“Es el error político más grande que hemos cometido”. Así ha definido a Yolanda Díaz la eurodiputada y exministra de Igualdad Irene Montero en la presentación del libro que acaba de escribir, Algo habremos hecho (Navona), editado por su jefa de prensa, Lidia Rubio. Es una frase que de hecho está recogida en el libro pero que ha repetido este lunes frente a un centenar de personas en Madrid. “Tomamos esa decisión pensando que serviría para ampliar el espacio electoral y tener más poder para transformar. [...] En la medida en que no se ha ampliado el espacio y hemos perdido poder, es el error político más grande que hemos cometido”, ha dicho.
El libro recorre a lo largo de más de 300 páginas su historia personal, que es al mismo tiempo, lógicamente, parte de la historia política de los últimos diez años en España. El texto comienza con sus inicios en el activismo, en la política y después en Podemos y dedica prácticamente la mitad de sus páginas a hablar sobre su paso por el Gobierno, en el Ministerio de Igualdad.
Pero Montero ha querido lanzar un mensaje hacia el futuro. “Este es un libro para la esperanza. Hay un punto de hacer justicia y que la gente se sienta reparada por las violencias que hemos sufrido”, ha descrito Montero al inicio de la presentación, en La Casa Encendida de Madrid, junto a la escritora y periodista Joana Bonet. El acto ha sido el primero de un carrusel con el que rodará por diferentes ciudades de España.
Durante la presentación, Bonet y Montero han repasado algunos de los principales puntos fuertes del libro. Gran parte de las anécdotas que cuenta la exministra en el libro están centradas en esos cuatro años y tratan de ilustrar, siempre según su relato, las dificultades y trabas que el PSOE puso para avanzar en gran parte de la agenda legislativa de Igualdad en particular y de Podemos dentro del Gobierno en general. Quizás por ello, el episodio elegido para abrir el libro repasa la entrevista de Pedro Sánchez en la campaña electoral del 23J en la que habla de sus amigos de 40 y 50 años que sienten “incómodos” con ciertos discursos feministas.
“Con sus palabras, el presidente del Gobierno rechazaba y castigaba el feminismo institucional que habíamos llevado a cabo durante casi cuatro años desde el Ministerio de Igualdad en el primer Gobierno de coalición de la democracia y con ello también impugnaba nuestra presencia, la mía y la de Podemos, en el Gobierno”, resume Montero en el primer capítulo del libro.
Pocas páginas después, cuenta una escena que hasta ahora no había salido a la luz. Sigue esta misma línea argumental. Ocurre durante la negociación de la reforma de la ley del ‘solo sí es sí’, que el PSOE había decidido sacar adelante contra la opinión de Podemos tras la crisis desatada por las reducciones de penas que los jueces estaban aplicando a muchos condenados por delitos de agresión sexual. El texto que proponían los socialistas proponía volver al esquema de penas anterior a la ley.
“María Jesús Montero me pedía firmar junto con el PSOE la rendición ante la ofensiva judicial machista y reaccionaria, y que lavase la cara a su pacto con el PP para sacarla adelante, y quiso terminar la conversación diciéndome: «Firma la reforma, ministra. No tiene por qué acabar aquí tu carrera política»”, cuenta la eurodiputada.
Irene Montero se extiende durante varias páginas en defender aquella ley y la gestión que hizo su ministerio frente a una estrategia de los socialistas que, explica, no solo buscaba ceder ante los sectores reaccionarios del sector político y judicial. También, en al mismo tiempo, atacar a su partido.
Y cuenta Montero que contó en esa estrategia con la complicidad de Yolanda Díaz. “Yolanda Díaz pidió mi dimisión en varias reuniones que convocó específicamente para ello, porque el espacio ya no se reunía desde hacía muchos meses. A Isa Serra, en una de esas reuniones, le preguntó gritando en varias ocasiones que cuándo iba a dimitir Irene Montero. Pocos días después me hicieron llegar que Yolanda podría ver bien que yo cesase a alguna compañera, y aparecieron varias noticias en prensa insinuando que yo podría cesar a Pam o a Vicky como responsables de la crisis. Ambas vinieron a mi despacho a poner sus responsabilidades a disposición. Aún lloro de rabia cuando lo recuerdo”, cuenta en una parte del libro.
Este lunes, tras la publicación de los primeros extractos y reseñas en los medios que dan cuenta de esta escena, Serra ha corroborado lo ocurrido mientras que Movimiento Sumar lo ha negado. “No vamos a valorar opiniones subjetivas”, ha dicho la secretaria de Comunicación del partido, Elizabeth Duval, preguntada por este asunto. En privado, fuentes de la formación han negado que Díaz pidiese la dimisión de Montero en ninguna reunión. También rechazan que Yolanda Díaz le pidiese a la exministra de Igualdad, durante la tramitación de la ley trans, que dejase de empujar esa negociación.
“Yolanda estaba actuando para forzar mi dimisión o la de alguna persona relevante de mi equipo, en lugar de hacer frente juntas a la ofensiva judicial reaccionaria. La decisión de impulsar la reforma propuesta por Justicia y dejar caer a Igualdad fue de Sánchez, pero quien multiplicó la agresividad de los golpes hacia nosotras fue Yolanda y quien junto con ella decidió que había que ponerse del lado del PSOE y aprovechar para intentar herir de muerte a Podemos”, escribe Montero.
También dedica unas líneas más adelante para criticar al secretario general del PCE, Enrique Santiago, que fue durante un tiempo secretario de Estado de Agenda 2030 en el Ministerio de Derechos Sociales, en la etapa de Pablo Iglesias. “El 1 de febrero por la noche tengo una tensa conversación telefónica con Enrique con el objetivo de explicarle nuestra posición para que el espacio político entendiese la importancia de defender el consentimiento. Enrique me da en esa conversación una serie de argumentos por los cuales yo detecto que él está negociando en su nombre o en el de Yolanda con el PSOE, al margen de Igualdad”, explica. Cuando termina la conversación, cuenta Montero, recibió unos mensajes de WhatsApp de Enrique Santiago “que había enviado por error a la Montero equivocada”. En esos mensajes el dirigente de Izquierda Unida resumía la conversación que acababa de tener con la ministra de Podemos. “Es la última vez que hablé con Enrique”, asegura.
Montero se refiere en varias partes del libro a la persecución “política, mediática y judicial” contra ella, Iglesias y el partido. “Lo que nos han hecho es porque hemos hecho cosas”, ha sostenido en la presentación, en referencia al título del libro. “Tienen la conciencia de que cuando tengamos mínimamente el poder para hacer que las cosas cambien lo vamos a hacer y eso nadie lo había demostrado”, ha dicho. “Algo habremos hecho es lo que tantas veces les han dicho a las mujeres para ejercer violencia con nosotros”, ha resumido.
Alianzas sin subordinaciones
Montero pasa muy por encima de algunos eventos clave de la política de la última década. Apenas dedica unas líneas a la marcha de Pablo Iglesias y no se extiende demasiado en lo que ocurrió en la negociación de las listas de Sumar para las generales, más allá de contar que fue vetada. Pero sí hay autocrítica por la decisión de nombrar a Yolanda Díaz líder de Unidas Podemos cuando Iglesias dejó la política.
“Yolanda tenía una buena imagen como ministra y creímos que podría ser una buena candidata para ampliar el espacio electoral cuidando a la vez Unidas Podemos, reorganizando los equilibrios de poder internos —no éramos ingenuas, y estábamos dispuestas a aceptarlo—, pero respetando lo construido porque constituía la mayor experiencia de poder institucional de la izquierda en España desde la Segunda República, casi cien años antes. De haber sido las cosas como las pensamos, creo que habrían salido razonablemente bien. Pero no fue así”, explica.
En esa clave, habla de las alianzas que Podemos debe construir hacia el futuro. Y pone algunas condiciones para no repetir errores como aquel. “Creemos que nuestro país sigue necesitando transformaciones urgentes y queremos contribuir a hacerlas posibles. Apostamos por hacer crecer una fuerza política de gobierno y de poder, porque solo con poder se transforman las cosas”, dice.
“En estos años hemos aprendido que para transformar necesitamos poder y, sobre todo, no renunciar a nuestra autonomía política. Sabemos que no haremos las cosas solas, que debemos construir y cuidar alianzas entre las fuerzas progresistas, democráticas, feministas y plurinacionales. A esto también hemos aprendido en estos años. Pero queremos coordinarnos, trabajar juntas, no subordinarnos”, dice.
“Considero que el PSOE podría intentar con el espacio del cambio una relación de trabajo conjunto y no de subordinación, y también hacerse cargo del resultado de las operaciones políticas que ha favorecido en estos años para sustituir a Podemos, porque en lo esencial comparten el mismo tipo de proyecto político. Recorrer este camino nos podría permitir llevar a cabo una agenda de profundización democrática que es urgente en España”, añade en uno de los últimos párrafos del libro.
“Ahora nuestra tarea es poner a la izquierda en pie”, ha cerrado Montero en la presentación. “Hacer crecer las fuerzas de la paz, del feminismo y en antirracismo y llegar más lejos. Poner la esperanza en el centro de nuestra acción política, la vida en el centro de la política y cambiar todo lo que tiene que ser cambiado”, ha dicho.