Un informe de la Unidad de Asuntos Internos analiza las grabaciones incautadas al Comisario Villarejo tras su detención y señala que el espionaje a Luis Bárcenas fue una operación “coordinada” por el secretario de Estado de Seguridad entre 2013 y 2016, Francisco Martínez, “con conocimiento del Asturiano y del Largo”. “El Asturiano” es identificado por los investigadores como el entonces presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy Brey, mientras que “El Largo” es el abogado Javier Iglesias, al que Villarejo y otros implicados señalan reiteradamente como nexo con el jefe del Ejecutivo, según recoge la Fiscalía Anticorrupción en su informe de solicitud de imputación de Jorge Fernández Díaz y María Dolores de Cospedal.
Villarejo dejó por escrito una nota en la que decía que las averiguaciones de la operación Kitchen versaban sobre “la localización de documentos, así como el descubrimiento de actividades de interés policial-judicial del objetivo L-B” y que debería ser informada “inmediatamente” la autoridad judicial, algo que nunca ocurrió.
Los policías de Asuntos Internos, sin embargo, escriben: “Se colige que en realidad se trataría de una operación encaminada a la localización de documentos y archivos comprometedores con dirigentes del Partido Popular, la cual habría tenido un resultado positivo y estaría coordinada por el entonces secretario de Estado de Seguridad (con conocimiento de El Asturiano y El Largo) sin que exista constancia hasta el momento de que el material incautado haya sido obtenido en el procedimiento judicial”. Lo cierto es que ni los investigadores de los papeles de Bárcenas ni el juez del caso recibieron nunca esa información.
Los investigadores hacen constar en su informe, fechado el 29 de octubre de 2018, que tanto Villarejo como el comisario Enrique García Castaño hacen varias alusiones durante sus conversaciones al material sensible que poseen por haber participado en la Operación Kitchen. Ambos comentan que personalmente les beneficiaba más “estar callados” pero en varias ocasiones amenazan con hacer públicas algunas de las informaciones que poseen: “Imagínate, imagínate si empiezas, si empezamos a hablar de los menajes de cocina por ejemplo”, dice Villarejo en alusión a las comunicaciones con el chófer.
Además, mencionan también el material comprometedor que tendría Francisco Martínez, con el que mantienen comunicaciones constantes. “Yo hablo con Paco mucho, y Paco está indignado (...) Yo también hablo con él y le digo, macho, con lo que tú sabes y con las gestiones que tú has hecho tan directa, tan directamente en las alturas máximas, y con tal, ¿cómo coño estás permitiendo eso?”, espeta Villarejo a García Castaño en una de las grabaciones.
Los papeles que “comprometían al Presidente”
En otra de las conversaciones que mantienen vuelven a hacer alusión a la información que poseen, tras el cese de García Castaño. Villarejo le dice que no debería haberlo permitido: “yo le habría dicho, dile al Ministro que le busco la ruina y al Secretario de Estado o a quien te haya dicho esto que les busco la ruina a todos, díselo, a ver si tienen cojones”.
El excomisario añade que él ya usó esa estrategia: “Lo que yo hice en el 2012. En el 2012 cuando el tema de Ignacio González, que me dijo el Cosidó, me das la información y no sé qué y lo mandé a cagar y tal y cual, le dije a Pino, digo trasmítele que le monto un chocho a todos que se cagan. Y por la tarde me llamó y no que ha habido un error, que tal y que cual, me llamó la Cospe, joder no delates a nadie, que tal.... Y yo ¿Cómo que no? Os busco la ruina a todos y al primero al ”barbas“, a tomar por culo”.
El informe de la Fiscalía en el que se detallan las maniobras de los implicados en Kitchen desveló que los policías se referían a Mariano Rajoy como “El Barbas” o “El Asturiano”. En esa misma conversación comentan el material sensible que tendría García Castaño sobre Kitchen. Según los investigadores, una serie de documentos sobre el espionaje a Bárcenas, que Villarejo define como “una operación para quitarle al Bárcenas los papeles que le comprometían al Presidente”.
Los investigadores de Asuntos Internos reseñan en su informe que en las conversaciones de Villarejo con el chófer de la mujer de Bárcenas queda claro que el excomisario le apremia a que busque la información comprometedora que pueda tener el extesorero sobre Cospedal y Rajoy. En concreto, unas grabaciones: “Lo único es que ese tipo de conversaciones, macho, en ese pendrive, es algo que de alguna manera hay que darle al tarro para, para encontrarlo, macho”.
Según se deduce de la conversación, la grabación a la que alude sería una conversación entre Bárcenas, Cospedal y Rajoy en el despacho del entonces presidente del PP. Según el chófer, en esa conversación Rajoy interpela a su extesorero para preguntarle como es que tiene guardada cierta información comprometedora, a lo que Bárcenas responde: “Tengo eso y mucho más”.
El propio Ríos le dice a Villarejo que Rajoy tiene que conocer la existencia de esa grabación, que Bárcenas “no le ha enseñado a nadie”, en referencia a que cree que no se la ha filtrado a ningún periodista: “Eso lo tiene que saber el presidente, ¡vamos!”. “No, claro”, responde el excomisario, que empieza a trazar con él una estrategia para hacerse con esa información.