pero fija dos requisitos: solo pueden intervenir tres diputados por turno y no podrán extenderse más de un tercio del tiempo reservado para cada grupo.
Y si no se alcanza ese acuerdo, todo queda en manos de la presidenta del Congreso, Francina Armengol, que “decidirá en el acto en función de las diferencias reales de posición” e incluso podría “denegar la palabra a todos”. El reglamento de la Cámara establece además que todos los turnos generales de intervención los abre precisamente el Grupo Mixto.
Los diferentes integrantes del Grupo Mixto también tienen que ponerse de acuerdo ahora para volver a repartirse las portavocías de comisiones y también las presidencias que tienen asignadas. Esto es un tema que está todavía en discusión en el caso, por ejemplo, de Podemos. La formación de Ione Belarra contaba antes de romper con Sumar con la presidencia de Derechos Sociales, pero esa comisión hasta ahora no ha vuelto a votar ese cargo, que está pendiente de negociación.
Lo que reciben los grupos
Todo esto tiene asimismo consecuencias económicas. Las Cámaras reparten una subvención fija al mes igual para todos los grupos: en el Congreso esta ayuda es de 30.346,72 euros. Por lo tanto, ahora UPN, BNG y CC tendrán que repartir esos recursos con un diputado más. Es un nuevo baile de recursos en ese grupo, que hasta hace unas semanas contaba con una diputada más, Lilith Verstrynge, que anunció por sorpresa su dimisión y provocó que el grupo pasase de ocho a siete diputados. Ahora el tamaño del grupo vuelve a ser de ocho, pero Ábalos como diputado no adscrito a ningún partido.
Además, el Congreso otorga una “retribución variable”, también mensual, que depende del número de parlamentarios que tenga cada grupo: 1.746,16 euros por cada diputado. Es una asignación para gastos relacionados con su actividad en el grupo. Son partidas que se deben justificar si así se lo requieren. Esos gastos contemplan desde comidas protocolarias a contratar, por ejemplo, los servicios de una entidad jurídica —nunca a particulares— para que le asesoren a la hora de elaborar iniciativas u otras actividades como parlamentario. ¿Y si sobra dinero de esa cuenta porque el diputado no lo ha gastado? Las fuentes consultadas señalan que debe devolverlo a la Cámara o al grupo, porque no es del diputado.
Ábalos en cualquier caso seguirán cobrando su sueldo base de 3.142,14 euros mensuales, una retribución que es igual para todos los diputados. El diputado también puede mantener su complemento de 2.018,41 euros para gastos de manutención y pernoctación por haber sido elegido por la circunscripción de Valencia. Y si resulta elegido presidente o vicepresidente de alguna comisión contará con un complemento salarial. El exministro renunció este lunes a la presidencia de la Comisión de Interior precisamente cuando decidió que mantendría su escaño desde el Grupo Mixto.