Irán conmemora la derrota en 2009 de la reformista Marea Verde

Los sectores más conservadores de Irán conmemoran hoy la derrota en 2009 de la Marea Verde, las protestas que siguieron a la polémica reelección de Mahmud Ahmadineyad y que exigían reformas políticas y mayores libertades en el país.

En el aniversario de las manifestaciones masivas en apoyo al gobierno del 30 de diciembre de aquel año, que siguieron a meses de revueltas tras unos comicios que la oposición consideró fraudulentos, los conservadores arremeten contra los que entonces pedían un recuento y cambios políticos de calado.

En los últimos días, destacados cargos políticos y religiosos han salido a la palestra para poner en la picota a los líderes de aquel amago de revolución, cuyos máximos representantes, los candidatos presidenciales Mirhosein Musavi y Mehdi Karrubi, están bajo arresto domiciliario desde hace más de mil días.

La publicación en una página web del líder supremo, ayatolá Alí Jameneí, de una foto de un supuesto dossier del juicio a los “sediciosos” con la leyenda sobrescrita de “Imperdonable”, levantó la veda recientemente a las críticas.

La milicia Basiyi (a la que el régimen envió para acallar las protestas) convocó hoy concentraciones en diversas ciudades del país para mostrar el rechazo hacia quienes llevaron a cabo lo que se denomina como la “sedición del 1388” (año persa correspondiente a 2009).

En el centro de Teherán, en la plaza Felestín, se congregaron medio millar de universitarios para, según Alireza Rahmanzadeh, uno de sus portavoces, demostrar que están presentes y recordar el 9 de Dey (30 de diciembre en el calendario persa), “día en que se venció a la sedición”.

Entre los asistentes estaba Mehrdad Izadi, profesor jubilado que señaló a Efe que “la movilización de la gente salvó al país y hoy salimos para que los enemigos vean que la gente de Irán siempre está lista y preparada para un nuevo 9 de Dey”.

Otra participante, Akram Asgarian, pedía directamente que Musavi y Karruvi “sean ahorcados” por traición a la patria.

El fiscal general y portavoz del Ministerio de Justicia, Gholamhosein Mohseni Ezei, declaró ayer que “el pecado de los que estuvieron tras la gran sedición del 88 es imperdonable”, según recoge la agencia de noticias conservadora iraní Fars.

El hecho de que los dos opositores estén bajo arresto domiciliario, añadió, no es una muestra de que su crimen fuese leve, sino prueba de la “amabilidad” del sistema.

La conmemoración del 9 de Dey tiene especial significado este año, tras la elección en junio del moderado Hasán Rohaní como presidente con una campaña en la que prometió la liberación de los dos políticos reformistas.

La cúpula del aparato de Justicia, mayoritariamente conservadora, ya ha dejado claro que no va a permitir que se cumpla esa promesa, opinión que comparten otros estamentos, como el militar.

El vice comandante del Comando General de las Fuerzas Armadas, general de brigada Masud Yazayeri, dijo hoy a Fars que “el Ministerio de Inteligencia debe vigilar posibles nuevas sediciones” y advirtió de que hay líderes reformistas que a día de hoy no están arrestados “pero deberían estarlo”.

Según él, la sedición es impulsada por EEUU y “los sionistas” (Israel) y “trata de distanciar a la sociedad de sus creencias, sus pensamientos e ideas, que son parte de su identidad”.

Respecto a Musavi y Karruvi, señaló que tiene “razones concretas” para creer que su arresto domiciliario “debería endurecerse”.

El presidente del Parlamento, Ali Larijani, también condenó los sucesos de 2009 y señaló que el reformista Movimiento Verde “minó los logros del Estado Islámico y dio a (norte)América y a Occidente la oportunidad de humillar a la nación”.

El diario extremista Keyhan acusaba también hoy en su editorial a los manifestantes de 2009 de “abrir las puertas políticas a los extranjeros y permitir que EEUU, el Reino Unido, Francia e Israel entrasen en la política interna”, y se congratulaba de que recibieran “una lección”.

Otro rotativo conservador, Javan, asegura que los “líderes de la sedición” no están detenidos por su resistencia contra el sistema, sino porque en 2011, aprovechando las revoluciones árabes, “trataron de hundir al país en una guerra”. Ana Cárdenes