El Ministerio del Interior creará una base de datos de simbologías radicales, hará una encuesta a víctimas de odio y fomentará la cooperación con taxistas y vigilantes para que ayuden a las fuerzas de seguridad a detectar los lugares o los horarios en las que una persona puede ser agredida.
Estas son algunas de las 47 medidas del plan de actuación para la lucha contra los delitos de odio, presentado hoy por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y el responsable de la Oficina Nacional de Delitos de Odio, el coronel Jaime Cereceda.
Un plan que refuerza la misión de esta oficina puesta en marcha hace más de un año y después de que en 2017 (son los últimos datos de los que se dispone) hayan aumentado un 11 por ciento estos delitos.
La Policía Nacional, la Guardia Civil y otros cuerpos de seguridad autonómicos contabilizaron ese año 1.419 delitos de odio, un 11 por ciento más que en el ejercicio anterior, de los que 524 fueron por racismo y xenofobia, seguidos de los incidentes por ideología (446) y orientación sexual (271).
Sobre cuatro ejes -formación, prevención, atención, respuesta- y trece objetivos giran las 47 medidas que componen la iniciativa que Marlaska ha defendido porque “los derechos nunca se dan por adquiridos” y porque pese a que estos delitos representen el 0,01 por ciento de la criminalidad “cualitativamente son importantes porque constituyen un ataque a la dignidad”.
Incorporar planes de estudio en los programas de formación de los cuerpos policiales, cursos online, actividades formativas o intercambiar experiencias con otros países sobre la lucha contra este tipo de delitos son algunas de las medidas del primer eje, dedicado a la formación, en la que también se incluyen la puesta en marcha de un grupo de trabajo con entidades sociales.
En este eje de prevención y con el objetivo de “identificar los espacios y situaciones de riesgo”, el plan contempla la elaboración de una “encuesta de inseguridad” a víctimas de delitos de odio que se realizará a finales de año, periodo en el que también Interior quiere fomentar la cooperación con “testigos prioritarios”.
Lo que el plan pretende es que porteros de ocio nocturno o taxistas puedan “aportar datos o informaciones relevantes sobre los espacios, situaciones y franjas horarias en las que determinados colectivos pueden verse especialmente inseguros”.
Mejorar la atención a las víctimas es otra de las líneas generales del plan que quiere confeccionar una guía de actuación con víctimas de delitos de odio con discapacidad en coordinación con las principales asociaciones, ademas de incluir en la aplicación Alercops un botón específico de delitos de odio.
Respecto a la respuesta policial, Interior revisará el protocolo vigente y establecerá un procedimiento de análisis de riesgo que permitan a un policía identificar un posible caso de delito de odio.
Se creará una base de datos común sobre simbología de grupos radicales que sean homófobos o racistas, se tratará de implicar a las policías locales y, sobre todo, según ha incidido el ministro del Interior, se trabajará para “contrarrestar el discurso de odio”.
En definitiva, ha dicho Marlaska, se pretende que aumente la confianza de las víctimas en las fuerzas de seguridad para que todos esos hechos salgan a la luz, para lo cual es “imprescindible” la formación de las fuerzas de seguridad y una mayor sensibilidad.
Marlaska también ha hecho hincapié en el ciberacoso o el discurso de odio, “antesala de los delitos de odio”.