Pedro Sánchez ha logrado que el Congreso de los Diputados le nombre de nuevo presidente del Gobierno. No solo ha conseguido más votos a favor que en contra, sino que ha obtenido el apoyo de la mayoría absoluta de la cámara: 179 apoyos, tres más de los 176 necesarios.
Esto supone que no haya hecho falta una segunda votación, al contrario que en el resto de investiduras de la última década. La Constitución establece que, si el candidato obtiene la confianza de la mayoría absoluta de los diputados, es nombrado presidente. Si no, se somete a una segunda votación 48 horas después en la que solo necesita conseguir más síes que noes.
En 2011, Mariano Rajoy obtuvo la última mayoría absoluta que ha tenido un partido en el Congreso de los Diputados, por lo que su investidura salió adelante en primera votación. En 2016, sin embargo, y tras una repetición electoral porque ni Sánchez ni él lograron gobernar a la primera, Rajoy no alcanzó los 176 apoyos, por lo que se sometió a una segunda votación en la que sí logró más votos a favor que en contra. Esto le permitió gobernar hasta que en 2018 Sánchez le derrotó en una moción de censura en la que obtuvo 180 apoyos.
En 2020, de nuevo tras una repetición electoral al no lograr Sánchez gobernar a la primera, tampoco consiguió una mayoría absoluta de apoyos parlamentarios que le permitiese ser investido en primera votación, por lo que tuvo que pasar por una segunda en la que sí logró más votos a favor que en contra. Este jueves, sin embargo, el apoyo del PSOE, Sumar, ERC, Junts, EH Bildu, PNV, BNG y Coalición Canaria ha permitido a Pedro Sánchez salir investido a la primera, con más apoyos de los que logró hace tres años.