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Interior confirma al juez 19 viajes a Barcelona de dos mandos implicados en la ‘Operación Cataluña’

El ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz

Pedro Águeda

La Dirección General de la Policía ha informado al juez Arturo Zamarriego de que los comisarios José Manuel Villarejo y Marcelino Martín-Blas viajaron a Cataluña por separado y en 19 ocasiones entre octubre de 2012 y noviembre de 2014, “pudiendo existir otros (desplazamientos) que no constan en el servicio al no haber generado gasto”.

En la época de los viajes, Martín-Blas era el jefe de la Unidad de Asuntos Internos (UAI) de la Policía, encargada de investigar las delitos que puedan cometer miembros del Cuerpo. Villarejo, hoy jubilado, estaba destinado en la Dirección Adjunta Operativa (DAO) de la Policía, en funciones de agente liberado para investigaciones contra el terrorismo y el crimen organizado, según él mismo ha explicado.

Ambos han participado en las maniobras policiales contra el proceso soberanista en Cataluña. Villarejo lo reconoció en su declaración como imputado por una grabación ilegal en la causa del Pequeño Nicolás que se sigue en el juzgado de Zamarriego. Su intervención en sede judicial el 6 julio sirvió para bautizar como “Operación Cataluña” esas maniobras que él defendió, pero que trascienden los cometidos de la Policía y que se desarrollaron sin control judicial.

Villarejo argumentó que su imputación es producto de la “enemistad” que le profesa el principal investigador del caso de la grabación ilegal, Martín-Blas, a pesar de que ambos llegaron a tener una relación “tremendamente intensa”, fruto de esos viajes a Cataluña para investigar a políticos independentistas.

Martín-Blas, por su parte, había negado al juez cualquier sentimiento adverso hacia Villarejo, por lo que el magistrado requirió la documentación a Interior para intentar esclarecer quién dice la verdad. Ambos trabajaban en la época a las órdenes directas de Eugenio Pino, el director adjunto operativo y hombre fuerte de Fernández Díaz en la Policía hasta la jubilación del comisario el pasado verano.

La orden del juez, que preguntaba por los viajes a Cataluña de los dos comisarios entre 2012 y 2014, tiene una derivada. Aunque sin ser su objetivo, se trata de la primera petición de información de un juzgado sobre la Operación Cataluña. En la respuesta, la Dirección General de la Policía asegura que el agente 14.773, el número de identificación de Villarejo, viajó a Barcelona el 16 de octubre de 2012, el 5 de noviembre de ese año y el 10 de diciembre de 2014. Por su parte, el jefe de Asuntos Internos, agente 14.385, lo hizo desde el 26 de abril de 2012 y el 20 de noviembre de 2014, en un total de 16 ocasiones.

Pero según confirma en el escrito la Dirección de la Policía, la información que proporciona afecta solo a los viajes en los que ambos pasaron gastos, esto es, viajaron y/o se alojaron en un hotel. De los tres desplazamientos de Villarejo, dos fueron en tren y estuvo alojado una noche en un establecimiento, justo en el viaje que debió realizar en coche oficial. En el caso de Martin-Blas, quince de los 16 desplazamientos fueron en tren.

La Policía remite un escrito del Servicio de Indemnizaciones (sección de Locomoción), perteneciente a la División Económica y Técnica. El director del Cuerpo, Ignacio Cosidó, se limita a trasladar en otro documento al juez que pudo haber otros viajes de los que no hay constancia porque los comisarios no pasaron dietas.

“Viajamos durante todo 2012”

En su declaración ante el juez, Villarejo dijo: “Durante todo el 2102 estuvimos (Marcelino Martín y él) viajando a Barcelona, teniendo reuniones, comiendo, tomando café... O sea, tuvimos una relación tremendamente intensa”. En la documentación facilitada por Interior, sin embargo, solo aparecen dos viajes por cada uno de ellos y por separado durante el año 2012.

Las investigaciones prospectivas de la Operación Cataluña siempre han sido negadas por el Ministerio del Interior, también cuando eldiario.es publicó en noviembre de 2014 que un grupo secreto de agentes rastreaban datos comprometedores de políticos independentistas y sus entornos. Hoy, la guerra sucia en Cataluña, con la publicación de las conversaciones entre Jorge Fernández Díaz y el exjefe de Antifrau, compromete la renovación del político al frente del Ministerio del Interior. Una comisión de investigación aguarda en el Congreso a Fernández Díaz.

Un momento caliente de la Operación Cataluña son las semanas anteriores a las elecciones autonómicas de 2012, celebradas el 25 de noviembre. El 29 de octubre, Martín-Blas y otro comisario, José Luis Olivera, viajaron a Barcelona para intentar convencer a los fiscales Anticorrupción de que había que registrar la sede de CDC en plena precampaña electoral. Los fiscales despreciaron por inconsistentes los datos que les aportaban los policías y se percataron de que dos agentes que no tenían que ver con la investigación del caso Palau fueran los encargados de trasmitírsela.  

Precisamente, ese viaje a Cataluña está acreditado en la documentación entregada al juez Zamarriego sobre Martín-Blas. La ida y vuelta se realiza en tren y en el mismo día, por lo que no hay gastos de alojamiento en Barcelona.

La reunión provocó una nota oficial del Consejo Fiscal. Interior reaccionó asegurando que Martín-Blas había viajado para explicar a los fiscales la creación de un nuevo grupo en Asuntos Internos, dedicado a recuperar casos que la Policía había perdido por falta de impulso de sus agentes. La presencia de Olivera, hoy candidato a convertirse en número dos de la Policía, se justificaba con el argumento de que conocía a los fiscales de su época al frente de la UDEF.

A preguntas de eldiario.es, fuentes oficiales de la Policía han rechazado explicar el motivo de los viajes porque tienen “carácter reservado”. La estrategia policial contra el soberanismo se ha apoyado en la publicación en determinados medios de dosieres sin firma que se publicaban coincidiendo con motivos álgidos del proceso. Fernández Díaz alude a este hecho en las grabaciones difundidas por publico.es: “Eso sí, los funcionarios de turno, el periodista gacetillero que está siempre por ahí, el amigo del fiscal... Muchas veces, cuando lo publicas, generas una presión mediática que al final haces que cosas que interesan, lo tengan”.

En el caso de Martín-Blas, al acreditarse 16 viajes, se puede constatar que los desplazamientos a Cataluña se intensifican en la segunda mitad de 2013. Viaja en una ocasión en junio, septiembre, octubre y noviembre, y dos en julio. En septiembre de ese año se produjo una de las Diadas más relevantes con la organización de la Vía Catalana. En 2014, y en los meses previos a la consulta del 9-N, el jefe de Asuntos Internos de la Policía viajó, al menos, ocho veces. Una vez al mes, salvo enero, marzo y diciembre.

La defensa del comisario Villarejo se había opuesto a que Interior entregara cualquier dato de sus viajes a Cataluña. No se opuso a la diligencia, según explicó, para no parecer que pretendía entorpecer la investigación de la grabación ilegal, con la que niega cualquier relación, pero después el abogado presentó un escrito de queja. “Esta defensa no alcanza a comprender la utilidad y pertinencia de las diligencias de investigación ordenadas mediante la referida providencia de 11 de julio, las cuales ninguna relación tienen con los hechos que aquí se están investigando: a saber, la supuesta grabación ilegal producida el 20 de octubre de 2014, cómo se produjo y difundió, y su autoría”, decía ese escrito.

Ante el juez Zamarriego, Villarejo había declarado sobre él y Martín Blas: “Hemos comido, hemos viajado juntos… Tenga en cuenta que en el tema de Cataluña yo me encargaba fundamentalmente de investigar delitos, a la familia Pujol, etc, etc… y él se encargaba de apoyar en algunas citas y algunas historias, y en otras de captar fuentes, como el señor éste que ha salido ahora con las grabaciones estas del ministro, que era una fuente que decía él que tal…”.

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