La Justicia italiana no decidirá ahora si entrega a Carles Puigdemont. Los jueces de la corte de apelación de Sassari han decidido dejar en suspenso el proceso de extradición del expresident catalán hasta que la Justicia europea resuelva la cuestión prejudicial elevada por el magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena. Según fuentes de su defensa, los jueces italianos han dejado el proceso en suspenso hasta tener una respuesta y Puigdemont ha quedado mientras tanto en libertad.
El auto firmado por el magistrado-presidente Salvatore Marinaro tiene apenas cuatro páginas y dedica unos pocos párrafos técnicos y directos a decir lo que muchos sospechaban en Madrid. Dejan el proceso en suspenso “considerando que siguen pendientes las orientaciones sobre la solicitud de nulidad de la revocación de la inmunidad ante el Tribunal General de la Unión y sobre la solicitud preliminar presentada al Tribunal de Justicia”, en alusión a la cuestión prejudicial presentada por el juez del Alto Tribunal.
El expresident de la Generalitat de Catalunya ha acudido esta mañana a Cerdeña después de ser detenido y haber quedado en libertad sin cautelares hace más de una semana, cuando fue arrestado en el aeropuerto. El juez Pablo Llarena había insistido en todo lo contrario a lo que han decidido hoy sus homólogos italianos: que la orden y el proceso de extradición seguían vivos aunque hubiera una cuestión prejudicial pendiente. Incluso este lunes ha recordado a la corte de Sassari que los también eurodiputados Clara Ponsatí y Toni Comín seguían en búsqueda y captura.
La decisión por tanto supone un nuevo freno a la vertiente internacional de la causa judicial contra el procés. Después de los intentos fallidos de Alemania y Bélgica, el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena tendrá que esperar para saber si Italia entrega o no a Carles Puigdemont y en qué términos. El magistrado presentó una cuestión prejudicial después de que Bélgica se negase a entregar a Lluís Puig, otro de los fugados, y es esa cuestión prejudicial la que ahora paraliza el proceso de Puigdemont. El político ya ha abandonado la corte de apelación de Sassari asegurando estar “muy contento” y dará una rueda de prensa a las seis y media de la tarde en l'Alguer.
El expresident ha anunciado la decisión de los jueces sardos a través de su cuenta de Twitter, anunciando además que seguirá el pleno del Parlamento Europeo de manera telemática desde Cerdeña. El juez Llarena, instructor de la causa judicial contra el procés independentista, también ha solicitado este lunes a los tribunales italianos que tramiten los procesos de detención y entrega de Toni Comín y Clara Ponsatí, que han formado parte de la comitiva de apoyo a Puigdemont en Cerdeña. Por el momento sólo han sido identificados por la Policía sin que se haya producido ningún arresto.
La cuestión prejudicial
El movimiento de Llarena que ahora paraliza toda esta operación de entrega de Puigdemont llegó en marzo de este año. Las autoridades belgas se habían negado a entregar al exconseller Lluís Puig al entender que Llarena no era el juez competente para sentarle en el banquillo y el juez del Tribunal Supremo se dirigió directamente al Tribunal de Justicia de la Unión Europea. La duda era si los jueces belgas podían ir tan lejos en su análisis de la causa para decidir si le entregaban o no.
Según informó entonces el Tribunal Supremo, “una de las principales dudas que genera al instructor es la relativa a si el órgano de ejecución belga tiene la facultad, conforme al Derecho de la Unión, de controlar la competencia del órgano de emisión, en este caso el Tribunal Supremo”. Entiende Llarena que no y que la normativa europea que regula las euroórdenes “no reconoce esta facultad de control, un silencio que deriva del principio de reconocimiento mutuo de las resoluciones judiciales entre los países miembros”.
Ahora Llarena tendrá que esperar a que su propia cuestión prejudicial sea resuelta. En los últimos días se había dirigido en varias ocasiones al tribunal italiano para recordar que la orden de detención contra Puigdemont seguía activa, que el proceso de extradición no podía quedar en suspenso por la existencia de esa cuestión prejudicial y que su inmunidad parlamentaria no le protegía en este momento.
Vox se queda en la puerta
Hasta Cerdeña había acudido este lunes una delegación del partido ultraderechista Vox, esgrimiendo su condición de acusación popular en el Tribunal Supremo para intentar intervenir, pero se han quedado en la puerta. Fuentes presentes en la vista explican a elDiario.es que han tardado apenas un par de minutos en ser expulsados por el presidente del tribunal sardo. En los días anteriores habían anunciado que la vicepresidenta jurídica Marta Castro acudiría “junto a un equipo jurídico italiano, a la corte de justicia de Sassari (Cerdeña) para intervenir en la vista que decidirá sobre la extradición de Puigdemont”.
Una explicación que ha dado la propia Castro en la puerta de la corte italiana. “De la misma manera que hemos estado personados” en el proceso del Tribunal Supremo, razona, la Ley “también nos permite personarnos en cualquier procedimiento que tenga relación con el mismo, ahí somos acusación popular, por qué no lo vamos a ser aquí”.